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Al día siguiente Martín llegó temprano, se sentó y miró fijo a la puerta esperando que Alice y Manuel aparecieran. Muchos que llegaban se sorprendieron al ver la mirada directa de Martín el cual solo los saludaba tranquilamente y seguía manteniendo su vista fija, todos conocían a Martín por ser el tipo de alumno desordenado y gracioso que llegaba tarde o directamente faltaba, por lo que verlo tan temprano y tan serio hizo que se produjese un ambiente de intranquilidad en el curso, como si se hubiese anunciado un mal presagio.

Alice y Manuel llegaron justo cuando el profesor acomodaba sus cosas sobre la mesa, ambos corrieron a sus puestos, Manuel rió, Martín se lo quedó viendo.

Solo tienes hasta hoy

A Alice le dió un escalofrio y miró hacia atrás, Martín la miró serio, ella tragó saliva y se enderezó en su puesto.

Al receso Alice tomó de la mano a Manuel y salió de la sala, antes tirándole una mirada a Martín indicando que la siguiera. Subieron una escaleras y llegaron al curso B, Manuel se mantenía callado sin entender que hacían, pero con una sonrisa timida por estar tomados de la mano con su novia.

-¿Están los gemelos?- pregunto Alice a una chica que comía su arepa afuera.

-¡Itza! ¡Pancho! ¡Los buscan!

Manuel se tapó los oidos por el repentino grito y miró con curiosidad a los dos que se acercaban, una chica  Ambos hermanos de piel morena de cabello negro azabache, una bajita con largas trenzas con el ceño fruncido y el otro más o menos de la altura de Martín con una bendita en su nariz con una cara tranquila y madura, el mayor de los gemelos estaba muy cambiado desde la última vez que lo había visto, él lo recordaba como un niño desordenado y con el pelo en la cara con el que jugaba a la pelota de niños junto con- derrepente un dolor de cabeza apareció, se afirmó la frente con una mano y se apoyó en la pared con la otra, últimamente los dolores venían cada vez más fuertes. Una mano fría tocó su mejilla y lo hizo girar, Martín lo miraba con preocupación.

-¿Te sentis bien?- por un momento la mente de Manuel se puso en blanco, los ojos de Martín fijos en los suyos era lo unico que veía- ...u...chas...?  ¿...nu? ¿MANU ME ESCUCHAS?- Manuel volvió de un salto a la realidad, el dolor volvió también pero esta vez más suave.

-Ah sorry- Manuel tomó la mano de Martín y la sacó de su rostro lentamente- últimamente ando... Raro... - la cara de Martín se descompuso, sus cejas se arquearon y lágrimas comenzaron a salir, intentó taparse con su brazo bruscamente pero sus sollozos ahogados aún eran audibles- ¿¡Y por qué llorai!?- la repentina reacción de Martín hizo al castaño entrar en pánico- Oye eri muy sensible, no te preocupi tanto

-Cómo no me voy a preocupar boludo- dijo con voz entrecortada. Manuel suspiró, acercó su mano para acariciar su cabello.

-¡Manuel, hoy vamos a la casa de Itzel!- Alice giró sonriendo, al parecer la conversación con los gemelos había terminado. Manuel no alcanzó a tocar el pelo del argentino, su cuerpo entero giró en dirección a la voz de Alice casi por instinto. Confundido por el repentino movimiento que él mismo había hecho miró sus mano que aún estaba en el aire- ¿Manu?

-¡Ah! ¡Sí! No tengo nada que hacer, vamos- Manuel forzó una sonrisa y prefirió ignorar todo lo que estaba pasando.

Martín secó sus lagrimas rápidamente y se puso al lado de Manuel.

-Yo también voy

Itzel solo subió los hombros en señal de que le daba igual.

-Pero wey no sé si resulte- dijo antes de volver a entrar.

Martín y Alice se retiraron, Manuel iba a seguirlos pero notó la mirada de Pancho fija en él y se le erizó la piel ¿Hace cuanto lo estaba observando? Un sentimiento de vergüenza subió por su rostro.
Se dió vuelta molesto listo para enfrentarlo.

En Trance [ArgChi] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora