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Manuel llego más o menos a las diez de la mañana a casa de Alice, sus hermanos lo recibieron felices tirando una que otra broma pesada o con doble sentido. La primera vez que había visitado a su amiga lo habían tomado por sorpresa, provocando un nerviosismo en el que no podía contestar nada, pero ya con el pasar de los años había empezado a entender mejor su humor llegando incluso a ganarle al mayor de ellos en distintas conversaciones.

Alice salió de su habitación apresurada, no le gustaba dejar a Manuel solo con sus hermanos mucho tiempo, cuando Manu intentaba tranquilizarla de que ellos se llevaban así y se caian bien ella siempre respondía

-No quiero, se te puede pegar su estupidez

Usualmente esta conversación era sacada a propósito para sacar de quicio al mayor antes de salir. Pero esta vez no fue así, Alice no dijo ninguna palabra mientras salían y a penas si levantaba la vista para ver al castaño.

-Oye ¿estai bien? Te ves palida, más de lo normal

-It's nothing...

Todo el camino al paradero se fueron en un incómodo silencio que el chileno intentaba inútilmente romper, no lo logró hasta ya estar dentro de la micro.

-¿Por lo menos me vai a decir donde vamos?- Al fin Alice lo miró haciendo una mueca

-Vamos a... Una... - Alice quedó pensando un momento- Tarotista... Sí- Manuel

-... ¿Y era realmente necesario que vineramos hoy?- Manuel soltó un suspiro- Ya, filo, espero que no tarden mucho, le prometí a alguien salir más tarde

Alice lo siguió mirando, quería preguntar de que persona se trataba, si se trataba de esa  persona que tanto le gustaba, pero no se atrevió. Manuel, que había notado la mirada nerviosa de su amiga le desordenó un poco el pelo.

-Yaaaa, no te preocupi, si igual son entrete esas cosas- Manuel le sonrió intentando relajar el ambiente- Igual ¿Qué pasó que te dieron ganas de ir derrepente? ¿Vas a volver a practicar brujería?

-¡No era brujería!- soltó haciendo un puchero

-Aja... Vas a terminar haciendo amarres y sopas de calzón como los Sánchez

La conversación prosiguió animada, Manuel se alivió de poder sacar a Alice de su ensimismamiento anterior. Pasó más o menos media hora cuando Alice tocó el timbre para que el bus se parara, en cuanto pisaron la acera la cara de la inglesa se tornó seria. Caminaron en silencio hasta la ubicación que conocía Alice, llegaron hasta una puerta blanca con una inscripción igual a la de la tarjeta. Alice tragó pesado, sus manos temblaban mientras se acercaban a la superficie de madera, Manuel le tomó del hombro.

-No sé qué pasó o por qué estás así, pero debes saber que estoy aquí para ti- Manuel la conocía desde hace años y no podía ignorar su extraño comportamiento, Alice lo miró con tristeza.

-Manu mejor vamo- la puerta se abrió de improvisto.

-Veo que ya llegaron ¡Pasen, pasen!

Manuel fue el primero en seguir a la mujer, curioseaba el lugar con la mirada, parecía una sala de espera improvisada y hogareña, todos los asientos eran diferentes tanto en tamaños como en colores y materiales, las paredes estaban decoradas con distintos cuadros de su anfitriona con personas que parecían sus amigos, una un poco más pequeña que el resto salia ella con un gran vestido de novia, Manuel solo alcanzó a posar sus ojos un segundo en esta ultima cuando la mujer se giró y rodeó al chileno con su brazo.

-Oh, esa fue una de mis bodas más lindas

-¿Una?

-Bien no perdamos tiempo, la sala está por aquí

En Trance [ArgChi] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora