°𝑳𝒆𝒕 𝒎𝒆 𝒕𝒆𝒂𝒄𝒉 𝒚𝒐𝒖° ʸᵒᵘⁿᵍᴴᵉᵉ/ᴷᵉᵒⁿᴶᵒ - ＯＮＥＵＳ

5•🐈‍⬛

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Para mí, el martes había pasado sin pena ni gloria. Aburrido como cualquier otro día de mí vida en la secundaria.

Miré el reloj de mí casa, eran las 6:45 a.m. . Si no me iba en ese momento llegaría tarde a la escuela. Nunca me había importado llegar en buen horario, pero mi incentivo para cambiar mí rutina era molestar a Keonhee.

—¿Ya te vas, hermano?—
Asentí a la pregunta de mí hermanito, Subin. Apenas tenía 15 años en aquel entonces.

—Si, no me esperes para almorzar—
Agarré mí mochila y me acerqué a la puerta de salida.

—¿Por qué te quedas más tiempo en la escuela?—

—Es mejor que estar en casa—

—¿No quieres pasar tiempo conmigo?—
Escuché sus pisadas, se estaba acercando.

—Nunca pasamos tiempo juntos—

—Eso es porque- —
Sabía lo que iba a decir, así que lo interrumpí antes de que siguiera.

—Porque eres el favorito, solo se preocupan por ti y prefieren estar contigo que conmigo—
Enojado media vuelta y salí de la casa cerrando la puerta detrás de mí.

Me detuve unos segundos y suspiré profundamente para después empezar a caminar.
No tardé en llegar a la escuela, vivo solo a unos 8 minutos caminando. Al entrar, sentí las miradas de algunas personas sobre mí. Como acostumbraba, los ignoré y me dirigí a mí salón. Allí al menos pasaba un poco desapercibido.

—¡Youngjo! Que raro verte aquí tan temprano—
Miré a mí amigo de toda la vida, que se encontraba sentado sobre el banco que compartíamos.

—Te extrañaba, Seoho—
Sonreí y le guiñe un ojo, haciendolo reír.

—Si claro—
Me acerqué para sentarme en mí silla y dejar mí mochila. En eso, el se bajó del banco para sentarse a mí lado en su lugar.
—Y los perros cantan—

—Aja, ¿Y tu qué? ¿Tienes algún pretendiente por ahí que ahora vienes temprano?—
Le di un empujón con el codo, era raro que el llegara antes que yo.

—¡Diste en el blanco! Hay uno, un año más chico que nosotros. Jung Wooyoung, un reto nuevo—
Le brillaron los ojos con determinación, por lo que negué con la cabeza disgustado. Era problemática su necesidad de tener sexo con los "difíciles" de la escuela.

—Bien por ti—
Comenté sarcástico mientras agarraba mí celular para mirarme en la cámara.

—Por cierto, JoJo...—
Sin esperarlo me sacó el celular de un manotazo para que le prestará atención.
—Me contó un pajarito que tienes tutor nuevo—

—Que raro eres, ¿Cómo vas a hablar con los pajaros?—
Frunció el ceño por mí chiste malo, lo que me hizo reír y aproveché el momento para recuperar mí celular.
—Quiero mejorar mí situación académica, ¿Está mal?—

—Ohhh, así que es eso...¿o de casualidad te gusta? Escuché que es un alumno—
Levantó las cejas interesado, así que miré hacia otro lado fingiendo estar ofendido.

—Que metiche—

—Ah vamos, Youngjo—
Pateó mi silla con suavidad.
—Me da curiosidad—

—Shhh, vino el profesor—

Realmente había llegado nuestro profesor al salón, así que Seoho no tuvo más opciones que callarse.

[...]

Durante las horas de clases, me manruve ignorando a Seoho que no apartaba su mirada de mí tratando de sacarme información, cosa que no logró. Usaba la misma táctica siempre y nunca le funcionaba conmigo.
Éramos muy buenos amigos, ya que nos conocíamos desde pequeños. Pero no sabía todo de mí, no era capaz de contarle todo. Al menos era así hasta ese año, cuando cambiaron las cosas.

Volvimos a hablar a la salida cuando nos despedimos, tuvo el impulso de preguntar algo pero, al ver mí cara de seriedad, se contuvo y no dijo nada. Así, luego de que el se fuera, me dirigí a mí saloncito privado.

—¿Cómo es qué yo llego primero?—

El lugar estaba vacío como la última vez, "Me encantaría que él estuviera aquí, solo para asustarlo. Sus reacciones son graciosas y lindas." Pensé, me había gustado pasar tiempo con Keonhee.

—Tiene piernas tan largas y aún así tarda en llegar—

—¡Deja de pensar en voz alta!—
Su voz me sobresalto. Al fin había llegado.

—Oye, no grites. Está es una institución privada me la cual no se grita—
Rodó los ojos y entró mientras se quejaba en voz baja. Luego cerró la puerta detrás de el.

—Aja, como si tu no fueras un gritón tambien—
Ambos nos acomodamos en nuestros respectivos lugares con nuestras cosas.

—¿Por donde empezamos, Keonhee~?—

—Por donde quieras—
Nos miramos y mantuvimos la mirada unos segundos. Pareció entender lo que quería.
—Ni lo pienses...—

—Por el almuerzo—

—¡Claro que no!—