°𝑳𝒆𝒕 𝒎𝒆 𝒕𝒆𝒂𝒄𝒉 𝒚𝒐𝒖° ʸᵒᵘⁿᵍᴴᵉᵉ/ᴷᵉᵒⁿᴶᵒ - ＯＮＥＵＳ

48•(Final)🐰

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—Me alegra verte, Youngjo—

Cómo era el primer día del regreso de Yojo, lo convencí de hablar con el director para que escuchará sus disculpas.

—Lamento todo lo que pasaste por mí culpa, no debí meterme en algo que no me compete y menos decirle a tus padres—
Hizo una pequeña reverencia, gesto que Yojo copió algo nervioso.

—Lo entiendo, director. No se preocupe, ya pasó—

—Espero que aceptes mis disculpas—
Esta vez se levantó para hacer otra reverencia. Youngjo me miró algo avergonzado para volver su mirada al director.

—Son aceptadas. No quiero tener más problemas—

—Muchas gracias, Youngjo. Lo entiendo perfectamente—

—Entonces, va a poder quedarse y terminar la secundaria aquí, ¿verdad?—
Intervine recordándole lo que habíamos hablado antes. El sonrió y asintió a mí pregunta, lo que me dio un gran alivio.

—Por supuesto, sus padres dejaron de ser dueños de esta institución. Asi que a partir de ahora quedó todo en mis manos—

—Muchas gracias, señor—

—Gracias a ustedes por hacerme ver mis errores. Ahora pueden volver a su casa tranquilos—
Ambos nos sonreímos y nos dedicamos a salir de la oficina, no sin antes saludar al director.

—¡Que tenga un buen dia!—

—¡Igualmente, chicos!—

[...]

Volvimos caminando como siempre hacíamos. Solo que ahora vivíamos los dos en la misma casa, así que no había despedidas tristes como antes.
Caminamos a paso lento agarrados de las manos, charlando de cualquier cosa que se nos ocurriera y viviendo el momento como debíamos. A veces nos parábamos para abrazarnos o darnos algún beso, o incluso nos poníamos a cantar y bailar de la nada. Quizás los que pasaban por la otra calle nos miraban raro pero no nos importaba, ya que finalmente estábamos juntos y felices.
Llegamos a nuestra casa, busqué la llave y abrí la puerta de entrada. Apenas miramos hacía la sala nos encontramos con nuestro amigo de confianza.

—¡Seungsik!—
Youngjo lo saludó primero, mientras que yo cerraba la puerta detrás de mí.
—Que sorpresa que estés aquí—

—Agradezcan que lo dejé pasar, porque es un tipo muy adinerado para la casa en la que vivimos—
Apareció Yunho viniendo de la cocina con dos tazas de café. Una se la dió a Seungsik.

—¡No digas eso! Está casa tiene un ambiente mucho más familiar que la mia—

—¡Siempre serás bienvenido, Seungsik!—
Ahora yo me acerqué a saludarlo con un abrazo para después separarme.
—Espero que hoy no traigas malas noticias—

—No no, ya dejé de ser el ángel de la muerte para ustedes—
Rió un poco y tomó un sorbo del café.
—Es más traigo una muy buena noticia—

—¡¡Ya dinos, Sik!!—

—¡Esta bien, está bien!—
Dejó la taza sobre la mesita de centro de la sala y de su bolsillo sacó una llave.
—¡Consegui un departamento! ¡Cumplí mí promesa!—

—¡¡No puede ser!! ¡¡SEUNGSIK ERES MAGNÍFICO!!—
Youngjo lo abrazó siendo correspondido por su mejor amigo inmediatamente.

—¿Promesa?—
Pregunté con curiosidad.

—Hace un par de años atras, cuando Youngjo y yo éramos pequeños, le prometí que algún día viviríamos juntos y que el podría deshacerse de la familia tan fea que tenía—

—Lo segundo ya pasó, ¡solo faltaba lo primero!—
Chocaron los cinco. Sonreí feliz por mí novio y corrí a abrazarlo.
—No te molesta, ¿Verdad?—

—Claro que no, amor—
Acaricié sus mejillas recibiendo el mismo gesto de su parte.
—Es algo que habías planeado con tu mejor amigo. Además...podría visitarte cuando quieras—

—¡Claro que si!—

—¿Quieren ir a ver el departamento?—
Los dos aceptamos agarrando nuestros celulares para ir.
—¡Yunho, ven también!—

—Pense que no me invitarían—
Hizo una cara de enojo para después reírse y venir con nosotros.

—Tienes que conocer la segunda casa de tu hermanito—

—Si, vivirá más ahí que en nuestra casa—

—¡Yunho!—

—No puedes negar que tengo razón—

El viaje de mí casa al edificio de su departamento no era tan largo como lo imaginé, unos 40 minutos. Se encontraba bastante centralizado y alrededor había muchos más inmuebles parecidos, todos igual de modernos.
Apenas llegamos, Seungsik estacionó en el estacionamiento del complejo que se encontraba puertas adentro y pudimos bajar del auto. Era impresionante lo grande del lugar, y era aún más impresionante que estuviera casi lleno de autos y motocicletas. Miré impresionado todo alrededor junto a mí hermano que nunca habíamos presenciado algo parecido.
Terminamos entrando al hall de entrada del edificio, era aún más lindo que el estacionamiento. Fuimos recibidos por el portero del lugar y, luego de saludarlo, subimos a uno de los ascensores.

—Wow, el espejo del ascensor es súper brillante—
Yunho sacó su celular y nos sacamos una foto los cuatro juntos.

Rápidamente llegamos al piso 6, y bajamos del ascensor para dirigirnos al que sería el hogar de Youngjo a partir de ahora. Seungsik sacó las llaves nuevamente y abrió el departamento número 019.

—¡Wow! ¡Es enorme!—
Dijimos junto con Yunho apenas entramos, impresionados por el lugar.

—Lo siento, no me convencieron otros más pequeños—
Agregó Seungsik algo avergonzado.
—Pueden ver todo por su cuenta—

Miramos el lugar detenidamente, aunque no tuviera muchos muebles ya estaba equipado con lo necesario para empezar a vivir ahí. Mí hermano se fue con Seungsik, mientras que Youngjo vino conmigo y miramos todo los dos juntos. Preguntamos cuál sería la habitación de Youngjo y cuando Sik nos la señaló no dudamos en entrar a mirar.

—¿Yojo...por qué la cama es tan grande?—

—A Seungsik le gustan las camas King size, supongo que quiso hacerme un favor comprando una para mí también—
Se tiró en la cama y suspiro sonriendo.
—Ven acuéstate—

No pude negarme así que me acosté a su lado, siendo abrazado por el enseguida. Obviamente le correspondi y nos quedamos asi un rato.

—Me siento muy bien ahora, tan feliz y agradecido por todo—
Youngjo acarició mí cabello sacandome una risita.
—Aunque más que nada, agradecido con tenerte a mí lado—

—Ay, Youngjo. ¿Qué cosas dices?—
Acaricié una de sus mejillas, el se acercó y me dio un pequeño beso.

—Keon, enserio me haces muy feliz. Gracias a ti volví a encontrarme como soy y resolví muchos de mis problemas—

—Tu también me haces muy feliz. Mí vida era la misma siempre, rutinaria y aburrida. Tu viniste y le diste un color diferente, así que también gracias a ti—

—¿Qué tal si dormimos un poco?—
Se acomodó más cerca de mí, así podría abrazarlo mejor.

—Me parece una buena idea—

—Oh, espera me olvidé algo—
Lo miré confundido hasta que me dió un beso repleto de amor y felicidad, haciéndome sonreír en grande.
—Te amo, Keonhee—

—Yo también te amo, Youngjo—

...
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