UN NARCOTRAFICANTE ENAMORADO

XVI

¿EN QUIEN ME ESTOY COMBIRTIENDO? 

Me había quedado dormido en el baño, al levantarme limpie todo rastro de sangre que había quedado en el piso o en mis muñecas. Después de todo había quedado como nuevo el baño, me cambie de ropa y me puse mangas largas, no quería que nadie hiciera preguntas sobre mis heridas. 

Cuando era pequeño lloraba o me lastimaba para que los demás me dieran amor o atención, pero ahora todo lo hago en silencio, a solas para que nadie me juzgue, como cambian las cosas.

Al llegar la noche, tomamos la camioneta y nos dirigimos hacia el lugar donde nos habían citado. Nadie había dicho nada sobre lo que había ocurrido en la mañana, nadie se había comunicado conmigo, Felix solo me había sonreído, tampoco había dicho nada, solo me dedicaba miradas o sonrisas pequeñas.

Al llegar al lugar, todos se pusieron en sus posiciones y Felix y yo entramos a una bodega para poder entregar la heroína, podía ver que estaba nervioso, su aroma no era dulce, era amargo, lastimaba la nariz, estaba preocupado.

-Todo estará bien Fefi- Antes de entrar me dirigí hacia él, estaba demasiado nervioso. No podíamos arruinar esta entrega, teníamos que demostrarles a los chicos que nuestra edad no define nuestra madurez. 

-Tengo miedo, nunca hemos hecho una entrega solos Hyunjin Hyung, ¿Qué pasaría si lo arruinamos? Los chicos nos matarían.

-Talvez no confíes en mi después de lo que ocurrió en la mañana, pero quiero que sepas que siempre estaré ahí para protegerte la espalda, aunque discutamos o nos separemos, siempre estaré ahí para cuidarte-

No dijo ninguna palabra, solo asintió y para mi fue suficiente. Nos pusimos las capuchas y entramos con mucha seriedad, no podían saber que estábamos nerviosos, no podíamos delatarnos a nosotros mismo, dios solo rogaba que todo estuviera bien, el dolor de mis muñecas era más fuerte, necesitaba medicamentos para bajar el dolor y la inflamación.

-Aquí están los cinco Kilos de Heroína- Felix trato de poner un tono imponente, pero yo que lo conocía, sabía que estaba muy nervioso, su aroma agrio había disminuido, pero aun estaba presente. -El dinero, lo queremos ahora-

Uno de los hombres arrojo hacia el suelo una bolsa negra, era como una maleta para viajar, yo le dije a Felix que contara el dinero. Yo lo estaría protegiendo por la parte de atrás con una carabina completamente cargada, todo estaba bien, los chicos nos estarían protegiendo desde diferentes posiciones y yo debía dar una señal para que entraran y dispararan, estábamos bien por ahora.

Felix comenzó a contar y se levantó dirigiendo su mirada hacia los dos hombre que se encontraban frente a nosotros. -Les pedimos ciento setenta y cinco mil dólares por cinco kilos de heroína. En esta bolsa solo hay siento setenta mil, eso quiere decir que nos faltan cinco mil. ¿Dondé esta el resto del dinero?-

El hombre hizo un movimiento rápido y tomo a Felix por el cuello de su camisa. -Nos estas acusando de tratar de robarles- El hombre estaba totalmente ofendido por la acusación de Felix, pero sé que él no mentiría con algo así, Felix no tenía la intención de provocar ninguna pelea, si él decía que faltaba dinero, es porque faltaba, confiaba en ese pecoso.

-Tienes tres segundo para soltarlo- Le apunte con mi arma directo a la frente, no tenía miedo de disparar, apretar el gatillo se había vuelto una costumbre para mi.

Uno de los hombre salió corriendo del lugar dejando a su compañero solo, valla mierda de equipo, pase lo que pase no puedes dejar a tu compañero solo, es una de las principales reglas, valla tontos. 

El otro chico tomo a Felix por el cuello y lo uso como escudo, mi sangre comenzó a hervir cuando vi que Felix comenzó a llorar de la desesperación. Sus lágrimas empezaron a brotar y a deslizarse por sus mejillas. Yo no podía arriesgarme a disparar si tenía a mi compañero como escudo, trate de calmar la situación y decirle al chico que nos diera lo que faltaba del dinero y fingiríamos que nada hubiera pasado, pero no, se negaba y gritaba cerca de la oreja de Felix tenía una navaja sobre su cuello y no podía alterarlo, mataría a mi compañero, dios nada nos salía bien.