UN NARCOTRAFICANTE ENAMORADO

XXVI

JUGUEMOS A LA RULETA

Todos nos miramos entre nosotros y comenzamos a hacer gestos de confusión, no sabíamos que era lo que estaba pasando, ¿Jugar a las adivinanzas?, creo que no era el mejor momento para estar jugando, pero no podíamos protestar, así que solo nos quedaba obedecer y hacer lo posible para que nos mantuviéramos con vida.

El hombre nos dijo que jugaríamos a la ruleta, esto consiste en poner unas cuantas balas en el interior de un arma, pero sin llenarlo, luego comenzaría a dispararnos y solo nos quedaba poner nuestra fe en lo que creyéramos para que una de las balas no nos tocara e hiriera, teníamos el treinta y tres por ciento de probabilidad de que una bala de la arma nos tocara a alguno de nosotros.

-Uno de ustedes estuvo saliendo de madrugada a la cuidad y se olvidó de ocultarse de las cámaras de seguridad de una de las tiendas- El hombre se acercó a Felix y se arrodillo ante él colocándole la punta del arma en el estómago. - ¿Tú sabes de quien hablo, verdad? Dime quien es la persona y prometo no dispararte en el estomago para provocarte una hemorragia y que tus pulmones se llenen de sangre hasta que tu mismo te asfixies poco a poco y mueras -

-N-No señor- Felix comenzó a temblar al sentir esa arma en el estómago apuntándole. Por otro lado, mi respiración comenzó a agitarse por que no podía hacer nada para proteger a Felix, no sabía de quien se trataba la adivinanza, había mucha gente que salía de noche, no podíamos adivinar, era estupido.

-Respuesta incorrecta- Aquel hombre se levantó y coloco el arma en la cabeza de Felix. Mi cuerpo comenzó a temblar y apreté con mucha fuerza mis dientes al ver que le iba a disparar, yo solo podía pedir con todas mis fuerzas que una de esas dos balas no le tocara a Felix. 

Aquel hombre apretó el gatillo sin quitar el arma de su cabeza del pecoso y un sonido vacío vino acompañado a esa acción, deje salir todo el aire que tenía en los pulmones. Las lágrimas de Felix comenzaron a deslizarse por sus ojos y sus sollozos me partían el corazón, él lloraba sin importar que todos lo mirábamos ahí, los otros tipos, ellos se reían y se burlaban de él.

Mi cuerpo estaba hirviendo, sentía como una energía llena de ira me rodeaba formando un aura negativa. Estaban lastimando a mis amigos por mi culpa y yo no tenía el valor de decir que yo era aquella persona que había salido de la madrugada, estaban hablando de mí, me di cuenta cuando el tipo que apareció fue el mismo que me había atacado esa noche, estaban hablando de mi, yo era el sospechoso. 

Trataba de contener todas mis ganas de levantarme y enfrentar a ese hombre, sabía que sería una tontería, pues tenía muchas cosas en contra, estaba atado y con más de cinco hombres apuntándome a la cabeza en diferentes direcciones esperando un movimiento estúpido, no podía moverme, las piezas no estaban a mi favor, todo había terminado, pero teníamos que buscar la manera para ganar este juego, sin importar que.

-Bueno veamos si este castaño sabe a quién me refiero- Aquel hombre se acercó a Jisung y coloca su arma en una de sus piernas, Jisung estaba nervioso pero sabia disimular de la mejor manera esos nervios, pues lo miro sin ninguna señal de miedo, pero cuando Jisung estaba nervioso movía los dedos de sus manos y al tener atadas las manos en su espalda, el hombre no podía ver ese movimiento, pero estaba nervioso.

Yo le tenía miedo a esa mirada vacía que le dedico Jisung a aquel hombre, él solía usarla conmigo cuando tomaba sus cosas sin permiso y yo siempre me rendía y lograba que me disculpara con él, pero parecía que aquel hombre no le provocaba nada.

-Te daré una pista más... Aquella persona se enamoró de la persona equivocada y fue muy estúpido para confiar plenamente en el, sabiendo que se pondría en completo riesgo- El hombre no aparto el arma de una de la pierna de Jisung haciendo que todos nos tensáramos al ver la escena, no decíamos nada, solo esperábamos.