XXXIII

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TODOS SOMOS UN EQUIPO AHORA

Antes de que pudiéramos planear que hacer, unas voces se escucharon a través de las paredes, Jeongin nos indicó que lo siguiéramos, yo no tenía problema con hacerlo, pero mis demás compañeros aun tenían sospechas sobre él. Tuve que hablar con ellos y decirles que tenía toda mi confianza puesta en ese chico y que si algo pasaba yo me haría responsable por completo, no fue suficiente, pero lo siguieron con la condición de vigilarlo.

Después de caminar un poco nos encontramos con una puerta gigante, Jeongin abrió la puerta con sumo cuidado y entro primero, luego entramos los demás, sin darnos cuenta estábamos en el segundo piso, había un espacio en el centro como si fuera un campo de futbol y en el podíamos observar a las personas del primer piso, habían muchas mujeres y hombres platicando o cargando armas.

-Ellos son los trabajadores de Won, algunos son nuevos, pero reconozco a la mayoría de las personas- Dijo Jeongin en voz baja mientras los señalaba con sus dedos largos.

-Bien, rompan fila, fórmense en parejas, yo estaré solo. Cuando les dé una señal, dispararan a todas esas personas que se encuentran en el primer piso, no importa género o edad, todos deben estar muertos- Dijo Cristopher con un leve suspiro.

-Pero hay algunas mujeres ahí-

-Ya escuchaste Changbin, no importa género o edad, todos deben estar muertos para que podamos mantener nuestras identidades en secreto- Dije sin despegar la mirada de las personas que se encontraban debajo de nosotros.

-Bien...-

Nos dividimos por parejas y nos colocamos arriba de cada uno de los hombres, solo nos quedaba esperar la señal de Cristopher para que pudiéramos disparar, pero por alguna razón él ya no estaba donde lo habíamos dejado, eso me extraño, no estaba en su posición.

Un hombre entro por la misma puerta donde nosotros habíamos entrado, aquel tipo tenía puesto una navaja en el cuello de Cristopher, nuestro líder estaba completamente congelado y no sabía a donde mirar, tenía las manos arriba.

-Son muy escurridizos- Dijo aquel hombre haciendo un poco de presión en el cuello de Cristopher con la navaja. Sinceramente ya estaba harto de que aparecieran piedras en nuestro camino, mi paciencia se estaba agotando, ya no podía con esas ratas.

Él hombre cayo cuando una bala le perforo la frente, todos nos paralizamos, pues ninguno de nosotros había apretado el gatillo, bueno eso creíamos. -Ya estoy harto de esta gente tan estúpida- Nos sorprendimos cuando nos dimos cuenta de que Felix había sido el responsable de la muerte de aquel hombre, yo solo le sonreí y él me giño el ojo.

Changbin verifico que Cristopher estuviera bien y después no pusimos en marcha con el plan, nos colocamos en las posiciones. - ¡Ahora! – Grito nuestro líder llamando la atención de las personas que se encontraban debajo de nosotros, ellos al vernos comenzaron a disparar y nosotros igual.

Todo parecía repetirse como la primera vez que Jeongin y yo tuvimos nuestro primer encuentro, la pólvora quedaba impregnada en nuestra ropa, el ruido de las balas rompiendo vidrios me ponía nervioso, tenía miedo de que una de esas balas lastimara a uno de nosotros, no quería que nadie saliera lastimado. Todos obedecimos a las ordenes que nos indicó Cristopher, matar a todos sin importar que.

Matar o morir.

Todos comenzamos a ocultarnos en unas columnas que sostenían el lugar, nos estábamos quedando sin balas y no habíamos matado ni a la mitad de las personas. Cada que matábamos a alguien tomábamos su arma y la usábamos a nuestro favor, pero esta vez los cuerpos nos quedaban bastante lejos y no podíamos arriesgarnos a salir, lo más seguro es que nos estuvieran esperando con un francotirador. 

UN NARCOTRAFICANTE ENAMORADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora