El asesinato de Anna Milton [Destiel]

El Purgatorio I

¡Volvió esta historia! Y sí, ¡al fin sabremos qué es el Purgatorio! Confieso que en realidad no iba a revelarlo en este cap, pero me apiadé y puse qué es (porque estaba escribiendo el cap siguiente y tampoco lo revelaba, me pareció que no se iba a entender nada xdd). Espero que lo disfruten :3

No le había contado de Baltazhar.

Como siempre con Castiel, cada vez que avanzaba un paso, se enteraba que en verdad seguía a kilómetros de él. Era probable, lo sabía, pero dolía cada vez. Aunque estuviese mal.

La sonrisa en el rostro de hermano mientras salía del edificio lo alejó un poco de sus pensamientos. Por lo visto, al menos tendrían una buena noticia ese día.

-Lo logré.-exclamó lo obvio a la vez que subía al Impala.

-¡Al fin!-respondió sonriendo.-Ya estaba por ir yo también a presionar.

-Ni lo digas.-revoleó los ojos con hastío.-Tuve que insistir, ¿puedes creerlo?

-¿Y? ¿Lo leíste?

-No, porque sé que me matarías si lo hiciera sin ti. Vamos a abrirlo.

Sam abrió finamente el sobre. Extrajo con cuidado las hojas. Barrió los papeles hasta hallar la información que buscaba. Frunció el ceño, confundidísimo. Dean lo miró intrigado.

-¿Qué dice?

-Velo tu mismo.

Era el informe que le habían pedido hacia unos días a la clínica a la que habían llevado a Anna, donde confirmaron su muerte. En los papeles de la policía no figuraba la hora en la que habían llamado para solicitar una ambulancia. Era raro que faltase ese dato, y encima la clínica había presentado sus barreras para dárselos. Pero al fin lo tenían...Y el misterio solo creció.

-¿Estás seguro que esta es la hora?

-¿Tu entiendes lo mismo que yo?

-Bueno, según lo que leo alguien llamó a la clínica a las once y dieciséis minutos de la noche en la que asesinaron a Anna.

Se miraron fijamente.

-Demasiado pronto.-dijeron al unísono.

No se sorprendieron ni se rieron. Solo pestañearon un par de veces, procesando la información.

-Según el informe forense, Anna murió entre las once y las doce de la noche.-recordó Sam.

-Y si la llamada fue a las once y dieciséis...Concordar, concuerda.

Otra vez silencio.

-Imposible que el asesino se haya equivocado o arrepentido, ¿verdad?

-Era un profesional.-descartó Sam, serio.-La forma de la herida, la falta de huellas. Es casi imposible que alguien así se arrepienta, y menos aún que se haya equivocado.

-No lo entiendo.-declaró, frustrado.-Esto debería encaminarnos, no desencajarnos. ¿Cómo mierda puede ser que Anna estuviese muriendo a las once, once y cinco, once y diez, y once y dieciséis alguien ya estuviese llamando a urgencias?

-¿Crees que alguien haya oído algo?-aventuró.

-Creer no lo creo. Porque Anna...ella conocía a quien la mató. Por las fotos de cómo hallaron el cadáver, ni siquiera parecía horrorizada del todo, aunque la asesinaron de frente. Así que sería muy extraño que haya gritado. Y que el asesino hiciera ruido está casi descartado.

Ambos miraron hacia delante, aún estacionados. No se habían imaginado que se sentirían así de desorientados con el informe de la llamada. Dean condujo hasta el motel, descendieron del auto en silencio y entraron. Sam depositó el sobre en la mesa mientras se aflojaba el nudo de la corbata.