El día estaba nublado, igual que su humor.
Aquel caballero de pelaje anaranjado, vestido por una armadura de plata con capa rojiza se encontraba sentado debajo de un árbol, doblando flechas, tensandolas hasta romperlas en dos y así continuar con otras, gruñendo para sí mismo, repitiendo lo que fue ese momento situado en el pasado, ese agrio instante en donde -quizás- lo había arruinado todo.
No le importaba que el ambiente que lo rodeaba fuera hermoso, no le interesaba el cantar de las aves que revoloteaban cerca, mucho menos quería centrarse en el suave aroma de tierra húmeda entre flores, estaba demasiado enojado consigo mismo y con ella como para apreciar lo demás.
Aquel pequeño bosque a las espaldas del castillo rebosaba con grandes árboles de truncos firmes y copas frondosas y verdosas, siendo increíblemente mantenido como un santuario para todo aquel con conexión con la realeza, aunque claro, debido a los truenos lejanos y el viento silbante era complicado apreciar el verdadero potencial de belleza de aquel lugar.
Rompió la flecha, pero lo que tensó sus orejas fueron las pisadas de un par que se aproximaba. Celosamente tomó la empuñadura de su espada, viendo de soslayo hacia la ruta de la que provenían los pasos, dispuesto a defenderse si se trataba de uno de sus tantos enemigos.
- ¡Príncipe! -exclamó otro zorro de pelaje naranja, vistiendo una camisa blanca holgada, con un chaleco verdoso con relieves de dorado, con cinturón de oro en donde reposaba su espada y, claro un par de pantalones de verde opaco, asomándose entre las ramas de los árboles, con una capa de azul grisáceo y bordes blancos y afelpados- ¿Seguro que lo viste por aquí? -reprende a su acompañante, viéndolo con cierto desdén.
- Siempre que se siente fatal viene a este lugar -responde entre gruñidos aquel zorro de pelaje beige claro, vistiendo una armadura sencilla, cruzándose de brazos, alzando su mirada a aquel que gozaba de ser más alto que él.
- ¿Qué queréis? -gruñe, dudando si el hecho de que lo busquen podría ser motivo suficiente para atravesarlos con la espada de sus antepasados.
- ¡Ah, Nick! -chilla el de orbes avellanas, saltando el arbusto para correr y asomarse a verlo, sorprendiéndose negativamente al verlo tan cansado, gruñón y con la mirada ensombrecida- No tienes idea de cuánto llevabamos buscándote. Hasta pensábamos que habías vuelto al Reino sin nosotros.
- Buena idea, ahora me siento tentado -responde, viendo cómo el zorro con detalles de blanco en la cola se siente a su lado con total confianza.
- ¿Qué es lo que pasa, majestad? -inquiere el más bajo de todos, asomándose desde el otro lado.
- Solo tuve una discusión con mi prometida, es todo -gruñe, bajando la mirada, jugando con la hoja de su espada.
- ¿Con la Princesa Judy? -inquiere aquel zorro, ladeando su cabeza, sorprendido, sin entender muy bien- Pero ella es tan buena y santa como la misma Virgen, ¿Qué fue lo que ocurrió?
- ¡No ocurrió nada! -exclama, clavando la espada entre sus dos piernas, controlandose, evitando el impulso de clavarla en otro lugar- Solo le dije que no estaba de acuerdo con que practicase arquería y que su deber estaba más en estudiar los mapas de su reino o tocar la lira, o incluso bordar -explica, cruzándose de brazos- ¿¡Tengo o no razón, Finnick!? -gruñe hacia aquel que era su escudero.
- Bueno...
- ¡Y como si no hubiera sido suficiente, me amenazó con cortarme la cabeza! -agrega, recordando como fue ver a esa pequeña conejita tan enfadada, blandiendo con fuerza una espada de su mismo tamaño, correteandolo fuera de la habitación, hasta el pasillo, en una persecución ridícula pero mortal de la que había logrado escapar por medio de una ventana en una de las habitaciones en las que se encerró- ¡¿Por qué no puede ser como una hembra normal!?
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Wild Hope ft. Nicudy
Фанфик❝Esperanza Salvaje, porque eso era todo lo que necesitaba un mamífero para subsistir en este mundo.❞ borrador: 18/07/2022 Publicado: 09/08/2022 Terminado: 25/08/2022