30 ❝ 𝐅𝐢𝐫𝐬𝐭 𝐓𝐢𝐦𝐞 ❞ [+18]

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La noche se había posado sobre sus cabezas, la vibrante ciudad repleta de variadas especies se encontraba en su mayor momento, con edificios altos que brillaban en armonía con las estrellas en aquella noche de luna nueva, entre cientos de sonidos que variaban desde el ruido de los claxons, sirenas de ambulancias y policías, musica estridente y gritos o conversaciones indistintas que brindaban una enorme calidez y sentimiento de viveza para todos.

Era bien sabido que en esta ciudad todo era posible, no por nada los ancestros de varias especies en el pasado habían acordado reunirse en paz y, con el tiempo, declarar que todos podían ser lo que desearan con libertad... bueno, ésta dupla impareja había decidido ser pareja.

En uno de los callejones alejados del área central, apretados por un par de edificios altos y escasamente iluminado, en pleno callejón sereno y silencioso entre las sombras, se encontraba un auto estacionado, dicho auto era pertenencia de cierto zorro, mismo que a base de su salario como policía había logrado ahorrar lo suficiente para hacerse con un vehículo adecuado para él... y su pequeña novia.

Recién habían comprado el vehículo hace una semana y, justamente, fue esta la noche la que eligieron para “marcar su territorio”, para conocerse mejor, para dar el siguiente paso en su relación. A fin de cuentas ya estaban listos, al menos sin prejuicios ni tabús que pudieran arruinarles el ánimo como en el pasado.

Todo se mantenía en relativa calma y silencio a los alrededores, mientras que dentro del vehículo había una pequeña sinfonía de jadeos y gemidos suaves provenientes de aquella joven conejita que había iniciado su trayectoria como oficial se parquímetros. Sí, aquella pequeña mamífera gemía se forma suave mientras acariciaba el pelaje de su novio en lo que esté lamía y devoraba su coño con gentileza y hambre a la vez, sosteniéndola por la cintura, obligándola a tener las piernas abiertas en todo momento, sin darle más oportunidad más que la de disfrutar de aquel momento íntimo entre ambos.

Los pantalones de aquella joven conejita de orbes lilas se encontraban tirados a los pies de los asientos traseros, mismos que estaban hechos de un cuero especial azabache, bien acolchados, dando la sensación de ser una suave cama en lugar de un sólido y vulgar asiento se un auto cualquiera, siendo espléndido para ella al brindarle cierta comodidad inesperada.

Ante la escasez de luz y la urgencia de no ser vistos aquel depredador de pelaje naranja intenso se había visto en la urgida necesidad de usar sus dones de visión nocturna y olfato para guiarse bien, a fin de cuentas sus ancestros eran mayormente nocturnos, por lo que identificar a una pequeña presa en medio de la penumbra no debería ser difícil para él, más aún si esa presa era su pareja y despedía un embriagador olor que fácilmente podría ser su fetiche mejor guardado.

La sensación de aquella hábil lengua recorriendo sus pieles, humedeciendolos, abriendolos mientras se colaba en su interior de forma rápida y casi disimulada era de lo más apetitosa, era de aquellas cosas que simplemente no puedes atesorar hasta que te ocurren, de aquellas que desearías no dejar ir jamás.

La erección del zorro empezaba a crecer por debajo de sus boxers, vaya, al parecer esto resultaba ser más placentero para él que para ella, algo curioso a fin de cuentas. Dió una última lamida profunda a aquel joven coño, arrebatándole un alarido agudo a la más joven, quien posteriormente lo vió con confusión, como si se le hubiera perdido algo.

No cerró las piernas, procurando en concentrarse mientras su visión se acostumbraba a la oscuridad, viendo a su novio quitarse los pantalones para así quedarse con sus boxers azabaches, ocultando aún una gran erección debajo de éstos. La más joven tragó saliva, bajando sus orejas. ¿Y si su pobre entrada no era suficiente para aguantar todo eso? ¿Y si se lastimaba? ¿Y si alguien de la comisaría se enteraba de esto? esas eran solo algunas de las preguntas que surcaban de forma inquieta su pequeña mente, haciéndole perder el ánimo hasta cierto punto, dándole miedo, haciéndole tomar un respiro.

Wild Hope ft. Nicudy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora