La cálida brisa de aquel verano acariaba el pelaje de ambos con gentil suavidad.
Había sido un día maravilloso y tranquilo, a fin de cuentas no se esperaba menos de un día feriado y libre de trabajo, por este tipo de cosas era que valía completamente la pena el esforzarse y desvelarse hasta las dos de la mañana en casos y trabajos.
Aquella pareja inusual disfrutaba del final del día en aquel teleférico que se extendía por todo el Distrito Rainforest, avanzando por encima de las frondosas y verdosas copas de los árboles debajo de ellos, a su tiempo, observando a lo lejos el imponente, colorido y concurrido centro de Zootopia, brillando de forma especial ante los últimos rayos del sol por aquel día, mismos que se dejaban acechar por la oscuridad creciente que relucía de forma celosa y desesperada, soltando las primeras estrellas.
Aquel zorro de orbes esmeraldas observaba con cauteloso silencio el panorama, agitando su cola de lado a lado, contento de volver a estar ahí, en aquel lugar donde le contó su pasado a aquella que era la única en su vida, a aquella en quien confiaría por toda la vida, sin saber si sentirse nostálgico o agradecido por todo el tiempo que había pasado desde entonces.
La conejita de orbes violetas no hacía más que apoyar sus brazos en los bordes de aquella cabina, viendo hacia abajo, disfrutando de la suave brisa, pensando en lo que su novio y ella podrían hacer una vez que estuvieran en tierra firme nuevamente, sonriendo por los recuerdos que habían creado el día de hoy, deseando que este mismo jamás terminase.
Se estremeció, bajando sus orejas de forma abrupta, sin entender de donde había venido aquella brisa tan gélida y cortante, temblando mientras buscaba calentarse, abrazándose a sí misma, encogiéndose de hombros, disimulando tanto como podía, entendiendo ahora aquella insistencia materna de llevar un abrigo siempre.
El vulpino a su par se giró a verla, abriendo sus ojos con algo de asombro.
— ¿Estás bien? —inquiere, dejando de prestarle atención al paisaje.
— Completamente —miente, sin dejar de temblar, haciendo un esfuerzo por sonreír con normalidad.
Aquel zorro no se tragaría aquella mentira tan fácil, bien sabía lo que pasaba y aunque conocía la solución él tampoco había traído un suéter para prestarselo, no quedaba de otra, habría que hacerlo a la antigua.
Se acomodó más cerca de ella, rodeándola cuidadosamente desde atrás con sus brazos, aprovechando que él no sentía frío, aprovechando que él por naturaleza emanaba más calor que ella, esperando ser suficiente.La menor sonrió con suavidad tras sentir aquella calidez rodearla, acurrucandose contra él, aferrándose a sus brazos, sin preocuparse más por el frío.
— En verdad gracias —susurró, alzándose en la punta de sus pies para besarlo en la mejilla, sonrojada.
— No es nada —ríe el más alto, agitando con cierta rapidez su cola, inclinándose para reposar su cabeza sobre la de la conejita frente a él.
El viaje continúa de forma lenta y segura, con el sol resistiéndose a alejarse, resistiéndose a ceder su turno a la luna quien se ha adelantando y se asoma desde el otro borde, esperando poder seguir a esa dupla tan especial por lo que le queda hasta el siguiente amanecer.
Quizás no sean muy bien vistos por los ciudadanos de aquella gran y mística ciudad, pero para el sol y la luna son perfectos al representar perfectamente al contrario, equilibrandose y dándose un orden de armonía, tal y como ellos.
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Wild Hope ft. Nicudy
Fanfic❝Esperanza Salvaje, porque eso era todo lo que necesitaba un mamífero para subsistir en este mundo.❞ borrador: 18/07/2022 Publicado: 09/08/2022 Terminado: 25/08/2022