Capítulo 18: Yeon, Yeon y más Yeon

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Corea del Sur, Seúl
1 de Febrero de 2021
Bang chan

    Mi mano se aferra con fuerza alrededor del vaso con ron y cola, me duele el ceño de fruncirlo, me siento molesto y esto es aún peor cuando Yeon no suelta en ningún momento mi brazo.

—Traes una cara horrible. —La voz de Sana se hace presente y empuja a Yeon, la nombrada me observa en espera a que le diga algo a mi mejor amiga pero simplemente me mantengo callado.

—Imbécil. —se retira del lugar acomodando su larga cabellera negra que en algún momento me gustaba observar por horas y ahora no me causa más que asco.

—¡Disculpa linda, no te vi! —Sana grita sobre la música y se acomoda a mi lado cuando Yeon simplemente le saca el dedo del medio en señal de molestia—Ahora puedes quitar esa cara de asco que traes, me da nauseas verla a tu lado, ¿Quieres que la envíe de una patada a Estados Unidos? No tengo problema alguno.

—Sana, no puedes siquiera matar una mosca. —la escucho reír y sonrió de lado.

    Mis ojos se mantienen en ella, en Fanny, que menea sus caderas de lado a lado, no hay idol en esta habitación que haya querido tocar su trasero, el mismo que hace una hora estuvo bajo mis manos. El solo recuerdo de ella gimiendo suave y cediendo completamente a mi poder me vuelve lo suficientemente egoísta como para querer arrancarla de las manos traviesas y juguetonas de Mingi en su cintura.

    Me siento enfermo, egoísta, porque aunque no me guste en lo absoluto que ella esté completamente pegada al coreano yo sigo de novio, aunque no es porque quiera, sino porque no puedo simplemente dejarla así, no sé de lo que es capaz Yeon.

—Quita esa cara, pareces un perro rabioso, das miedo, creo que has perforado la nuca de aquella chica por al menos cinco minutos. —Sana ríe con suavidad sacándome de mis pensamientos, tomó un sorbo de mi trago—Es muy bonita, ¿Sabes si le gustan las mujeres? —mi cuello podría sufrir una contracción por lo rápido que lo rote pero es imposible que mi rostro no demuestre mis emociones porque es casi automática la forma en al que comienza a carcajearse—Tu, realmente te gusta, casi me degollas en una milésima de segundo.

—Solo callate.

    Un gruñido bajo escapó de mis labios cuando las manos de Mingi se posan en el trasero de Fanny que se mueve lo suficientemente alcoholizada como para darse cuenta del Imbécil que tiene delante. El estómago se me oprime y debo apartar el rostro cuando se besan, es casi como si me quemara el cuerpo, apretó con más fuerza el vaso en mi mano.

—Mierda, dame dos segundos, iré a sacarla de allí. —Sana nuevamente habla pero está vez no hay tono de burla o risas, si no preocupación, la veo moverse hasta que llega a ellos y con una sonrisa falsa hacia Mingi le arranca a Fanny de sus manos caminando con esta última casi sin poder mantenerse en pie.

—Mierda. —siseo porque aquel Imbécil pensó en su satisfacción y no en lo alcoholizada que rlla estaba como para pedir su consentimiento.

    Fanny  cae entre mis brazos riendo tontamente, sus ojos están perdidos y rojos, tiene un olor extraño, suspiro intranquilo.

—Gracias Sanni, te devolveré el favor. —sus ojos preocupados observan a la chica entre mis brazos.

—Si necesitas ayuda, dime, cuídala, está realmente mal.

    Sana desaparece del lugar, Fanny se encuentra jugando con el borde de mi camisa, suspiro tomando su cintura y pegándola a mi cuerpo.

—Iremos al baño, estás sudada y hueles mal. —ella asiente, niego y comienzo a caminar al baño más cercano con una Fanny que realmente apenas puede mantenerse de pie.

Café por casualidad (Bang Chan, Stray kids) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora