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El tiempo pasó como si nada y de pronto Jungkook estaba tomando el metro hacia Busan. Hoseok, Yoongi y Taehyung se encontraban junto a él. Su novio mantenía su maleta sobre su hombro. Sí, decidió llevar una maleta y dinero por si su madre lo echaba de casa y tenía que hospedarse en algún hotel barato en lo que compraba un boleto para regresar.

No llevaba la gran cosa; dos mudas de ropa porque la universidad no le permitiría quedarse mucho tiempo. Sin embargo, Jungkook no quiso esperar hasta las vacaciones. No podía seguir durmiendo como si nada porque en su cabeza se seguía repitiendo que estaba mintiéndole a su familia y no era cualquier cosa; era parte de él. Seguir escondiéndoles que era homosexual, era esconder su identidad y también a Taehyung.

No era justo.

Así que se despidió de sus amigos que le habían ofrecido el aventón hacia la estación de trenes y luego abrazó a Taehyung desde la cintura, besando su cuello con mucho mimo hasta tomarle la maleta y tomar su transporte. Agitó la mano desde su ventanilla donde podía ver a los chicos en cuanto el tren comenzó el movimiento y soltó un largo suspiro entre expectación y ansiedad.

Envió un mensaje a su madre de que iba en el tren de camino y en cuanto tiempo aproximado estaría llegando a la estación de Busan, recibiendo como respuesta que su padre llegaría con la camioneta a traerlo. Jungkook miró por la ventanilla y comió las chucherías que se le ofrecieron durante el viaje. Bebió mucha agua en un arranque de desesperación.

Para cuando llegó a la estación, informó a su novio y a sus amigos que había llegado y bajó junto a los demás pasajeros. El lugar estaba levemente abarrotado, como no eran vacaciones, los metros no se mantenían demasiado llenos. Por ende, fue sencillo ubicar a su padre.

Su padre se parecía mucho a él, solo que su rostro era más cuadrado y su cabello estaba seco porque poco le importaba cuidarlo. Era más alto y grueso que el propio Jungkook. Jungkook no tenía la mejor relación con él; su padre olvidaba muchas cosas, empezando por la escuela en la que estudio, pasando por el nombre de sus amigos más cercanos (y en aquel entonces no tenía ninguno) hasta sus gustos por trivialidades como la música y la comida. Él se excusaba con que tenía demasiado trabajo, razón por la que Jungkook jamás había pasado por una crisis económica, pero le era difícil aceptar esa excusa; porque su mamá también trabajaba demasiado, y aún así, recordaba todo lo que su padre no.

Durante la pubertad, Jungkook se resintió demasiado con su padre porque era en ese momento en el que necesitaba hablar con otro hombre; uno con más experiencia que pudiese explicarle de forma adecuada lo que no entendía de su cuerpo. En cambio, tuvo a su madre lo poco que ella conocía, investigando en libros o con sus amigos hombres las dudas que Jungkook tenía. Fue una época dura, un proceso que no tuvo el mejor desarrollo. Con el tiempo, y mientras más historias escuchaba de otros chicos en su instituto, se dio cuenta que no tenía al mejor padre, pero tampoco al peor.

Terminó por dejarlo pasar, terminó por aceptar que su padre no había nacido para ser padre. Que su madre tampoco había nacido para ello, pero lo intentaba. Y los quería, Jungkook quería a sus padres, por ello estaba ahí; decidiendo contarles la verdad.

— Hola, papá.

Su padre le sonrió y Jungkook descubrió un par de canas en su azabache cabello, junto a unas arrugas de edad en ciertas expresiones. El hombre palmeó su hombro, no siendo una persona demasiado cariñosa ni siquiera con su propio hijo. Luego tomó su maleta y habló:

— ¿Cómo va la universidad?

Jungkook comenzó a caminar con él, codo a codo, buscando la salida.

— Bien, hay temas que son más difíciles que otros, pero... Eso.

¿Cómo ser un buen novio? ♥️  𝕋𝕒𝕖𝕂𝕠𝕠𝕜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora