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No llamó a su madre, porque se sentía agotado mentalmente.

No sabía muy bien qué le estaba pasando, pero estaba tan extraño que incluso imaginó miradas sobre él cuando entró a la universidad al día siguiente. Estaba tan ensimismado en regañarse por crearse esas ilusiones cuando alguien se le acercó.

No lo reconoció; Taehyung no conocía a mucha gente de la universidad. Era muy malo con los nombres y las caras, así que ni siquiera se esforzaba a menos que esa persona formara un lazo más fuerte con él. La única excepción era Jungkook. Sin embargo, ese chico parecía conocerlo.

— ¡Tú, eres un dios!

Taehyung comprendía que había gente que tenía la suficiente confianza para hablarle a cualquiera como si fuesen mejores amigos. Para él podía llegar a ser incómodo y, en lugar de hacerlo sonreír, solo le provocaba correr, correr muy lejos.

— ¿Qué? — fue lo único que atinó a preguntar, con su rostro teñido de pura confusión.

El chico le sonrió aún más, pasando un brazo sobre sus hombros, como si fueran viejos amigos y Taehyung tuvo ganas de gritar finamente, pero lo hizo de forma interna.

— ¿Qué hiciste, uh? Dinos que hiciste — de pronto la conjugación tuvo sentido porque otros dos chicos se le acercaron y Taehyung se volvió demasiado consciente de su postura porque se concentró en mantenerse muy erguido.

— ¿Está tan bueno como dice?

¿El qué? ¿De qué estaban hablando? ¿Qué demonios querían? ¿Por qué ese extraño e inesperado interés en él? Sus miradas eran oscuras y sus sonrisas demasiado turbias, Taehyung estaba presintiendo que no eran buenas personas.

— ¿Le diste chocolates? Mingyu dijo que era alguien muy sentimental; ¿le creíste? Alguien que ha follado tanto no puede ser sentimental.

Lo comprendió.

Y de estar incómodo, pasó de estar furioso. Pensar en su madre el día anterior aumentó su ira y lo primero que hizo fue empujar hacia atrás al chico que lo sostenía con su brazo, logrando que trastabillara al no esperar la acción y su amigo lo sostuvo rápidamente, evitando que callera.

— ¡Jae! — gritó, preocupándose por él.

El tal Jae se recompuso, mirando a Taehyung con el ceño fruncido y acercándose rápidamente, Kim le dio cara, no retrocediendo. Sus puños se apretaron fuertemente porque él realmente tenía deseos de golpearlo, sin embargo, Taehyung tuvo que recordar a sus plantas y como ellas lo habían llevado a un punto donde el enojo no lo controlaba ni a él ni a su boca.

— ¡¿Qué te pasa, imbécil?!

La exclamación alertó a varios estudiantes y, aunque algunos siguieron su camino, otros se quedaron viendo la escena, queriendo saber lo que sucedía. A Taehyung le importaba muy poco; no quería pelear, no iba a pelear, pero no podía irse callado.

— ¿Qué te pasa a ti? ¿A todos ustedes? — devolvió la pregunta mirando a los tres que solo transmitían molestia con sus poses—. ¿Les parece bien andar hablando de la vida alguien más?

— Jungkook no tiene vida; él es un espectáculo andante. Eso él mismo lo ha querido.

— Ah, ¿entonces ahora es culpa de Jungkook no controlar las acciones de sus parejas?

— Para empezar, ni siquiera eran sus parejas. Solo es un muñequito inflable con carita bonita y agujeros —le respondió el otro amigo de Jae.

Fueron un par de segundos en los que su campo verde lleno de flores y plantas se extinguió de su mente, y Taehyung solo lanzó un enorme puñetazo en toda la cara del sujeto. Jae y el otro no reaccionaron tan rápido, mirando boquiabierto la golpiza.

¿Cómo ser un buen novio? ♥️  𝕋𝕒𝕖𝕂𝕠𝕠𝕜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora