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— Tu madre no está.

— Lo sé.

El hombre se giró a mirarlo con un semblante un tanto sorprendido, pero no del todo. El señor Kim creía que conocía muy bien a su hijo, lastimosamente, descubrió, años atrás, que solo lo conocía hasta donde su hijo siempre lo había dejado.

No podía decir que se sentía decepcionado de sus hijos; no, había hecho todo lo que estaba a su alcance para mantenerlos felices y darles lo mejor, y para convertirlos en buenas personas. Sin embargo, había un punto en el trayecto en el que sus hijos decidían guardar secretos, escogían qué mostrar y qué no. Aquello no dependía de qué tan buen o mal padre eras.

De hecho, un hijo podría tener la mejor comunicación y relación con sus padres, pero si deseaba esconder algo, lo haría.

En su caso, sabía que Taehyung se reservaba para sí mismo diversas facetas. Lo único que él presentía es que no era nada malo, por ello, no empujaba a su hijo (a diferencia de su madre) a contarle todo. Si él quería expresarse, su padre solo podía esperar pacientemente y escucharlo sin interrupciones.

— Entonces, supongo que has venido solo hablarme a mí, ¿no es así?

— Es así.

Ambos caminaron por el pasillo hasta la sala, tomando asiento; su padre en su clásico sillón y él en el sofá de tres plazas, cerca del mayor. Lo observó tomar su taza de café, tomando un largo trago del líquido caliente.

— ¿Qué es? — su padre ni siquiera lo miró, simplemente esperó a su hijo.

— Necesitaba pedirte un préstamo.

Su padre asintió mansamente, buscando su billetera en el bolsillo del abrigo que llevaba.

— Hannah va a comenzar a trabajar para mí y... Yo no he terminado de pagar el local. No me falta mucho, pero no podría darle un buen sueldo a ella si sigo apartando una gran cantidad para la cuota mensual — Taehyung explica—. Te pagaría a ti el préstamo, pero en menores cantidades, si eso no significa para ti un problema.

— Págame como quieras, hijo— él murmura sacando la chequera y tomando un bolígrafo de la mesa de café en el centro de ellos—. ¿Quieres que le diga a tu madre que estuviste aquí?

— ¿No te molesta que le huya?

Su padre extendió el cheque con la cantidad que Taehyung pidió y mientras lo tomaba, el mayor carraspeó.

— ¿Qué edad tienes? ¿Veinticuatro? ¿Veinticinco? — Taehyung sonríe divertido, no deteniéndole—. Ya no eres un chiquillo para andarme obedeciendo en todo lo que me parece bien o mal. Yo podría decirte que me parece un tanto triste que no nos vengas a ver tan a menudo, pero ¿cambiará algo? ¿Vendrás a visitarnos cada cierto tiempo? Tampoco cambiará a tu madre, así que, ¿qué sentido tiene decirte algo?

— No quiero que piensen que no los quiero, solo...

— Solo quieres dejar de pelear con tu madre, lo sé.

El hombre guardó silencio, mirando su taza antes del reloj.

— Deberías irte ya; tu madre está por volver.

Taehyung se puso de pie, acercándose hasta a él y otorgándole un abrazo, agradeciendo el préstamo. Su padre sujetó su mano, apretándola con afecto antes de dejarlo ir.

Abandonó la casa de sus padres con cheque guardado en su billetera y decidió que tenía el tiempo suficiente para ir a completar la compra del local. Dio las vueltas necesarias hasta que cayó de nuevo en su local, ahora completamente suyo. Hannah se encontraba dentro, atendiendo a un par de clientes con Yeontan dormido en una esquina.

¿Cómo ser un buen novio? ♥️  𝕋𝕒𝕖𝕂𝕠𝕠𝕜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora