Capítulo Nueve.

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La habitación seguía siendo la misma, SeokJin ya se sabía de memoria los patrones de la decoración en esa pared, también contó los bloques de madera y los separadores de la puerta de papel. En dos semanas habían entrado doscientas cuenta y seis veces entre el chef y el doctor, NamJoon no había regresado desde la última vez que se encontraba con JiMin y sólo para observarlo por unos segundos y retirarse después.

Ya podía abrir los ojos y hablar bien, aún le dolía el cuerpo y se sorprendió de ver su abdomen sin un solo rasguño, el rey era muy listo y no pondría en peligro la única cosa que lo sacaría del infierno que hasta ese momento el pensaba era el peor. ¿No tener un heredero? O que todos lo rechazaran. Fue así que cuando SeokJin le pidió dejarlo en libertad su orgullo fue herido una vez más, y sabía que esta vez no podía dejarlo ir tan fácilmente.

La puerta fue abierta una vez más, está vez sumando doscientas cincuenta y siete veces que lo hacía. Se encontraba sentado en formal de indio leyendo un libro de cómo pasar el parto de su primer hijo, así que desviar la mirada fue fácil de hacer.

Tragó pesado cuando la sonrisa de la concubina real se asomó por sus labios algo socarrona a lo que realmente era.
Pero no dijo nada, ni tampoco desvío la mirada como ocasiones anteriores, y no era por retar, de hecho tenía mucho miedo de lo que esa mujer pudiera hacerle y más sabiendo que los guardias reales no harían nada sólo por el hecho de que ella era la concubina real. Más bien su mirada era fija en forma de respeto, un respeto obligado claramente.

Finalmente ella rió y con pasos de gato se acercó poco a poco.

-Vaya... Veo que es verdad todo lo que se dijo en los pasillos del palacio- comenzó-. Venía a recordarte lo que te pasará más adelante pero creo que no es necesario, el rey lo hizo muy bien. Hizo un buen trabajo...

SeokJin frunció su ceño algo incómodo y JiSoo rió más.

-No tienes porqué decir nada, de hecho no dejaría que lo hicieras pero entiendo que debe ser aburrido estar entre éstas cuatro paredes todo el día ¿Cierto? Ahora imagínate cuando esas paredes sean las de un ataúd. Incluso... consideré la idea de enterrarte vivo, dicen que es la peor muerte de todas; sientes tanta desesperación por salir, tus uñas se caen cuando rasgas el ataúd para abrirlo y el aire comienza a irse para asfixiarte. ¿Te puedes imaginar el miedo? Tu muerte sería lenta, y muy lamentable.

Un escalofrío recorrió toda la espalda de SeokJin y no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas ante el terror de sólo imaginar la escena de él siendo asesinado de esa manera.

Entonces él tenía que salir de ahí lo más rápido posible, incluso si su muerte no le interesaba el hecho de darle un hijo al rey era escalofriante. Tener que criar algo dentro de ti y encariñarte para que después te lo arrebataran y terminara en las manos de dos demonios que posiblemente lo criaran para ser alguien cruel como ellos le ponía trsite y nervioso.

SeokJin era joven, aún no llegaba a sus veinte y cuando tuviera a su primer hijo posiblemente no llegaría ni a los diecinueve, pero nunca dejó de lado la idea de formar una familia, incluso al principio cuando llegó al palacio pensó que dándole un heredero al rey lo dejaría en paz y podría vivir con su bebé. Pero ahora que le habían asegurado su muerte, no había dudas de que él no saldría ni siquiera por la puerta de atrás con seguridad.

Entonces tenía que ser listo, planear todo muy bien pues faltaba un poco más de un mes para que el día de cinta llegara, y tenía que escapar.

-Bien- siguió la concubina-. No llevas más de un mes y el rey ya supo cómo educarte, sabes que si protestas no tendrá compasión por tí, y que alegría me daría que fueras un rebelde para qué te matara a golpes. Pero si no es así, entonces yo misma quisiera matarte con mis manos, veo la posibilidad de hacerte tragar tus intestinos y pintar un cuadro con tu sangre, estaría tan excitada que junto con el rey lo haríamos una y otra vez-

-Por favor, no siga- suplicó SeokJin hablando así por primera vez, cerró los ojos y las lágrimas ahora sí bajaron cómo cascada por sus mejillas aún moradas.

-Mis pezones estarían tan erectos y él los chuparía con deseo, y tú estarías ahí para vernos pero en cambio de una mirada con deseo sólo nos darías tus ojos sin vida. Si es que todavía los tuvieras...

-Basta...- sollozó más.

JiSoo se acercó más y se arrodilló a un lado de él para jalar sus cabellos con fuerza y obligarlo a abrir los ojos; Fue así que SeokJin se dió cuenta de la mirada oscura de la mujer, sus ojos rojos de coraje y esa mirada tétrica que le erizo la piel y también una sonrisa vacía y con gracia.

-Lo haríamos toda la noche, su enorme pene me follaria y yo gritaría deseosa de más. ¿Sabes que pasaría después?

-Por favor no...

-El semen de su majestad mancharia toda tu horrenda cara y nos reiriamos de ti y lo patético que seguramente te verías en ese momento. Y seguiríamos haciéndolo una y otra vez-

-¡Basta!- las puertas se abrieron de golpe, JiMin clavó su mirada en la espalda de la mujer y ésta misma sintió la intensidad caerle de golpe-. El concubino tiene que seguir con sus actividades y la hora del almuerzo comenzó.

JiSoo apretó los dientes por un segundo pero casi al instante sonrió inocente, volviendo a enderezarse y ponerse de pie.

-Sólo tenía una charla graciosa con él- se dió vuelta, encarando al rubio quien solo frunció el ceño-, Tú sabes que incluso yo puedo ver el futuro, solo una diosa como yo-

-El concubino varón no necesita saber su futuro cuando está muy claro- interrumpió-, Él es quien le dará un heredero al rey, entonces su lugar aquí es permanente.

-No lo creas tan seguro-

-El lugar es seguro cuando sólo él puede engendrar a un varón, ¿Cierto? Es una pena que usted no pueda hacerlo porque de ser así su vida ahora estaría solucionada, pero no todos tienen suerte de ser alguien especial.

La concubina apretó sus manos en puños y su quijada se marcó con furia.
Pero no dijo nada, simplemente suspiró un par de veces antes de caminar hacia la salida, chocando su hombro con el del chef y murmurarle un;

-Conoce tu lugar.

-Y usted el suyo- contestó y simplemente JiSoo lo ignoró.

- Concubino Varón -


- Concubino Varón -

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-jkookie.

Concubino Varón -NamJin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora