Capítulo Treinta.

2.6K 364 47
                                    

-SeokJin- el nombrado escuchó a JiMin, el chef que por alguna razón sólo se dedicaba a observarlo sin decir una sola palabra. Hasta ese momento,claro.

Así que Jin alzó la mirada y levantó las dos cejas esperando por más, sin esperar que lo que estaba apunto de escuchar le secaria la garganta.

-Hace un tiempo tú... me pediste ayuda para escapar, ¿cierto?- él asintió lentamente-. ¿aún quieres hacerlo?

-¿Qué? ¿a qué te refieres con eso?

- Bueno... la cuestión aquí es que estuve pensando en eso desde aquella noche. Entendí que eres alguien especial para mí y seguro que para algunos más en este lugar, entonces... no quisiera que algo malo te ocurriera. Incluso si no quieres tener al herdedero, conozco a una anciana que hace buenos remedios para eso y-

-Basta- interrumpió el menor frunciendo su ceño con recelo-. Cómo podría irme mal estando con el rey, él es el único que puede protegerme de todos. Además- hizo una mueca aún con el ceño fruncido-, tú fuiste el primero que no quiso ayudarme cuando tuve tiempo de hacerlo, ¿Qué te hizo cambiar de opinión? ¿de un día para otro te nació la bondad? ¿o la lastima?

JiMin agrandó levemente los ojos con sorpresa. SeokJin había cambiado mucho desde el primer día que lo conocio y ese pensamiento le hizo relamerse los labios con nervios.

- Solo pensé que sería buen momento para irte. Nadie esta en el patio principal, estoy seguro que nadie se dará cuenta.

- Chef Park, por si no se ha dado cuenta es demasiado tarde para irme de aquí. Y ya que si se está burlando de mi situación- descubrió su vientre ya abultado-, entonces le pediría que mejor guardara silencio por lo que resta de mi comida. Gracias.

JiMin hizo una mueca algo descontento por lo que acaba de escuchar. No es que estuviera indignado ni mucho menos ofendido por el comportamiento del menor. De hecho, sabía que tenía razón y que en algún momento dejaría de ser un niño inocente como el que había llegado hace meses.

Pero... el solo hecho de pensar que HoSeok tenía razón y que todos estarían arrepentidos de no ayudarlo le asustaba. Si SeokJin ers una divinidad entonces podía hacer muchas cosas y tenía el poder de hacer cosas terribles y más siendo divinidad de la justicia.

Y claro que tenia razón.

Pero sin embargo, JiMin solo se limitó a guardar silencio y esperar el siguiente moviento de YoonGi.

- Concubino Varón -

La habitación del príncipe TaeHyung era cálida, no como la del concubino varón pero si lo suficiente para no pasar frío en noches como lo era aquella.

Era adornada por varios muebles cafés, una alfobra roja en medio de esta en forma circular y una enrome cama llena de almohadas y cojines. Velas alumbraban el lugar y las respiraciones tranquilas de él y el costurero sólo hacían el ambiente un poco menos tenso.

Hasta que Jung habló.

- Ya hice lo que querías, ahora dime qué tienes en mente- habló acomodando el durumagi de su hanbok, sentado en la orilla de la cama y dejando al descubierto su pecho desnudo.

Por otro lado. TaeHyung suspiraba tranquilo, sintiendo la mordida en uno de sus hombros que minutos antes el costurero había hecho, cegado de deseo y locura por la exitaciuon del sexo que hace mucho no tenía.

Pero no contestó y solo se enderezo, aún desnudo.

- TaeHyung- se atrevió a ser un confianzudo y frunció el ceño cuando este sólo lo observó por unos segundos.

- No te ayudaré- confesó y el mayor se levantó de inmediato.

- ¿Qué...? Esto no es lo que habíamos acordado.

- Lo sé, pero simplemente no puedo ayudarte. Ayudar a que SeokJin huya es traicionar a mi hermano, y por si no te has dado cuenta es el rey, la realeza nunca traiciona a su gente.

HoSeok apretó sus dientes haciendo su quijada más marcada, por alguna razón el coraje aumentó más de lo normal y a pasos grandes se acercó al príncipe para sujetarlo del cuello con las dos manos y amenzar en ser más rudo.

- No me vengas con tu mierda- su voz sonó más ronca-. Dijiste que tenías un plan asi que vas a cumplir con tu palabra y sacar al concubino de aquí.

TaeHyung rió levemente, con burla antes de sentir los dedos largos del contrario apretar un poco más.

- Eres un ingenuo- siguió él-. cómo pudiste creer que traicionaría a mi propio hermano. Somos realeza, sangre azul; ayudar a los criados como tú no está en nuestra naturaleza.

- Maldito loco- con eso, HoSeok soltó de golpe al menor, quien cayó al suelo de rodillas y tosió para poder respirar mejor-. Si ibas a negarte entonces por qué me ayudaste a salir.

- Porque tú eres parte de mi plan.

- ¿Qué? Estás muy equivocado si piensas que voy a ayudarte.

Kim sonrió levemente, poniéndose de pie y yendo directo por su hanbok de hilos dorados.

- Ya lo hiciste- aseguró sentándose en la cama-. Te acostaste conmigo, ahora nuestro heredero nacerá de mi vientre.

HoSeok soltó un ja, sin gracia mientras terminaba de acomodar su traje. Sin creer lo que escuchaba porque el plan era darle un hijo al príncipe pero jamás hacerlo su heredero.

Ahora estaba confundido y bastante molesto.

- Sé que piensas que hay cientos de candidatos para tener un heredero- siguió el menor llamando la atención del contrario-. Pero nadie como tú... por lo que vi, eres amable con el concubino, lo haces reír y lo complaces en sus caprichos cada que puedes estar cerca de él. ¿Acaso estás enamorado de él?

- Eso no te importa- murmuró con un destello de coraje en su tono de voz.

- Claro que estás enamorado del concubino. Y para tu mala suerte terminó en los brazos de mi hermano... es una lástima, tal vez si lo hubieras conocido antes entonces nada de esto hubiera pasado. ¿Qué te tomó tanto tiempo en llegar cómo para que esto pasara?

HoSeok entre cerro los ojos y siguiente a eso siguió su camino decidido a salir de la habitación, no tenía nada más qué hacer si el príncipeno lo iba a ayudar. Grande fue su sorpresa cuando al abrir las puertas los guardias del príncipe bloquearon su camino.

Escuchó al menor chasquear la lengua un par de veces antes de voltear a sus espaldas y encontrarlo fumando algo de tabaco. Acostado en la cama con el hanbok abierto y una sonrisita socarrona.

- No puede salir de aquí, mi querido prometido. Ahora eres mío, ahora me harás reír a mí y cumplirás todos mis caprichos. Ahora te convertirás en lo que más odias; en alguien de la realeza.

Rió levemente y HoSeok soltó una maldición. Toda la familia real estaba igual de loca.


 Toda la familia real estaba igual de loca

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No mi gente, no. Yo me niego a que TaeHyung sea así de malo nooooooo.

Bromisss, si me la esperaba de él jajaja

K_S_05.

Concubino Varón -NamJin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora