Capítulo Treinta y Uno.

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El clima era perfecto para quedarse en los aposentos de su majestad, cubierto en sus brazos mientras, como siempre, este lo llenaba de besos y caricias en los sedosos cabellos mientras repetía lo especial qué era para él.

Y a pesar de que ya se estaba acostumbrando a esa interacción, en ese momento simplemente su apretado pecho le negaba concentrarse en lo que psaba a su alrededor. Ignorando las palabras del rey quién hasta ese momento solo ponía a prueba su atención. Y al constatar que su concubino no contestaba a nada de lo que decía decidio sacudir su hombro con delicadeza ahora sí sacando de pensamientos al menor.

- ¿Ocurre algo?- preguntó curioso y SeokJin sólo se encogió de hombros por un segundo. Desconfiando todavía de la sensación extraña en todo su cuerpo.

Pero negó aún así con la cabeza y se recargo mejor en el ancho pecho de NamJoon.

- No es nada, mi señor- le resto importancia al tema.

- Dime la vedad- insistió-. Si hay algo que te moleste o que te incomode entonces dime qué es y lo solucionare en un segundo.

SeokJin sonrió tierno, girando un poco su cuerpo para verlo mejor y dejarle un beso suave en la mejilla.

- Usted siempre tan sobreprotector.

- Lo que sea por ti.

- Aún así- se decidió en hablar del tema-, tengo un mal presentimiento mi señor, últimamente me siento extraño y temeroso en las noches.

NamJoon frunció el ceño, algo ofendido porque SeokJin dormía con él, en la misma habitación e incluso en la misma cama.

Y NamJoon era alguien sobreprotector así que defendería a su concubino hasta la muerte, no dejaría que nadie tocase un sólo cabello de su bonita propiedad y si eso implicaba dormir siempre con un ojo abierto entonces lo haría.

- No vuelvas a decir eso- negó con la cabeza mientras su ceño se fruncía y SeokJin regresaba a su postura original-. Yo voy a protegerte hasta la muerte, nadie en este palacio va a hacerte daño.

- Lo se, usted siempre estará conmigo. Pero hay muchas maneras de estar en peligro mi señor, no quisiera hablar de más, no quisiera ser un bocon, pero últimamente la mirada de la concubina real es un poco escalofriante cuando se trata de mí.

El moreno frunció el ceño.

- ¿A qué te refieres? ¿Te atacó o lanzó un comentario hiriente?

- No, ya no. Pero me da miedo el sólo hecho de que ella pueda intervenir entre nosotros. Es bien sabido que ella lo ama a usted, me pongo celoso de pensar que ella robará su corazón en un futuro.

El tono de SeokJin fue adorable ante los oídos de NamJoon. Viendo de reojo sus mejillas sonrojadas mientras levemente hacía un berrinche cómo si eso llegara a pasar.

Aún así dejó de lado la ternura sólo para enfocarse en las palabras de su concubino.

- Yo jamás le haré caso, ahora mi corazón y todo mi tiempo es pertenecedor a ti. Sí te hace sentir mas seguro entonces sólo me desharé de ella.

En el rostro de SeokJin apareció una sonrisita triunfante antes de voltear una vez más al mayor quien lo sotuvo fuerte.

Y siguió.

- No quisiera que eso causara disturbios con las demás concubinas. Además, la concubina JiSoo es la primera concubina, debe ser un error sacarla de aquí.

- No te preocupes por eso, me encargaré de que no sea un gran escándalo.

NamJoon se encargaría de que, efectivamente, JiSoo no saliera jamás del palacio. Así como los demás concubinos sin vida lo habían hecho...

Concubino Varón -NamJin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora