-Quackis, despierta.- el castaño lo removía en su lugar suavemente.
-Basta, cinco minutos más.- murmuró y al caer en cuenta que era Luzu quien lo llamaba abrió los ojos asustado.
El castaño se hizo para atrás confundido y ladeó la cabeza mirando al pelinegro.
-¿Eres real?.- tragó dolorosamente mientras estiraba la mano hacia el mayor. Una risotada salió de Luzu quien lo miraba enternecido.
-¿Qué cosas dices Quacks?
La mano del mayor tomó la suya y su corazón se encogió, no podía sentirlo.
Era solo un sueño.-Lo siento tanto...
Si tan solo estuviera frente a él de verdad podría decírselo, estaba tan ciegamente enamorado de Wilbur que solo lastimó a quien lo quería sinceramente.
-No te disculpes.- lo acercó a su cuerpo, no podía sentirlo pero aún así su corazón latió con fuerza. Sus lágrimas salieron sin aviso y el castaño acaricio sus mejillas.- No llores Alex.
El pelinegro se aferró a su cuerpo llorando desconsolado, deseando poder sentirlo, aspirar su aroma y estremecerse cuando la mano del mayor acariciara su espalda.
-Tienes que despertar.- susurró a su oído y solo se aferró más a él, no estaba listo para volver a la realidad.Despierta...
Despertó de golpe asustado, su ojo sano se cegó por la fuerte luz blanca de la estación de policía y su boca aún sabía a sangre. Los médicos le habían cosido la herida y la habían vendado para que no se le infectara, el efecto de la morfina comenzaba a desvanecerse y sentía un dolor punzante en el lado izquierdo del rostro.
Miró adormecido a su alrededor y la realidad lo golpeó como el aire frío del lugar, estaba encerrado tras barrotes de metal. Wilbur miraba el suelo pérdido en una celda frente a él, sus labios estaban hinchados y un gran moretón se formaba en su ojo derecho junto a su naríz que ahora llevaba una pequeña férula, le causó gracia pues por lo menos no era el único que la estaba pasando fatal en temas de dolor; sus ojos marrones se levantaron del suelo y se encontraron con los del menor que lo miraba molesto.-Ya despertó el bello durmiente.- escupió irónicamente y una vez más Alex sintió la ira crecer en su interior.
-Mamadas.- maldijo en su lengua materna y Wilbur lo miró confundido.
-No entiendo español, mexicano de mierda.- lo estaba haciendo enojar, pues sus labios escondían una sonrisa burlona.
-Cierra el pinche hocico.- lo provocó hablando nuevamente en español y Wilbur suspiró molesto.
-Ya no lamento haberte hecho eso.- apuntó a los vendajes en su rostro y el estómago del menor se comprimio.- eres insoportable.
-Espero que te alegre haberme dejado ciego de un ojo.
-No me importa realmente, yo solo me estaba defendiendo de un jodido chico furioso dispuesto a matarme.- dijo bruscamente y Quackity solo apretó los puños a sus costados.
-No iba a matarte.- apretó los dientes y el hueco dónde había uno de ellos dolió, había olvidado eso.- solo te golpearía hasta que sintieras el dolor físico que tu me hiciste sentir sentimentalmente.- sonrió con la vista perdida y el mayor hizo una mueca.
-Eres un maniático.
-Y tú un sinvergüenza.
-Lo dice quién se metió con un hombre idéntico a mi.
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"Querido profesor" - Luckity
FanfictionColaboración: @wttpAlexei Quackity llega de intercambio a España en su último año de universidad, eso a cambio de dejar atrás todo lo que una vez amo. Un castaño de ojos marrones se atraviesa en su camino en el momento menos indicado, con una herid...