Colaboración: @wttpAlexei
Quackity llega de intercambio a España en su último año de universidad, eso a cambio de dejar atrás todo lo que una vez amo.
Un castaño de ojos marrones se atraviesa en su camino en el momento menos indicado, con una herid...
Rubius oscilaba la mirada entre Quackity y Nieves, su ex novia.
Mientras, Auron y Samuel preparaban unos cócteles para beber mientras ayudaban al pelinegro que se removía ansioso en su lugar.
-¿Por qué carajos no nos contaste nada sobre tu propuesta?.- recriminó el peliblanco molesto.
-Lo olvidé, estaba muy estresado por el repentino cambio.- suspiró recibiendo el vaso de cristal que Auron le entregó con un leve "gracias".- La idea surgió de repente, gracias a Nieves.
-Creí que ya era justo, ustedes parecen babear el uno por el otro.
-Mmm, y vaya que se babean.- soltó burlón Rubius, recordando como había encontrado a la pareja en pleno acto unas horas después de que fuese su graduación.- Pero en fin, ya era hora Quackity.
-¿Lo crees?.- bebió la mitad de su vaso de un trago aún nervioso.- Yo aún siento que es muy repentino, solo tengo una semana para planearlo.
-Es solo la pedida de mano, no su boda.- el peliblanco se dejó caer en el pecho de su novio que ya se encontraba sentado a su lado.- ¿Y ya sabes cómo será?
-Su plan es llevarlo a la celebración de Día de muertos en Oaxaca.- interrumpió la peliblanca, abrazando a Quackity con una sonrisa.- Vimos que todo se pinta de Cempasúchil y decoraciones hermosas, las personas se maquillan de catrines y algunos hacen bailes tradicionales.
-¿Vas a bailarle a Luzu?.- Samuel enarcó una ceja y el pelinegro se ahogó a la mitad de otro trago a su bebida. Rápidamente negó, aunque en realidad no era mala idea.
En realidad.
Era una magnífica idea.
-Que chingón eres, me acabas de dar la mejor puta idea de mi vida.- tomó de golpe su bebida mirándolo con una gran sonrisa.- Voy a bailarle, con ayuda de Yato que es un excelente bailarín lo lograré.
-Pero.- está vez Rubius se volvió a hacer presente en la conversación.- Tienes muy poco tiempo, ¿estás seguro de querer hacer eso?
Quackity asintió decidido, haría lo que estuviese en sus manos para que su propuesta fuera inolvidable para su novio. Moría de ganas por verlo con el anillo en su dedo, y, aunque no estaba muy seguro de si sería capaz de pedírselo la ilusión aún latía en su pecho. Con la idea brillando como un farol en su cabeza se dispuso a explicarle a sus amigos como sería aquel mágico momento, la música, la ropa, el maquillaje. Todo debía ser perfecto.
-Hay que llamar a Yato y Tako.- intervino Quackity y el grupo frente a él asintió, rápidamente texteo un mensaje a los hermanos, aún no les contaba sobre su loca idea de pedirle matrimonio a Luzu.
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Ya llevaba un par de vasos de la bebida alcohólica que desconocía, pero sus ánimos estaban en la punta más alta y no paraba de dar vueltas en el departamento de Rubius, hablando sin parar sobre como debía ser su propuesta. -Quiero dedicarle una canción.- soltó de repente, provocando que Rubius lo mirara extrañado.
