La vuelta al mundo.

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El pelinegro abrió los ojos tratando de acostumbrarse a la luz que se colaba a través de sus persianas.

Sus persianas.

Se sentó en la cama confundido, ¿cómo había llegado a su departamento?.
Su cuerpo solo llevaba una camiseta y un par de bóxers pues su ropa estaba tirada en una esquina de la habitación junto a su gorro y máscara.
Miró a su lado y se encontró con el castaño durmiendo plácidamente, estaba recostado boca abajo con los brazos escondidos debajo de la almohada, si no supiera que estaba durmiendo parecería que posaba para una revista; sonrió cuando el mayor frunció el ceño, parecía estar soñando algo.

El estómago del menor gruñó y se levantó tratando de hacer el menor ruido posible, agradecía que Luzu hubiera tenido la brillante idea de llevarlo a su departamento pues no se preocuparía de la comida.
De su alacena tomó los ingredientes para preparar pancakes, lo primero que quería hacer era cocinarle al mayor, quería conquistarlo como era debido, con pequeños detalles que demostrarán lo que él sentía realmente.

-Son los primero pancakes en mi vida...- susurro para si mismo mientras vertía la leche junto a la harina y huevos.- espero no incendiar la cocina.

Colocó música en su celular para no aburrirse y comenzó con el arduo trabajo de mezclar, esos pancakes debían quedar perfectos.
Movió la cabeza al ritmo de la música y por ende sus caderas al ritmo que meneaba la mezcla, nunca había hecho pancakes y no sabía que fuese tan divertido.

-Solo tengo una sonrisa y espero una de vuelta...- tarareo mientras mecía sus caderas.

Sonrió satisfecho cuando la mezcla estaba perfeca, encendió la estufa y colocó la mezcla en porciones esperando a que se cocinaran.

-Dame la mano y vamos a darle la vuelta al mundo.- murmuró una vez más, mientras trataba de alcanzar la miel en la parte alta de la alacena.
Sintió una mano posarse en su cintura y dejó caer la miel que recién alcanzaba; se giró asustado y se encontró con los ojos somnolientos del castaño.

-Lo siento, no quería asustarte.- se alejó del menor y estiró su cuerpo dejando a la vista su abdomen.

Respira, solo es piel.

-No esperaba que llegaras de la nada.- suspiró tratando de calmar su corazón y sacó los pancakes del fuego, poniéndolos en un plato y vertiendo la miel que anteriormente se le había caído.- Esto es para ti.

Luzu sonrió sentándose en la barra y Alex puso el plato frente a él.

-¿Para mí?.- peinó su cabello aún medio dormido y miró con cariño al de cabello azabache.- Gracias Quacks.

El menor se sonrojo mientras se giraba para preparar unos para él, no recordaba lo bien que se veía Luzu recién despierto; apretó la camisa sobre su pecho, ¿por qué su corazón latía así?

-¿Quieres ver una película?.- dijo atropelladamente mientras se servía sus pancakes.- O tal vez ya tienes algo que...

-Ver una película estaría bien.- metió un bocado de pancakes a su boca y el pelinegro se sonrojo una vez más, recordando los labios de Luzu en su cuello y como se habían besado tan desesperados.- Está muy rico.

-¿Q-Qué?.- tartamudeo saliendo de sus pensamientos.

-El desayunó, está muy rico.- sonrió ladino al ver la reacción del menor.

Tranquilo niño hormonal, ya no eres un adolescente.

-Ah.

Se sentó frente al castaño y ambos comieron en silencio, intercambiando miradas de vez en cuando y sonrisas que le sacaban suspiros.
No hablaron sobre el día anterior, no había necesidad de hacerlo.

"Querido profesor" - LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora