Venganza.

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2 semanas después.

Quackity hizo una mueca de dolor al sentarse sobre la fría silla de metal fuera de la sala de interrogatorios; el gran ventanal oscuro daba a su vista el interior de la sala.

Wilbur estaba sentado en una silla con las muñecas esposadas a la mesa, con el semblante completamente serio, aunque podía deducir que estaba molesto por la forma en la que su mandíbula se marcaba por la presión.
Tako en su lugar lo miraba indiferente, no podía demostrar la ira que en realidad estaba conteniendo por todo aquello que le había hecho a su amigo.

-¿Estás seguro de que quieres estar aquí?.- preguntó Luzu sin despegar la vista del castaño, tenía los brazos cruzados sobre su pecho y su mirada era dura.

-Sí, Tako me pidió que viniera por si se negaba a cooperar.- y para su mala suerte era lo que estaba haciendo; necesitaban la versión que Wilbur tenía para ellos, aunque el pelinegro la hubiera contado a lujo de detalles frente al psicólogo y sus amigos.

Yato salió exasperado de la sala buscando entre los oficiales y Luzu a su amigo, que lo miró cansado.- Lo lamento amigo, pero te necesitamos ahí dentro.

Asintió y con esfuerzo se levantó de su asiento dirigiéndose a la puerta de aquella sala, preparándose mentalmente para encontrarse una vez más con su agresor.
Se sostuvo del hombro de su amigo y entró respirando hondo, sobresaltandose con el estruendo de la puerta.

⭐- Conversaciones en inglés.

-Mi abogado ya les dijo todo, nada de lo que hagan me hará hablar.- gruñó molesto el castaño, paralizandose al ver al menor sentarse en la silla frente a él.- ¿Qué haces aquí?

-Te niegas a cooperar, Willby.- dijo con tono burlón.- Tienes que contarles a lujo de detalles el infierno que me obligaste a sufrir.

-No tengo porque hacer eso.

-Ah, claro que si tienes porque. Me secuestraste ¿recuerdas?.- Tako y Yato solo miraban la situación, si ellos no podían hacerlo hablar por las buenas, Quackity lo haría por las malas.- ¿O ya olvidaste esos 3 meses?

-Eso es todo lo que necesitan saber.- habló en voz baja mientras desviaba la mirada.

-A ver, pedazo de mierda mal hecha. Necesitan saber más sobre tu puto jueguito de secuestrador.- apretó el puño sobre la mesa de metal y sintió su mandíbula tensarse.- ¿Acaso eres un puto cobarde? ¿te da miedo admitir tus errores, cariñito?.- pregunto irónicamente y los ojos marrones del mayor lo miraron con rabia.

Solo debía provocarlo.

Solo un poco más.

-Siempre has sido un cobarde, lanzando la piedra y escondiendo la mano.- sonrió, pero fue una sonrisa vacía pues lo único que había en su interior era odio acumulado hacía aquel imbécil frente a él.- Pero al parecer lanzaste la piedra y heriste a alguien, Willby.- dijo moviendo hacia un costado el cuello de su camiseta, permitiendo que todos dentro y fuera de la sala vieran las pequeñas marcas de cigarrillos y rasguños en su cuerpo.

Luzu estaba viendo.

Debía estar muy molesto.

Miró de soslayo hacia el gran ventanal sabiendo que Luzu estaba ahí, y sonrió con dolor.- Debes hacerte cargo de tus actos, no puedes solo ir lastimando a las personas sin hacerte cargo de las consecuencias.- susurro viendo al castaño, que también miraba hacía el gran ventanal.

-¿Tú noviecito está aquí?.- su mirada había cambiado, de nuevo parecía aquel psicópata que lo había privado de su libertad.- Debiste empezar desde ahí.

"Querido profesor" - LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora