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La situación fue realmente incómoda, alejo lentamente a Sebastián, el cuál solo lo observó curioso.

-Fue un gusto Sebastián, pero tengo que regresar a clases- escapó de aquella situación tan incómoda.

Su lobo sentía confundido, ¿Llamó a Sebastián alfa?.
Su palpitar estaba a mil, el aroma de Sebastián había remplazado al de Gonzalo.

Caminó entre los largos pasillos hasta quedar frente a su aula, al abrir la puerta todos los ojos giraron hacía el.

-Disculpe...- antes de poder terminar fue interrumpido por el profesor.

-Fuera de la clase- ordenó la beta llena de arrugas -No puede ingresar a clase cuando se le de la gana- escupió cruzándose de brazos -Le tendré que bajar puntos- informó.

¿Alguna vez han sentido aquella presión en su pecho?, ¿Y todas las miradas pendiente a cada uno de tus movimientos?, Bueno, Andrés estaba pasando por eso, la vergüenza llegó a sus mejillas. Dejó caer sus hombros y cerró la puerta en su cara.
Se paró al lado del aula hasta que 2 alfas hicieron presencia, el pelirrojo tenía una mirada sombría y nublada mientras que el castaño contaba con una sonrisa de oreja a oreja.

-Ou...-

«mierda...»

Ambos alfas se posicionaron cada uno a su lado, el ambiente era pesado y sobre todo en el derecho, sentía la pesada mirada del pelirrojo sobre sus hombros. Jugueteo con las yemas de sus dedos.

Joder. Vaya mala suerte la suya.

Pasaron los minutos y ninguno se atrevía a a romper el hielo, ambos alfas tenían a la mirada al pequeño chico de rizos definidos, esté aún con la mirada fija en el suelo empezó a tararear. El pelirrojo lentamente fue acercando su mano a la del omega, a un par milímetros fue interrumpido.

-Oigan- llamó el alfa de orbes azules -Esta tarde hay una fiesta en la casa de una amiga- sacó de su bolsillo un papelito -No se si querrán asistir- estiró el papelito hacía ambos chicos.

La pareja lo observó sorprendidos por su acto.

-Claro- soltó nervioso Andrés mientras tomaba el papelito entre las yemas de sus dedos.

-Bueno, entonces nos vemos- dió un par de pasos hacía delante, quedando un par de centímetros cerca del omega, se inclinó hacia el castaño -Sobre todo a tí- susurró para el más bajo, retomó una postura recta, para luego pasar por el lado de la pareja.

Andrés observó como este se marchaba, se sentía confundido y sorprendido por las acciones de aquel chico.

(...)

-Recuerda no llegar tarde y si vas a llegar tarde ten cuidado- débilmente el cansado peliceleste tomó de los hombros al castaño.

-No te preocupes, llegaré lo antes posible-.

Antes de poder retirarse una cabellera lacia hizo presencia, Victor, este también iba a ir a la fiesta, bueno, cada uno la va pasar con sus amigos. Claro.

El alfa vestía una ramera cazadora de cuero; una camisa con el cuello desabotonado, unos vaqueros pitillo y un par de botas Dr. Martens.
El clásico fuck boy que derrite a todas, el no estaba vestido nada mal.
Una polera azul, unos vaqueros viejos y unas converse. Sinceramente no le puso mucho esfuerzo a su aspecto.

-¿Vamos?- preguntó el alfa mientras pasaba sus dedos entre su cabellera ahora lacia.

-Ya me iba- tomó la perilla de la puerta.

-Bueno, nos vemos papá- se despidió mientras observaba como el menor abría la puerta.

Ambos jóvenes salieron del condominio. Los castaños caminaron en un sólido silencio, no tenían planeado romper aquella burbuja, no eran los hermanos más cercanos como todos creían pero en el fondo había un cariño. Cada vez más cerca de su destino el castaño sintió un aroma familiar, al girarse se topo con unos ojos bicolores, aquella mirada angelical que traspasaba todo su ser, sintió el conocido calor en sus mejillas, retomo su posición con la mira hacía el frente, pero ambos alfas habían notado su presencia.

-Oh...¡Gonzalo!- Victor retrocedió para saludar al pelirrojo, este solo le sonrió amablemente.

-Victor, te ves bien- halagó aún con la mirada fija en el pequeño omega el cuál nervioso siguió esparciendo su exquisito aroma.

Ambos jóvenes se llamaron con la mirada, pero fueron interrumpidos por el de orbes esmeralda, esté paso su brazo por los hombros del pelirrojo, llamando la atención de ambos.

-¿Te diriges a la fiesta de Lyna?- preguntó mientras subía sus manos por su cintura de una forma lenta y sexy -Van a ver lindos omegas-.

El castaño lo observó horrorizado -Enserio, eres demasiado homosexual-.

-Uhm...¿Si?-.

El menor asintió, los jóvenes establecieron una cómoda conversación hasta llegar a una enorme casa, está contaba con piscina y un enorme jardín, luces de colores alumbraban las afueras, jóvenes saltando a la piscina, todos parecían tomados, cosa que no le agrado a Andrés.

Una silueta se fue acercando hacía ellos, una linda omega de cabellera castaña; un vestido negro que marcaba cada una de sus curvas y unos tacones rojos, está se le abalanzo a Gonzalo, esté tomó entre sus manos la pequeña cintura de está, con movimientos lentos y circulares empezó a bailar contra el alfa puro.

Andrés solo observaba con el ceño fruncido, apenas habían pisado el jardín y esa ya estaba pegada como chicle en Gonzalo. El alfa puro intento alejarla pero la omega lo hizo temblar con un leve roce cerca de su entrepierna.

-Vaya suerte- soltó el de orbes esmeralda -Bueno, yo vine a divertirme, no a ser un espectador- se fue alejando de los omegas.

-Yo te acompaño- gruñó entre dientes el de cabellera rulosa.

«-Zorra, Grr...

Caminando detrás de su hermano observó atentamente a los jóvenes borrachos, estos no parecían conocer el espacio personal, se frotaban entre sí y los sonidos morbosos que soltaban llegaban como un dulce manjar para sus oídos, intento ignorarlos con la fuerte música pero parecía imposible. Se adentró a la casa, la cuál estaba completamente llena, fue sofocado por varios cuerpos, los cuales se movían al son de la música.

Podía divisar cómo varias omegas con poca ropa bailaba de una manera sucia y sexy, los alfas parecían perros en celo, rozando su entre pierna contra los culos grandes de los omegas.

«-Enserio, parece un burdel

La mezcla de aromas lo mareaban, tabaco, licor, alfas y omegas. Entre todo los movimientos perdió de vista a su hermano, era su primera vez en una fiesta y ya quería irse, se dirigió hacía la cuál parecía ser la cocina, al adentrarse se encontró a la dueña de la fiesta siendo sometida por una alfa, si no se equivoca a era Ela, ambas chicas notaron su presencia.

-¿Buscabas algo, cariño?- habló dulcemente la alfa.

-Ah...y-yo, me e-equivoque de puerta- cerró la puerta, sentía un fuerte calor en las mejillas.

Se giró, encontrandose con Sebastián, sus pupilas se dilataron al verlo con el pecho desnudo, su aroma hipnotizó por completo su cuerpo, acercó su mano hacía el abdomen marcado del alfa, este lo tomó de la muñeca y lo apego a su cuerpo.

El omega inhalo el exquisito aroma del moreno.

«-ron y limón

Jadeó al sentir la lengua del alfa pasar por su sensible cuello.

-Hola, lindo- la voz ronca del alfa se estrelló contra su oreja.

Un escalofríos pasó por su espalda, las manos del alfa se dirigieron bajo la polera, tocando la cintura del omega, se encontraba completamente encantado por el contacto cuando sus ojos se dirigieron a las escaleras, encontrandose con el pelirrojo siendo arrastrado por aquella omega.

-Grr...-

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🏳️‍🌈: Buenas noches :D

Dulce aroma a Miel © SpartorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora