XXVII. Visit.

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Finalmente llegamos a departamentos grandes y de buen gusto. Jan tomo su celular y llamo para que nos dieron la entrada y avisar que ya nos encontrábamos.
Sonrió cuando colgó y dirigió la mirada en mí.

Jan: Pasa.

Hice caso y pase. Se puso al lado de mí. Yo solo seguía sus pasos, el conocía el lugar y yo era completamente nueva.
Llegamos al departamento final, el mas grande todos. Abrieron la puerta y me encontré con la sorpresa de que era Mario, cargando un niño de mínimo cinco años. Detrás salió.. ¡Danna!, esta vez cargando a una niña de tres años aproximadamente.
Una sonrisa permaneció en mi rostro al verlos. Jan se acerco y los saludo, luego se regreso a mí tomando mi mano y dirigiendo a ellos. Estaba sorprendida de volverlos a ver, una vez más.
Teniendo la fortuna de conocer a sus hijos, dos bellos niños. Tenían los rasgos de Mario y Danna, pero el mas parecido era el niño, casi igual a Mario. El mismo niño con una voz tierna me saludo, luego una sonrisa apareció repentinamente en su rostro.
Tenia las típicas ganas de tomar sus mejillas y apretarlos hasta dejarlos sin su par. Salude a Mario y Danna, luego me dieron el paso y nos introducimos en su hogar.
Nos sentamos en el sofá y pasamos toda la tarde hablando de nosotros. Sus hijos se llamaban;
-Rose
-Christian

Mario: Me alegra que hayan venido.-Sonrió.-

Yo: Bueno, en parte fue gracias a Jan, por invitarme.

Jan me miro y sonrió.

Danna: Me alegra que sean novios nuevamente.

Jan y yo miramos a Danna, ella estaba inconclusa por nuestras reacciones.

Jan: Solo... somos amigos.

Mario y Danna se sorprendieron ante dicho comentario, al parecer se avergonzaron de preguntar algo tan repentino.

Mario: Bueno, ya llegara el momento.

Y así paso nuestra tarde... platicando a cada instante. Desgraciadamente la hora de irnos había llegado.

My life in Puzzle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora