EL NIÑERO ➺ MINSUNG

14

Al pasar de unos treinta minutos Minho se despertó de su sueño viendo frente a él a un Jisung dormido.

Es hermoso...fue lo que pensó.

La verdad ver a Jisung incluso en sus peores como llorando, recién levantado o durmiendo casi babeando, ante los ojos de Minho era ver una obra de arte ¿Por qué sería? ¿Jisung le gustaba tanto? ¿Cuándo comenzó a gustarle? Las respuestas a esas preguntas no las tenía, lo único que sabía es que tenía ganas de besarlo, quería besarlo maldita sea. En estos momentos se sentía un tonto por no aprovechar la última vez para besarlo.

Minho despejó algunos cabellos que estaban en su frente y vió que no se despertó, acarició delicadamente su mejilla y este seguía sin inmutarse ¿Tan cansado estaba? Minho pensó que quizás se había despertado muy temprano para ir al trabajo o algo así pues Jisung no se movía y respiraba muy pacíficamente. Trató de moverlo un poco y por fin este reacciono.

—¿Hm? —murmuró semi dormido.

—Te dormiste— dijo acariciando su cabeza.

—¿Qué hora es?

—Las 2:35 pm —respondió mirando la pantalla de su celular. Jisung soltó un gran bostezo—¿Qué quieres hacer ahora?

—No sé, es temprano ¿Cómo cuanto duran las citas?

—Mi última cita duro toda la tarde, pero si estas cansado...

—¡No, no! Estoy bien, solo estoy recién levantado— dijo rascando sus ojos— ¿Qué otras cosas se hacen en las citas?

—Pues...podemos ir al cine o a un parque— propuso lo primero que se la vino a la cabeza.

—Me gusta el cine— dijo levantándose, Minho hizo lo mismo y ambos se dirigieron de regreso al auto.

EN EL CINE.

En su camino al cine Minho se había comenzado a preocupar pues no hablaron mucho y sabía que en las primeras citas la platica nunca paraba ¿Jisung estaba incomodo? Eso era malo, pensó.

Se aproximaron a la cartelera, ahí habían varias películas, Minho se preguntaba cual sería buena para ver hasta que Jisung le señalo una.

—Veamos esa— dijo señalando una película romántica, a Minho no le gustaban de esas, él prefería las de acción, pero por Jisung sería capaz de ver lo que fuera.

—Lo que mi chico quiera— soltó mirándolo con una sonrisa. Jisung se sonrojó ante tal frase y sonrisa tan irresistible. Minho era muy dulce y decía cosas que decían los chicos en los libros que leía, de verdad que estaba disfrutando de esos momentos, el pelinegro siempre le decía cosas lindas.

Compraron los boletos y las palomitas. Cuando entraron al lugar Jisung estaba muy emocionado, había escuchado buenas reseñas de esa película y estaba feliz de que Minho estuviese con él. La película comenzó con música suave que a Jisung le gustaba, pasaron los minutos y ya estaban en la parte más triste de todas. Minho por primera vez le estaba prestando atención a una película romántica, había visto una que otra a lo largo de su vida y ninguna le había gustado, pero esta, la verdad, estaba buena.

En la escena el protagonista estaba confesándole a su amada que siempre estuvo enamorado de ella, pero el hombre tenía una enfermedad terminal y estaba agonizando. Estaba tan inmerso en la película que sentía un nudo en la garganta, quería aguantar pues Jisung estaba a su lado, pero todo se fue al caño cuando comenzó a escuchar sollozos, volteó a su izquierda y Jisung era un mar de lágrimas, quiso aguantar pero no pudo y también comenzó a sollozar.

—Jisung, no llores— sollozaba intentando consolarlo.

—Es que es muy triste, el hombre va a morir y nunca pudieron ser algo— dijo entre lágrimas.