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Minho tenía a Jisung en sus brazos, le estaba besando el rostro mientras acariciaba la piel de su cintura. El menor tenía una sonrisa en el rostro, Minho estaba siendo muy meloso, primero beso sus hombro lenta y profundamente, luego acaricio su estomago buscando sensibilidad y ahora le daba un lluvia de besos en el rostro.

—Minho ya basta— dijo entre risas.

—No puedo, eres muy irresistible— volvió a besar su cara para después bajar a su cuello y morder levemente.

—Minho me haces cosquillas— suplicó entre risas. El mayor se separo de su cuello y lo miró con una sonrisa— ¿me das un beso?— preguntó tímido.

—Los que tu quieras— dijo acercándose a sus labios para dejar un dulce y delicado beso en ellos. Jisung amaba eso, como Minho podía besarlo con pasión, necesidad y también con mucha dulzura, definitivamente los besos eran lo que mas le gustaba—Creo que hay que tomar un baño— se separó de él. Jisung comenzó a hacer pucheros.

—Estoy cansadoo— se quejó escondiéndose debajo de las sabanas, Minho rió ante la adorable pataleta que le estaba haciendo el menor.

—Si, pero estamos sucios— dijo abrazándolo sobre el edredón— vamos yo te cargo— por fin logró que Jisung asomara la cabeza.

—Soy pesado— le hizo ojitos de perrito.

—No lo creo— dijo desarropándolo y Jisung inconscientemente llevo sus manos a su entrepierna. Minho lo tomó en brazos y lo llevo hasta el baño que estaba en la habitación. lo sentó sobre el inodoro y Jisung se quejo— si, te va a dolor por uno o dos días— dijo comenzando a llenar la bañera.

—Es muy incomodo— comentó adolorido.

Cuando la tina se lleno, el pelinegro le tendió la mano para ayudarlo a entrar, Jisung se sentó en ella y Minho fue detrás de él sentándose a sus espaldas. Tomo el shampoo y colocó una pequeña cantidad en su mano para comenzar a masajear los cabellos castaños, Jisung y él hablaban de cosas banales mientras Minho jugaba a hacer formas con el cabello del chico.

Cuando ya ambos estuvieron listos se secaron y vistieron cómodamente. Jisung ayudo a Minho a cambiar las sabanas por unas limpias.

Ambos se volvieron a acostar en la cama ya con sabanas limpias y se dispusieron a ver un maratón de películas, lo cual no pudieron pues el sexo los había dejado tan cansados y Minho había puesto el aire acondicionado tan alto que el ambiente se les hizo apto para dormir abrazados hasta el día siguiente.

...

Cuando Jisung despertó sintió algo firme en su cara, se separo un poco y enfocó su vista, estaba durmiendo en el pecho de Minho, este lo estaba abrazando de la cintura respirando en su coronilla. Jisung se removió un poco tratando de sentarse cuando nota que Minho se despierta.

—Buenos días— saludó sonriente el mayor aún semidormido.

—Buenos días— respondió intentando levantarse, pero Minho fue mas rápido y lo tomó de su muñeca jándalo hacia si mismo.

—Que linda bear face tienes amor— dijo Minho besando su frente, Jisung solo se sonrojo— ¿Nos quedamos un rato mas en la cama?

—No, Minho. Tengo hambre— se quejó mientras se dejaba abrazar.

—Yo puedo quitarte el hambre— dijo coqueto.

—¡Minho!— reprochó golpeándolo muy suavemente en el pecho, el mayor simplemente rió.

—¿Que? Digo que puedo cocinarte ¿En que cosas sucias piensas?— se burló. Jisung se rió y se sentó sobre él.

—No te creo nada— dijo sentado en su cadera.

—Pues deberías, eres un mente sucia— le picó en la frente con su dedo medio e índice.

—Pues si lo soy es tu por tu culpa— dijo divertido sobándose la frente.

—Ohh ósea que por mi culpa ¿Eh? Pues que tal si por mi culpa te vuelvo a hacer gritar como anoche—levantó el torso quedado cara a cara con el castaño.

—No podemos— dijo sintiendo como Minho llevaba ambas manos a sus nalgas.

—¿Por que no?— susurró para comenzar a besarlo, primero lento y luego con más pasión, Jisung iba a dejarse llevar por los besos y las hábiles manos de Minho debajo de su pantalon cuando saco fuerzas de su interior para separarse.

—Debemos comer y los niños podrían entrar en cualquier momento.

—Cerré la puerta con llave— dijo dando la vuelta hasta dejar a Jisung debajo suyo. Comenzó a besarlo de nuevo haciendo ruidos sensuales con su boca, Jisung era tan dulce, tan sexi y tan deseable que Minho no podía controlar sus impulsos de querer satisfacerlo hasta hacerlo llorar de placer.

Estaba en su mundo cuando siente que tocan la puerta.

—¿Minho estas ahí?— exclamó su madre del otro lado de la puerta.

—El señor Minho se encuentra ocupado y no la puede atender, deje su mensaje después del tono PIII— bromeó mientras veía como Jisung se reía debajo suyo.

—Ja-ja muy gracioso. Bajen a comer que los estamos esperando— volvió a exclamar separándose de la puerta.

—Te lo dije— dijo Jisung mirándolo con una sonrisa.

—Bueno tu ganas— se levantaron y fueron juntos abajo a comer en familia.

EL NIÑERO ➺ MINSUNG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora