Capítulo 7

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- ¿Vas a ir vestida así? - me mira de pies a cabeza.

-Ni que fuera a modelar. -

-Pero es que, no lo sé, no me parece un atuendo presentable para el padre. -

-Geo, déjame tranquila, que suficiente tengo con levantarme a las ocho y media de la mañana. -

Paso por un lado y la dejo alegando sola.

Tomo el cepillo de dientes y cierro los ojos intentando dormir un poco màs.

Me peino la maraña de pelo y salgo para dirigirme a la parroquia.

Veo a funcionarios del hospital llegando y disfrutando de la libertad que tienen para ir a donde se les plazca.

Toco tres veces la gran puerta y del otro lado se escuchan patitas correr hacia donde estoy.

-Tranquila Lassie. - dice el hombre que me torturara por días.

Abre la puerta y chupete se me intenta trepar por las piernas mientras me ladra y mueve la cola.

-Hola mi niña preciosa, ¿Cómo estás? - me pongo a su altura y la tomo en mis brazos.

-Buenos días Isabella. -

-Buenos días español. -

Paso dentro de la parroquia que esta calentita.

Tiene estufas por doquier y antes de que diga algo, Lucas se me adelanta.

-Massimo me dijo que eras bastante friolenta, y bueno, hoy no será un día muy caluroso. -

Lo miro y asiento.

-Gracias. - digo sincera y espero a que me guie a la cocina.

-Adelante. - me indica donde tomaremos desayuno y casi corriendo es que voy.

Una mesa para no más de cuatro personas y dos sillas reposan a nuestra disposición.

Veo bastante comida y no tenía idea que el cura cocinaba tan bien, o eso deduzco por el olor.

-Toma asiento por favor, no sabía cuál era tu desayuno favorito asique prepare waffles, panqueques, huevo con tocino, tostadas, también hay frutas picadas y café - lo miro por un segundo - pero también te puedo preparar jugo de naranja. -

-No me gusta el jugo de naranja. - digo un poco seca.

-Oh, está bien. -

Me siento y espero a que ponga agua caliente a mi café.

-Muchas gracias por todo de hecho, se ve exquisito este desayuno. -

Y como casi nunca, disfruto de un buen desayuno con panqueques y frutas picadas, no hablamos mucho y eso es lo mejor.





-Bueno, es mejor que ahora descansemos. - dice antes de sentarse suavemente en una banca que esta frente a mí.

Sin embargo, yo me desplomo en el piso. Sí que hay cosas que hacer en la parroquia.

-Solo falta ubicar las biblias en sus respectivos lugares y seria todo por hoy. -

Son las dos de la tarde y al fin podré comer, da hambre hacer actividad física.

- ¿Qué cocinaras? -

- ¿Qué te gustaría? -

-Diría que pasta, pero no me caería nada mal unas papas fritas. Digo, nos merecemos algo frito por el trabajo que hicimos. -

- Papas fritas serán, ¿con hamburguesa? -

- ¡Sí! - me levanto efusiva por tal proposición y quedo sentada en el piso.

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