- ¿Vas a ir vestida así? - me mira de pies a cabeza.
-Ni que fuera a modelar. -
-Pero es que, no lo sé, no me parece un atuendo presentable para el padre. -
-Geo, déjame tranquila, que suficiente tengo con levantarme a las ocho y media de la mañana. -
Paso por un lado y la dejo alegando sola.
Tomo el cepillo de dientes y cierro los ojos intentando dormir un poco màs.
Me peino la maraña de pelo y salgo para dirigirme a la parroquia.
Veo a funcionarios del hospital llegando y disfrutando de la libertad que tienen para ir a donde se les plazca.
Toco tres veces la gran puerta y del otro lado se escuchan patitas correr hacia donde estoy.
-Tranquila Lassie. - dice el hombre que me torturara por días.
Abre la puerta y chupete se me intenta trepar por las piernas mientras me ladra y mueve la cola.
-Hola mi niña preciosa, ¿Cómo estás? - me pongo a su altura y la tomo en mis brazos.
-Buenos días Isabella. -
-Buenos días español. -
Paso dentro de la parroquia que esta calentita.
Tiene estufas por doquier y antes de que diga algo, Lucas se me adelanta.
-Massimo me dijo que eras bastante friolenta, y bueno, hoy no será un día muy caluroso. -
Lo miro y asiento.
-Gracias. - digo sincera y espero a que me guie a la cocina.
-Adelante. - me indica donde tomaremos desayuno y casi corriendo es que voy.
Una mesa para no más de cuatro personas y dos sillas reposan a nuestra disposición.
Veo bastante comida y no tenía idea que el cura cocinaba tan bien, o eso deduzco por el olor.
-Toma asiento por favor, no sabía cuál era tu desayuno favorito asique prepare waffles, panqueques, huevo con tocino, tostadas, también hay frutas picadas y café - lo miro por un segundo - pero también te puedo preparar jugo de naranja. -
-No me gusta el jugo de naranja. - digo un poco seca.
-Oh, está bien. -
Me siento y espero a que ponga agua caliente a mi café.
-Muchas gracias por todo de hecho, se ve exquisito este desayuno. -
Y como casi nunca, disfruto de un buen desayuno con panqueques y frutas picadas, no hablamos mucho y eso es lo mejor.
-Bueno, es mejor que ahora descansemos. - dice antes de sentarse suavemente en una banca que esta frente a mí.
Sin embargo, yo me desplomo en el piso. Sí que hay cosas que hacer en la parroquia.
-Solo falta ubicar las biblias en sus respectivos lugares y seria todo por hoy. -
Son las dos de la tarde y al fin podré comer, da hambre hacer actividad física.
- ¿Qué cocinaras? -
- ¿Qué te gustaría? -
-Diría que pasta, pero no me caería nada mal unas papas fritas. Digo, nos merecemos algo frito por el trabajo que hicimos. -
- Papas fritas serán, ¿con hamburguesa? -
- ¡Sí! - me levanto efusiva por tal proposición y quedo sentada en el piso.
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AMÉN
RomanceSiendo el reemplazo de un sacerdote que atentó contra su vida en aquel psiquiátrico, Lucas Palacio llenaba de luz las nuevas paredes de aquella pequeña capilla que se encontraba para el consuelo de almas perdidas y mentes distorsionadas. Un hombre s...