Capítulo 16

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Los días pasaron rápido, y solo faltaban un par de horas para que la gente de Leonardo me venga a buscar.

Estoy con la ansiedad a mil porque aún no le he podido decir a Lucas que en un rato más me voy.

Y con qué cara, si el otro día le dije hasta de lo que se iba a morir porque me dejaría en Estados Unidos y él se iba a Madrid.

"Hola cura, ¿recuerdas que la otra vez me enoje porque te ibas? Bueno... enójate porque ahora la que se va soy yo."

Me lo pensé una, dos, tres veces y siempre llego a la misma conclusión.

Que joden a Massimo.

Y no puedo darme ese lujo, sería una completa perra si no hago esto, porque Leonardo sabe cómo jugar sus cartas, entiende que Massimo y yo somos inseparables, que uno por el otro daría la vida misma, y yo lo haré si es necesario.

Pero Lucas...

¿Qué hago con él?

¿Qué pasa entre nosotros? Si bien hace poco nos sinceramos de algunos sentimientos y nos comimos la boca (no es menor), no veo los siguientes movimientos en este juego. Seamos honestos, Lucas lleva más de diez años como sacerdote, tiene su vida lista por decirlo de cierta manera y yo soy... bueno, una asesina con miles de problemas y enfermedades mentales, que no sabe ni si quiera cuál será su vestido de graduación, la cual también es dentro de poco.

Él es un hombre, yo apenas estoy comenzando a ser una adulta, y lo van a juzgar de una manera impresionante, aunque para mí la diferencia de edad no entra en tema. Claro que soy catorce años menor que él, pero no se compara con cualquier otro caso de una niña de dieciocho y un tipo de treinta y dos; tengo mucho más conocimiento de la vida que Lucas, no soy una chica inocente y virgen esperando que llegue el amor de su vida, ni el español es un viejo intentando aprovechar mi dulce inocencia.

Olvidé la cuenta de cuantos tipos me follé y Lucas a lo más que ha llegado fue a tocársela cuando se la sostiene para mear. No me estoy saltando etapas, porque esas se fueron cuando decidí tomar un rumbo diferente en mi vida.

Sin embargo, no sé qué podemos hacer con nuestra situación. Siento que somos completamente diferente y me da miedo que se dé cuenta con qué tipo de mujer está y me mande a la mierda.

Me siento insegura por no llenar el hueco de expectativas y seguir comportándome tan mal como lo he hecho desde que tengo memoria. Para mí, matar a alguien es como sacar la hoja de un cuaderno.

¿Qué conversaciones tendremos? "Hola! ¿cómo te fue hoy? .... Bautizaste a alguien, que lindo... ¿yo? Ah pues yo maté a un tipo que se me quedo mirando el culo."

Hoy estuvo todo el día preguntándome que me pasaba y sinceramente preferí hacerme la loca y decirle que me sentí mal del estómago.

Pero no puedo de la noche a la mañana desaparecer así sin más, ¿o sí?

El golpe a mi puerta me saca de mi trance, y la verdad de las cosas es que no entiendo como alguien puede estar tocando a estas horas de la madrugada, son casi las cuatro de la mañana y me causa un poco de miedo quien pueda estar al otro lado de la puerta.

¿Miedo? Isabella Valentina tiene miedo... que sorpresa más grande. Después ¿qué será? ¿No vas a querer matar?

-Es diferente. -

Ahí tienes tu daga D'angelo, no digas que no la recuerdas, ¿tienes miedo de que sea un hombre y te viole?

-Yo no le tengo miedo a los hombres. -

Demuéstralo.

Con mi daga en mano abro la puerta rápidamente y antes de que pueda hacer algo, me noquean.

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