Tres años después.
- ¡Mamá! - grita mi hermosa Diana mientras sus castaños cabellos vuelan por el viento.
-Deja de correr Diana. - la reprende su madre, mientras yo la tomo en brazos.
-No le hables así a la piojosa. - le digo a Bianca mientras ella solo pide fuerzas a su dios en silencio.
-Tía bela, quielo a mi papá. - dice mientras hace un tierno puchero en su boquita.
-Ya viene tu padre, está trabajando para comprarte un hermoso pony. - beso su mejilla y la dejo nuevamente en el suelo, mientras emprende viaje corriendo sobre sus piecitos hasta su madre que la levanta y la llena de besos.
Benedetto y Bianca por anhelo de ambos, decidieron adoptar, y hace siete meses que Diana forma parte de nuestra familia. La pequeña hija de mi mejor amigo tiene cuatro años y es la niña más dulce que pude conocer. Su cabello es castaño y de preciosos ojos avellana, mientras que en su bracito derecho posee una enorme cicatriz por el accidente automovilístico de sus padres antes de dejar este mundo.
Giro sobre mis talones y tomo una cerveza mientras veo todo decorado de colores pasteles y predominando en todo momento el celeste y blanco. Hay bastante gente, están los Novikova, los Di' Tomasso, y solo contando a esos son como veinte personas, más la familia de Alessio, y los amigos más cercanos de los futuros padres.
Estamos celebrando el Baby Shower de la menos pensada. Sí, la mismísima.
- ¿Dónde está Emmanuel? - grita Alexandra mientras sujeta con una mano su espalda y con la otra su barriga de ocho meses.
-No grites tan fuerte que se te resbala el bebé. - le digo mientras doy un largo trago a la cerveza.
-Muy chistosa la madrina, mejor ve a ver dónde está Emmanuel. -
-Ya debe venir. - ruedo los ojos - Que mujer para ser intensa. - me separo mientras voy hasta Alessio.
-Mi amor. - dice mientras me abraza fuerte y deja un beso en mi mejilla.
-Quisieras. - le digo mientras golpeo suave su brazo.
- ¿Sabes sobre...? - pregunto bajo y antes de finalizar mi cuestionamiento, responde.
-No, solo sé que en Europa no está. - me quita la cerveza de las manos y le da un sorbo.
-Bien, aunque no dudaría en reventarle la cabeza si es que lo llego a ver. -
-Isabella, Santino salió corriendo, no debería preocuparte alguien como él. -
-Sabes bien que no me preocupa su presencia, como si poco me costara terminar con su miserable vida, pero me preocupan los niños...- observo a mi mejor amiga mirando su vientre y a Bianca con su hija - Alessio, no volveré a ser la causante de una muerte infantil. - niego mientras tomo de la botella.
-No fuiste tú quien disparó esa bala Isabella, deja de mortificarte por eso. -
-Era una niña Alessio, una niña de tres años. -
-No la mataste tú mi amor, no lo hiciste. -
Voy hacia el sofá dentro de la casa y me quedo sola mientras los recuerdos vuelven a mi mente, desde el día de la boda.
Estaba yo con ese vestido negro, caminando al altar y dispuesta a olvidar mi vida pasada con ese hombre.
Pero no me iba a permitir estar atada a Santino, eso jamás.
Luego de firmar, dar el sí y el añorado beso de los novios, nos unimos a la fiesta. Y al pasar las horas también los tragos.
Santino estaba muy borracho, y yo esperaba que fuera el momento preciso para matar a mi esposo.
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AMÉN
RomanceSiendo el reemplazo de un sacerdote que atentó contra su vida en aquel psiquiátrico, Lucas Palacio llenaba de luz las nuevas paredes de aquella pequeña capilla que se encontraba para el consuelo de almas perdidas y mentes distorsionadas. Un hombre s...