Capítulo 30

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Lucas

- ¿Hiciste lo que te pedí? - pregunta con despreocupación.

-Mandaste a tu mujer, y ese no era el trato. - sueno calmado mientras manejo.

-Debía asegurarme que hicieras tu trabajo. Dos oportunidades te di, y solo le hacías un par de heridas de mierda de las que se recuperaba a los tres días. ¿Qué más podría hacer? No confío en ti, Lucas. Y los dos sabemos que entre más rápido era mejor. - mis nudillos se vuelven blanco de la presión que ejerzo en el volante.

-Voy a tu casa, para darte el informe de todo. - corto antes de que pregunté si maté a Isabella.

Le envié un mensaje de un número desconocido a Benedetto, para que la vaya a buscar donde están.

La ira que tengo guardada no es capaz de poder aguantar ni un día más. Ese hijo de puta me quitó a mi perrita, mandó a la zorra de su esposa para él no ensuciarse las manos, y en vez de eliminar a Isabella, me quitó a la única "mujer" que adoraba con mi vida.

Si la deje en el departamento de la italiana fue por algo, y lo que menos quería era que ella estuviera presente cuando acabara con la vida de Isabella.

Y esa mocosa, me pone los pelos de punta, realmente no sabré que hacer con ella cuando este trato se acabe.

¿Realmente iba a ser capaz de matarla? Suspiro, la verdad no lo sé.

Ella no tiene la menor idea de nada, y en cualquier momento la asesinaran con torturas y métodos que ni ella misma conoce.

No debo defenderla, mucho menos cuidarla, y eso es lo que me hace enojarme conmigo mismo por lo que haré después de acabar de una vez por todas el trato. ¿Por qué debo seguir protegiéndola? Ella es tan capaz de cuidarse por sí sola, pero no, yo me las quiero dar de puto salvavidas para que la linda no caiga en la misma mierda cuando sepa de todo.

No le debo nada, ella me debe la vida, si no hubiera sido porque deje que mi puto corazón dejara de funcionar cuando le dije que ya no la amaba, ella estaría más que bajo tierra.

Amenazas, tratos, mentiras, caretas.

Estoy harto de esa mierda, y lo único que quiero es irme a la otra punta del mundo para dejar de estar cerca de ella.

Volverla a ver fue como si me latiera nuevamente el corazón, y sentir sus labios aquella vez cuando la bese fue como si la sangre de mi cuerpo volviera a circular.

Pero debo tener algo muy presente, yo no soy el mismo hombre del que se enamoró, ni jamás volveré a serlo.

Después de sentir cómo su corazón se fragmentaba por todas mis palabras era mi martirio. Verla salir con lágrimas en los ojos fue lo último que alcance a ver en vida.

Y ahora ella no entendería nada de lo que hice, me reprocharía por sentir que no era capaz de hacer las cosas a su manera, como si no la conociera.

A veces pienso en decirle, explicarle todo, desde principio a fin, e intentar hacer las cosas mejor.

Pero, ¿Cómo le digo?

"¡Hola! ¿Recuerdas esa vez cuando te dije que te quería a mil metros de distancia y no sentía nada por ti? Bueno, era todo mentira. Solo lo hice para que Santino no te matara mientras estabas de espaldas pidiéndome que te explicara las cosas mientras horas antes me había amenazado con matarte de la peor forma posible. Increíble, ¿no?"

¡Una puta mierda! Esa es capaz de sacarme los ojos y metérmelos por el culo si le llego a decir eso.

Si hubiera sido el Lucas que soy ahora, yo mismo lo reventaba en balas, pero no, me daba miedo hasta matar una puta hormiga, y no sabía nada de ese mundo, nada de amenazas, ni problemas.

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