Crisantemo

XXVII

Zero inhaló profundamente, tenía al menos diez minutos para prepararse mentalmente antes de llegar al edificio de la Asociación. Durante las últimas semanas se dedicó a poner sus pensamientos respecto al futuro en orden. Aún no tenía claro qué hacer tras terminar la academia, pero sí estaba seguro que no sería parte de los cazadores.

Antes de hacer el trámite oficial, habló con Kaien y Toga sobre su decisión. Le apoyaron de inmediato. Entendían que había lazos insalvables, la confianza en los altos mandos estaba completamente perdida; así como entendían que su posición como destinado de Kaname era un arma que sólo lo dañaría si llegaban a descubrirla. Esa misma tarde le ayudaron a redactar una solicitud formal de desvinculación, cuya respuesta recibió tres días después junto a la fecha para la audiencia de desvinculación.

Su teléfono vibró en su bolsillo. Un mensaje de Kaname que decía "Ánimo! 💪" y un stiker de un gato con el pulgar arriba. Sonrió mucho más relajado. Ambos se acostumbraron a conversar por mensajes. Normalmente eran ermitaños sociales, apenas recibían mensajes de su círculo cercano y la mayoría los dejaban en visto; por lo que la nueva interacción al principio fue algo torpe. Cuando tomaron confianza su chat se llenó de emojis, stikers de gato—que a Kaname le encantaba usar— y fotos de comida.

El auto se detuvo dando final a su paz temporal. Con renovado vigor, Zero se plantó frente a las puertas de la Asociación. Dentro le esperaba la junta de directiva para estudiar su caso y determinar, como si fuera necesario, si era apto para ser desvinculado de los cazadores. Una completa estupidez.

Se dirigió con paso firme a la sala de conferencias asignada a su caso. El cazador que custodiaba la puerta, al verlo, frunció el ceño y contorsionó el rostro con asco.

—Identificación.—Pidió bruscamente. Zero le pasó el documento sin inmutarse por el trato descortés, ya estaba acostumbrado a esos desplantes y no le afectaban como años atrás.

El sujeto se tardó un tiempo considerable en revisar su identificación, como si hubieran miles de vampiros de cabello plateado trabajando en la asociación. Cuando estuvo satisfecho le devolvió el documento de mala gana y abrió la puerta.

La junta directiva estaba compuesta por los quince mejores cazadores y los más experimentados en su área. Era un grupo de ancianos de rostros duros y aire pomposo, en medio estaba Kaien, tomando el puesto de presidente. Zero jamás había conocido al Consejo vampírico, pero suponía que se veían exactamente igual al grupo frente a él. Se compadecía de Kaname, solo pensar en estar más de 10 minutos en esa sala le provocaba migraña.

—Buenas tardes, señor Kiryuu.—saludó el secretario, dando comienzo a la audiencia.— Esta reunión tiene como objeto revisar la solicitud de desvinculación presentada por el señor Kiryuu, y dar un veredicto al respecto. Según la documentación de su expediente, usted es un vampiro nivel E que se mantiene bajo la custodia del presidente Cross. Al momento no se han reportado incidentes, ni conductas violentas o inestables de su parte. Ha cumplido correctamente las misiones dadas por la Asociación, con un desempeño favorable. Pero mantiene un estatus de nivel E que requiere supervisión. Expuesto lo anterior, podemos comenzar.

—No podemos dejar a un nivel E suelto. Es completamente irresponsable.—rezongó el anciano de la derecha, impaciente por terminar todo. Si Zero mal no recordaba, su apellido era Meiss. El viejo le tenía odio desde que se presentó como nivel E, fue el primero en sugerir matarlo. Irónico resultaba que ahora no lo dejara ir.—Es imposible saber cuando una bestia puede perder el control.

Los murmullos de aprobación se alzaron y el ambiente se tornó hostil en contra de Zero.

—Le pido más respeto con un compañero cazador, señor Meiss.—Kaien amonestó severo. Zero aguantó la risa, el viejo parecía estar chupando limón, claramente indignado por la reprimenda.