—Es un espacio muy pequeño.—se quejó Aido al entrar en el lugar. A su parecer, esa casa era bastante pequeña y humilde como para ser la residencia del director.
Zero bufó irritado. —Perdone, su majestad. Pero si no le gusta, se puede ir. Es más, yo mismo lo escolto a su palacio.
—No, gracias. Viviré la vida de plebeyos por unas horas.
Yuuki miraba desde la puerta el intercambio. Algo le decía que esos se llevarían muy bien si quisieran. Bueno, mientras no destruyeran la casa, ella no opinaría al respecto.
—Por cierto, tengo hambre.
Zero le lanzó su pastillero.—Entretente con eso.
Aido, miró el pastillero entre sus manos como si fuera un sapo viscoso; absolutamente desagradable.—No me gustan. Son insípidas.
Zero estuvo a punto de echarlo de una patada. De hecho, si no fuera por Yuuki, quien lo sostuvo del brazo temiendo su reacción, lo habría agarrado y lanzado fuera cual bolsa de basura.
Definitivamente el mal humor de su destinado le estaba afectando.
¿Por qué él tenía que lidiar con el vampiro mimado justo en ese momento?
—Es lo que hay, confórmarte.—gruñó.
Aido lo ignoró, acomodándose en el sofá de la sala como si fuera suyo.—Comida casera está bien. Que sea sopa y de postre algo dulce, muy dulce.
—Esto no es un restaurante, ¿sabes?
Yuuki, jalo su manga.—Seguramente se irá después de comer.—le susurró conciliadora.
Zero suspiró derrotado. Se encaminó a la cocina a paso lento. Revisó rápidamente la despensa, barajando las opciones de menú en su mente. Cuando se decidió por un platillo, puso manos a la obra.
Aido, quien miró curioso como Kiryuu se dirigió a la cocina, le preguntó a Yuuki. —¿Él sabe cocinar?
—Sip. ¡Es el mejor!
—Ah, vamos a verlo.
—¿Eh?
Hanabusa se levantó de un saltito del sofá, entró a la cocina y se sentó en la barra, siendo seguido por Yuuki. Su objetivo, desde un principio fue observar a Kiryuu. Quería saber más del destinado de Kaname; valorarlo con sus propios ojos. Fuera cual fuera el resultado, de igual manera le tocaría apoyarle, pero su actitud ante aquello sería muy distinta.
Por eso le observó con ojo crítico.
Realmente se sorprendió al ver la destreza de Zero al cocinar. El menor se movía como un experto, rápido y eficaz. Pronto, el pequeño espacio se llenó del delicioso aroma de las especias, abriendo aún más su apetito.
Aido estaba encantado. El cazador ganó puntos a su favor.
Zero, por su parte, estaba incómodo. Le gustaba cocinar, en especial si era para alguien más, pero que estudiaran sus movimientos fijamente le resultaba desagradable. El mal humor de su destinado tampoco ayudaba.
Y él que ingenuamente pensó que sería una tarde tranquila...
Una vez el primer plato estuvo servido, él se preocupó de terminar el postre. Aido se veía satisfecho con su comida, así que supuso que apenas terminara éste se marcharía.
Supuso mal.
Incluso Yuuki estaba asombrada con la capacidad de comer del vampiro. Ya había comido la porción de tres personas, incluidos los postres, y, aún así, quería más.
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Crisantemo
ФанфикKuran Kaname se resignó a ser uno de los muchos "sin vínculo", personas destinadas a la soledad. Él jamás pensó que, tras miles años de existencia, conocería a su destinado, y mucho menos que ese destinado estuviera convirtiéndose en un nivel E. *...