VI

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Zero, de forma inesperada, estaba disfrutando de vivir.

Por primera vez en cuatro años pudo dejar el temor de convertirse en una bestia enterrado en su interior. Sí, aún existía la sed, sin embargo, era tan suave que fácilmente podía ignorarla. Su mente finalmente podía concentrarse en otras cosas, como por ejemplo, esa extraña sensación que tenía últimamente.

Durante esos días de descanso una sensación fantasma le seguía constantemente. Una bola de emociones, que definitivamente no le pertenecía, se arremolinaba en su pecho, como un susurro distante pero molesto. Las primeras veces que lo sintió no quiso pensar mucho en ello, pero, con el pasar de los días fue evidente que algo extraño ocurría.

De hecho, entre más lo pensaba, más se percataba de que esas emociones fantasma las había sentido antes, en menor medida.

-Tal vez, es tu destinado. -respondió Yuuki cuando le comentó la situación. -Entiendo que no quieras tener uno, pero hay cosas que no se pueden manejar.

- ¿Otra vez tu intuición?

-Otra vez mi intuición.

Zero decidió darle la razón.

Al parecer, él podía sentir algunas emociones de su destinado, y, a juzgar por el dolor fantasma que sintió en su hombro izquierdo cierta mañana, también podía sentir su dolor. Por suerte, su destinado no se lastimaba mucho-de hecho, esa fue la única vez que sintió el dolor ajeno-; a diferencia de él, que seguramente le causó varios momentos dolorosos. Se disculparía por eso, si se encontraban algún día.

Contratoda creencia anterior, Zero se encontró disfrutando de esa conexión. Su almagemela tenía subidones de alegría que le hacían sonreír en los momentos menosapropiados -Kaien una vez pensó que sonreía por sus chistes malos. Por más quelo negó, no logró hacer que su autoproclamado padre adoptivo cambiara deopinión- Pero también había ocasiones donde le invadía una profunda tristeza.Tomó la costumbre de hablarle cuando eso ocurría, aunque sabía perfectamenteque su destinado no le escuchaba, tenía la esperanza que sintiera su compañía.

Él no era el único que se vio atrapado por esa mágica conexión. Yuuki revoloteaba a su alrededor practicando alemán. Ella estaba decidida a comunicarse con su destinado; así que una tarde de domingo, le rogó que le ayudara a descifrar qué idioma hablaba su alma gemela. Tras mucho buscar -porque Yuuki pronunciaba mal las palabras y les era imposible hacer una búsqueda por voz- llegaron a la conclusión que su destinado hablaba alemán. Para probarlo, se esforzaron en practicar la pronunciación de una palabra-Yuuki luchaba con su lengua mientras Zero supervisaba que no terminara invocando al diablo o insultando al pobre niño- y después Yuuki la transmitió a través de su vínculo.

Fue un simple "Hola", que fue respondido por un "¿Quién eres?". Desde ese día ella se esforzaba por aprender alemán y él se vio envuelto en las prácticas. Admitía que era divertido.

Así los días transcurrieron en relativa calma, hasta esa noche.

Apenas vio a esa vampiresa bajar del auto, supo que la tranquilidad quedó en el pasado.

Y no fue el único que pensó eso.

-Buenas noches, Kurenai Maria-san. Le damos la bienvenida a la Academia Cross. -Yuuki, a su lado, saludó con una sonrisa educada a la recién llegada. - Mi nombre es Cross Yuuki y él es Kiryuu Zero, somos prefectos. La escoltaremos por la Academia.

El director, unas horas antes, les anunció la llegada de un nuevo integrante a la clase nocturna. Una chica que no había podido integrarse antes por problemas de salud. Le pidió a Yuuki que la escoltara por la escuela hasta su salón de clases, donde Kuran Kaname se haría cargo del resto. Zero insistió en acompañarla.

CrisantemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora