Kaname miró absorto los cristales esparcidos en el ataúd.Sus sentimientos se enredaron en un nudo doloroso. Él jamás pensó qué sentiría tras matar a Rido, su mente siempre estuvo enfocada en su objetivo: eliminarlo. Lo que viniera después no importaba demasiado.
Ahora no podía ordenar sus pensamientos.
La sensación de libertad era predominante. Finalmente después de años, ese lazo amo-vasallo fue destruido y con él, la perpetua sensación de asco que provocaba la presencia Rido. Había conseguido venganza por la muerte de Haruka, Juuri y el pequeño Kaname, y Yuuki ya no correría peligro. Les había pagado una mínima parte de su deuda.
Pero también había una voz insistente que le recalcaba sus errores. Si tan solo hubiera ocultado mejor su lugar de descanso Rido no lo hubiese encontrado, los Kuran vivirían en familia, Yuuki tendría a su hermano y a sus padres, y ese pequeño bebé tendría la oportunidad de vivir. Si tan solo hubiera sido más rápido, podría haber alcanzado a Haruka antes de que se enfrentara a Rido y luchado juntos contra él; siendo ellos dos, tenían mayores probabilidades de ganar, o al menos salir con vida.
Había tanto de lo que se arrepentía que la muerte de Rido no era suficiente para compensarlo.
—¿Kuran?—la voz preocupada de su destinado lo sacó de su trance.
Kaname alzó la mirada hacia Zero. Había en sus ojos un dejo de confusión y compasión, y Kaname deseo tragarse sus sentimientos negativos. No era momento de hundirse. Los problemas estaban lejos de terminar; el ejército del Consejo venía en camino, debía ver como iba Cross con la batalla, organizar a la clase nocturna, eliminar al Consejo...Ya habría tiempo para analizarse a sí mismo.
Cuando Kaname se apartó del ataúd el tiempo, que parecía detenido, volvió a transcurrir en la habitación. Zero se posiciono a su lado, Bloody Rose siendo firmemente sostenida. Todos esperaban el siguiente movimiento.
—Ichijo, reúne a la clase nocturna en el salón principal. Aido, ve a los dormitorios del sol, avisa a los que estén ahí que la prioridad es proteger a los estudiantes. Bajo ninguna circunstancia deben abandonar sus puestos.
—Entendido.—Takuma y Aido asintieron. Ambos se miraron de reojo antes de salir rápidamente. Lo más prudente que podían hacer era dejar que los destinados arreglaran sus problemas solos.
Con la retirada de los dos vampiros el silencio volvió a envolverlos. Zero no estaba seguro de cómo actuar; aun estaba molesto por la falta de información, quería respuestas pero había algo en Kaname que le hacía preguntarse si realmente podría soportar esas respuestas.
—Zero yo...— Kaname habló con voz suave. Había una inseguridad en él que Zero jamás creyó ver.—No puedo decirte todo ahora, pero...
—No es necesario que lo hagas.—interrumpió. Él necesitaba saber, pero si Kuran no estaba preparado, no lo forzaría a ello. Podía esperar y romper su cabeza con teorías locas.
—Lo es. Es muy necesario.—Kaname aclaró apresurado.— Pero hay mucho que contar, demasiado, y, tal vez, sea desagradable. No, definitivamente será desagradable y no quiero que...—las palabras salieron atropelladas por la ansiedad.
El tiempo escaseaba y Kaname no sabía por donde empezar. Lo único que tenía claro era que si no le decía en ese momento, no lo haría nunca; su parte racional lo convencería de callar y sin la amenaza de Rido no habría riesgo de saber su origen.
Podría ocultarlo...Pero no quería hacerlo.
Sintiendo su miedo, Zero alzó su mano y apretó suavemente su hombro en señal de aliento. Su cálida presencia le infundió el valor que necesitaba. La pequeña esperanza de que, aun si sabía la verdad, el podría entender.

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Crisantemo
FanfictionKuran Kaname se resignó a ser uno de los muchos "sin vínculo", personas destinadas a la soledad. Él jamás pensó que, tras miles años de existencia, conocería a su destinado, y mucho menos que ese destinado estuviera convirtiéndose en un nivel E. *...