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Podía ver mi reflejo en el agua, podía observar cómo una parte de mi estaba cambiando, o quizás, cómo está se estaba perdiendo. No solo podía verlo, lo sentía.
Necesitaba algo, cualquier cosa para sentirme menos vacía, quizás un poco de alcohol y cigarros no eran la mejor opción, ni siquiera una buena opción, pero era lo único que podía tener ahora.

¿Que era lo que sentía? No estaba deprimida, tampoco feliz, ni enojada. Solo estaba... cansada. Quizás cansada de haberme sentido mal. Me he sentido tan mal por mucho tiempo, que creo que ya me he acostumbrado a ello. Hay cosas que duelen demasiado hasta llegar a un punto en el que dejan de doler.

Intento distraerme de mis pensamientos. Sonrío falsamente al recordar cómo años atrás podía jurarme a mi misma jamás volverme de esta manera. "Esa no es una buena solución, debes ser lo suficientemente fuerte para no caer en eso" "El dolor es temporal, el tiempo lo arreglará todo" aconsejaba un montón de frases clichés, perfectas para una chica cliché. Supongo que nunca imaginé que algo podría doler tanto, no a este punto. No, me retracto, si imaginé que algo podría doler tanto, lo que nunca imagine fue que era tan difícil lidiar con ello.

Me he convertido en un fracaso total, una chica perdida. Sin ninguna dirección la cual seguir. Pero lo peor no es eso, lo peor es que ya no me importa más.
Apenas y puedo notar que no había podido escribir nada en más de dos horas sentada aquí. No tenía inspiración, ni ideas, ni emociones.
—¡A la mierda!—grito impulsivamente mientras arrojo mi libreta al lago.
Una semana, una maldita semana intentando escribir esa canción y nada podía salir de mi mente.

—No creo que sea correcto hacer eso.—A penas y  noto la presencia del chico.

—No porque no sea correcto significa que dejare de hacerlo.—Respondo mientras tomo otro cigarrillo.

—Me refiero a arrojar la libreta.— Lo ignoró.

No tenía tiempo para discutir o para sermones que no me importaban.

—Es triste ver a una chica fumando en un parque público.— Menciona después de unos minutos.

—Es triste que un chico de tu edad este más preocupado por juzgar mi vida, que por intentar conseguirse una novia.— Sonrió de hecho, más como un gesto.

—¿Qué te hace pensar que no la tengo?

—¿La tienes?.— No respondo.— Eso pensé.

—Da igual, eso no tiene nada que ver con lo que hablamos.—Rodeo los ojos.— Hablo en serio, no te ves atractiva o algo parecido fumando.

—No planeaba verme atractiva. De hecho, no planeaba verme de ninguna forma. ¿A caso crees que me importa como luzco?.—No permito que el responda.— No, la respuesta es no. Mejor deja de molestarme y vete a la mierda junto con tus estereotipos.

—¿Estereotipos?

—Estereotipos, apuesto a que si fuera un chico ni siquiera te hubieras preocupado en venir a molestar.

—No, porque un chico no me atraería como lo hiciste tú.

No pude evitar rodear los ojos. Me miró un poco disgustado, pero la verdad no me importó, no lo conocía y sinceramente no quería hacerlo.

—Debo irme.— Tomo mis cosas.

–Nos vemos, Alisson.

¿Sabe mi nombre?

El Destino Existe (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora