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Cada vez que recordaba aquella noche, sentía deseos de huir, lejos, a cualquier lugar. Pero, ¿Cómo es posible huir de mis propios pensamientos?

—Pero lo necesitas, Alisson.— Vuelve a repetir mi mamá por milésima vez.— Necesitas asistir un psicólogo.

No, no necesito un psicólogo ¡maldita sea!, si mi propia familia no me puede apoyar ¿que te hace pensar que un psicólogo lo hará?

—Nope.— Respondo desinteresada, igual a las anteriores veces.

—La actitud que estás tomando no es...—Observa su celular vibrar.— No es...—Toma el celular y contesta.— Bueno, si... si lo se. ¡No!, no. Bueno, voy en camino.— Cuelga.— No es... ¿de que hablaba? Ah si. Lo necesitas Alisson. Me tengo que ir, el trabajo me espera.— Toma las llaves de su auto y se despide de mí con un beso al aire.— Hay comida en la cocina y dinero en la barra por si quieres algo mas.—Lo mismo de siempre.

Subo a mi habitación y observo mi mochila por varios minutos pensando en toda la tarea que debería estar haciendo en ese momento.
La verdad, es lo que menos me importa ahora, pero necesito pensar en cualquier otra cosa y las ideas se me están agotando.

Después de unos minutos, mi estómago comienza a advertirme que necesito comida, así que decido encargar una pizza.

Me siento unos momentos en mi escritorio, observando dibujos pasados que he hecho y recordando que aún no he avanzado a la canción. No tengo ni siquiera una idea de sobre que puedo escribir.

Es increíble que cuando no planeo ser creativa, mi creatividad salga sin problemas. Pero cuando planeo serlo, es todo lo contrario.
A veces siento que hago todo al revés.

Observo unas fotografías, en las que estaba con Johan. Parecíamos tan alegres, como si lo único que nos importara en ese momento era ser felices.
En la última fotografía, estaba con Christopher, no tenía idea de porque la seguía conservando. Quizás porque me ayuda a recordar mis errores, me ayuda a recordar los consejos de Johan, en los que me decía que el no era bueno para mi. Me hubiera gustado escuchar un "te lo dije" de su parte.

Escucho el timbre de la puerta principal y bajo de inmediato. Es el repartidor de pizza. Tomo el dinero de la barra que dejo mi mamá y voy a abrir la puerta.

—¡Pizza Hut! Disfruta tu pizza desde la llamada.— Rodeo los ojos.

—¿Qué haces aquí?

—Lo siento, ¿está no es la dirección correcta?

—¿Estás bromeando no? Ayer me acosas en el parque y ahora también hasta mi casa. Además ese eslogan es de hace años.

—¿Acosarte? Solo quería ayudarte. Y lo del eslogan, bueno, no soy muy fan de Pizza Hut.

—¿Y por eso trabajas ahí?.

—No trabajo ahí, mi amigo trabaja ahí, solo quería ayudarlo, además de que sabía que eras tú...—Nos quedamos callados un momento.— Esta bien, eso si es acosar, pero lo del parque no.

—Sabias mi nombre.

—Mi familia me ha hablado de ti.— Encoge los hombros.- Son cercanos a tus padres... Por cierto, soy Maxx.

—¿Eres hijo de los Gundersen?

—Si... antes de que preguntes porque no me conocías.—Como si leyera mi mente.—...es porque solo he venido de vacaciones tiempo atrás, he estado en un internado.

El Destino Existe (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora