Viernes

70 7 12
                                    

Viernes 3.0


-Dime...Bonnie-mi nombre en su boca sonaba tan fuera de lugar-¿Como alguien tan hermosa y delicada como tú...-bajó sus frías manos con un tacto rugoso, sobre mis mejillas-...Puede fijarse en alguien como la hija del jefe?-Sonrió, deformando lo poco bonito que tenía por rostro-Quiero decir, tienes buenos gustos, o sea...¿Quién no se la tiraría?-no pude evitar reaccionar intentando empujarlo ante sus sucias palabras, pero me tiró con fuerza y rapidez del cabello hacia atrás al hacerlo-Vaya...¿Te pone celosa?-Y otra vez, esa deforme sonrisa apareció por su cara-¿Sabes cómo me pones tú a mi?-acercó sus labios hasta uno de mis oídos para susurrar algo que me produjo de todo menos satisfacción-Muy...Cachondo-. Y al mismo tiempo luego de terminar su frase, tomó una de mis mano con fuerza para acercarla hasta la mitad de su entrepierna y obligarme a notar el bulto que le había crecido en ella.

-¡Aaaa-Ayu...!-Mi primera reacción ante aquella situación forzada en la que me encontraba fue gritar, pues estaba empezando a asustarme de él, pero en cuanto lo intenté llevó una de sus manos hacia mi boca para taparla y que no pudiera decir nada más-.

-¿Qué pasa, no te gusta lo que sientes?-volvió a susurrarme cerca de una de mis orejas, en un tono amenazador-Nunca...Has notado lo que se siente tener una adentro...¿Verdad?-. Una vez más, y todavía con su mano en mi boca, traté de empujarlo apartando mi mano de su bulto, pero sin éxito, cada forcejeo en un intento por querer liberarme, era en vano.

Él era más fuerte.

-Shh, no tienes porqué hacerlo más difícil-cambió su tono a uno manipulador-Es más, te propongo un trato, si te portas bien...-se frenó un par de segundos, antes de agregar-No te dolerá-. Y acto seguido, tan rápido como terminó de decir aquello, empecé a notar como su mano libre (pues la otra seguía tapando mi boca) comenzó a meterse sin permiso bajo mi pantalón y sus fríos dedos recorrían, por encima de mis bragas, mi entrepierna.

Todo lo que quería hacer era gritar.

(...)

En cuanto llegué al piso donde se encontraban los lavabos, corrí hacia el de mujeres sin pensarlo dos veces. La última escena con la que me quería encontrar era a una Bonnie donde estuviera siendo presa de él y de ser así, lo que quedara de ese maldito Ricardo en este planeta, muy pronto dejaría de existir.

-¡Bonnie!-grité, abriendo la puerta de par en par-. El corazón empezó a latirme con rapidez al acertar en mis predicciones, una vez más.

-¡Tú...Lo sabía!-habló en defensa la basura que tenía a mi Bonnie inmovilizada-.

-Date por muerto, Ricardo-Caminé a paso firme hacia él mientras veía como se lamía los dedos que había sacado del pantalón de ella, con la sonrisa más repugnante que jamás había visto antes-.

-Hmm, lo rico que est...-No dejé que terminara su frase ya que golpee su cabeza lo más fuerte que pude contra la mesa del lavabo con uno de los zapatos que me había descalzado con rapidez-. Aquello logró que Bonnie pudiera liberarse de ese psicópata mal nacido.

-¡M-marcy...! Vámonos, nos hará daño, hay que llamar a tu padre y a los guardi...-.

-Este cabronazo no saldrá vivo de aquí, vete-le ordené, con una ira en mi pecho que jamás había sentido antes-. Ricardo empezó a reír, intentando recomponerse. Pero antes de que pudiera hacerlo, volví a pegarle otro zapatazo más fuerte que el anterior, provocando que una herida ancha empezara a abrírsele sobre su frente.

Él solo reía más.

-¡Marceline, vámonos, ya basta...!-insistió Bonnie, pero la ignoré-. Luego dirigí otro de mis golpes hacia el bulto que todavía seguía notándose bajo su pantalón. Y un cuarto más fuerte contra la mesa, otra vez. 

Starbucks Coffe © #BubblineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora