Domingo

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A la mañana siguiente, le prometí a Bonnie que le contaría todo. Todavía no sabía muy bien cómo, o qué palabras serían las correctas para no alterarla más de lo que ya lo había hecho, pero no podía callármelo.

Tenía que saberlo. Tenía que saber toda la verdad de lo que había pasado...O al menos, casi toda.

-Buenos días, cariño-le acaricié su desnuda espalda la cual se arqueó al notar que se estaba despertando-¿Has podido dormir bien?-.

-Hmm...-Se estiró en dirección hacia mí, para poder mirarme-Más o menos, he estado casi toda la noche preocupada por...-No hizo falta que acabara la frase para saber a qué se refería-.

-Lo sé-agregué por ella-.

-Te...¿Duelen?-quiso saber-. Aparté la mirada por un segundo, en dirección a sus ventanales, intentando mentalizarme que no podía seguir guardándomelo. 

-Un poco-minimicé mi respuesta, de echo me molestaban bastante-. Ella se dio cuenta de mi reacción y apoyó su cabeza sobre mi regazo.

-Bueno, pues...-Se frenó por un instante, ante lo que ya sabía que iba a decir-Cuando quieras me lo puedes contar-intentó acariciar mis piernas, evadiendo con delicadeza cualquier rastro de magulladuras en ellas-. 

Una vez más, llené mis pulmones de aire y luego regresé mi mirada hacia la de ella.

-Pero prométeme que no te enfadarás-.

-¿Qué?-se extrañó ante mi petición-¿Porqué iba a...?-.

-Solo prométemelo-insistí-. Ella suspiró, intentando depositar fe en mi mirada en cuanto me la devolvió, así que añadió:

-Vale, te lo prometo-. 

Acto seguido, aparté la mirada una vez más y me preparé para finalmente poder soltarle mi pequeña confesión de un solo saque:

-Ayer volví a verme con Ash, o sea...Mi ex-aclaré, dudando sobre si ya lo había nombrado antes o no-.

-¿Qué?-su tono mostraba indignación-O sea, ¿No me digas que fue él quién...?-.

-Espera-la detuve-Déjame explicarte y lo sabrás-. La expresión que me devolvió no la hacía parecer muy satisfecha pero cedió.

-Tomé un vuelo hasta Manhattan y nos vimos-Continué-Porque quería acabar de una vez por todas con su molesta presencia en nuestras vidas y que dejara de interponerse entre nosotras y donde no lo llamaran-Tomé aire, en una breve pausa-Y ayer en la mañana durante nuestro desayuno...Me dejó pensando en todo eso-.

-¿Qué, y...Para eso era necesario ir presencialmente? Marcy, ¿Te das cuenta de la locura que...?-se frenó en seco al ver que le estaba pidiendo por segunda vez, con la mirada que le estaba clavando, que me dejara terminar de hablar-Lo siento, sigue-.

Carraspeé antes de añadir:

-El punto es que llegué a su casa y...-tragué saliva con un poco de dificultad-Me la jugó, jugó sucio conmigo y me drogó sin que me diera cuenta-intenté continuar-Luego, cuando desperté...-. Traté de buscar las palabras adecuadas a la imagen horrible que se me había vuelto a empezar a formar en la cabeza y que solo deseaba que desapareciera de mi memoria. 

Bonnie se quedó callada esta vez, llevando sus caricias hasta mis manos. Intenté sonreírle en respuesta, pero no pude.

-Desperté y...-Sentía que estaba haciendo un esfuerzo mayor del que podía soportar al intentar poner en palabras aquella horripilante escena-. Bonnie lo percibió con rapidez en mi mirada y finalmente comentó:

-Cariño, si no estás preparada todavía, no tienes porqué...-.

-Y me violó-No lo aguanté más, era algo que me seguía quemando por dentro, pero tenía que soltarlo-. Tenía que sacarlo, al fin.

Bonnibel se quedó de piedra ante mi interrupción/confesión y yo intenté hacer otro gran esfuerzo por no volver a derramar ni una sola lágrima más.

(...)

Escuchar aquellas espantosas palabras salir de la boca de mi novia me devolvió al momento donde yo casi pude haber sido ella.

Así que sabía a la perfección que intentar compadecerse ante una situación así era inútil, pues solo viviéndolo en carne propia era el único modo de poder realmente conectar y afirmar lo horrible que se podría llegar a sentir.

Esta vez llevé mis caricias hacia sus mejillas y luego las bajé hasta su hombro, a modo de masaje, en un intento por poder apaciguar y calmar las turbias aguas tormentosas con las que había dejado escapar aquellas palabras que sus emociones expresaban.

-Siento no haber podido estar allí para ti como tú lo estuviste para mi, cuando...Ya sabes-Por algún motivo, sentí la necesidad de disculparme por eso-. Sin embargo, Marceline me miró confundida , preguntándose por la expresión que me devolvió, el motivo de mis disculpas.

-¿Pero qué dices? Era imposible que supieras lo que me estaba pasando...-intentó justificarme-Y además, ese día llegué de casualidad-.

Me quedé callada, intentando encontrar de qué forma podría aliviar su "sin vuelta atrás" situación, pero no se me ocurría nada. Lo cierto es que todavía seguía estancada y me había quedado congelada desde el momento en el que dejó soltar aquellas palabras suyas "Y me violó". Así que no sé si precisamente era la más indicada o capacitada para intentar animarla en este mismo momento...

-Oye, y... -En el fondo no quería preguntar lo que estaba a punto de decirle, pero necesitaba saberlo-Él... t-tu ex-me produjo algo de arcadas y repelús tener que nombrar a ese Ser sin corazón desde mis labios-Ese grandísimo hijo de puta sin nombre, ¿Te acabó?-.

A Marceline le costó reaccionar ante aquella pregunta, como si la hubiera tomado por sorpresa.

-¿Cómo que...?-Pero se quedó en modo "loading"-¿Pu-puedes repetir la pregunta?-.

Resoplé, como si lo que me estuviera pidiendo conllevara sostener un peso que no quería seguir cargando.

-Me refiero a... -La miré, con esperanzas de recibir una respuesta negativa de su parte-¿Si te llegó a acabar en alguna parte?-.

(...)

Lo cierto es que todavía no me sentía lo suficientemente preparada como para contarle el relato completo a Bonnie. Una cosa era que supiera la situación por la que había atravesado... Y otra muy diferente era que a causa de eso existiera la posibilidad de que un feto se estuviera formando en mi interior. Contar aquello ya excedía un largo bache de mi relación entre ella y yo; Un riesgo que no estaba dispuesta a correr. Al menos, no todavía...

No quería perderla por algo así.

-No-mentí-Conseguí liberarme de él antes de que pudiera hacerlo...-.

Su expresión de alivio en su rostro me dejó aliviada a mí también, aunque no hubiera sido lo correcto.

-Menos mal-volvió a acariciar mis manos, donde se detuvo en mis muñecas, intentando no rosar las partes más lastimadas-Entonces ahora solo falta que estas feas cicatrices sanen...-Se detuvo por un segundo, volviendo a posar su mirada en la mía pero de una forma muy firme esta vez, antes de finalmente añadir-Y que me digas la dirección de ese maldito infeliz para hacerle desear que no hubiera existido jamás-.

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