Miércoles

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En cuanto sonó el despertador, me levanté con desgano de la cama.

Caminé hasta el único ventanal que daba hacia las vistas del apartamento de mi novia. Me había llevado conmigo el paquete de cigarros y un encendedor, así que tomé uno y me lo llevé hasta mis labios para encenderlo.

Un par de segundos después, entró algo de viento así que se me puso la piel de gallina, ya que no llevaba nada encima; Tan solo mis bragas puestas.

A medio cigarro por acabar, pude escuchar la voz de recién despierta de Bonnie a mis espaldas.

-Bonitas curvas-Me piropeó-. Sonreí aunque no me hubiera girado todavía como para que se diera cuenta de ello.

Di otra calada más y luego dije en respuesta, mirándola esta vez:

-¿Pensando en voz alta?-. Pude percibir un cierto leve sonrojo aflorar por sus mejillas, así que se tomó un breve lapso de tiempo antes de continuar:

-Por cierto-Carraspeó, notando como intentaba no hacer evidente que su mirada se desviaba de vez en cuando hacia mis desnudos pechos-¿Hoy ibas a...A ir a la clínica, n-no?-.

Terminé de fumar el cigarro con una última calada y lo dejé en el cenicero sobre el bordillo de la ventana, antes de responder:

-Sí-Caminé en dirección al ropero-Me cambio y voy para allá-. Ambas nos quedamos en silencio por un par de minutos, el suficiente como para que me alcanzara a terminar de vestirme y alistarme, hasta que la voz de mi novia volvió a romper el hielo:

-Oye y...-Hizo una breve pausa antes de agregar-¿Quieres que te acompañe?-Se notaba en su tono de voz que había estado queriendo preguntarlo desde antes-.

-¿Estás segura?-Volví a posar mi mirada en la de ella, quien aún seguía medio desnuda en la cama-Sé que aún es un tema muy reciente y...-.

-No quiero dejarte sola en esto-Me interrumpió, mostrando más seguridad en su voz esta vez-Así que sí...Iré-.

(...)

Por más que ir a la clínica significara tener que estar pendiente todo el rato de su actual estado de embarazo y del aborto al que iba a tener que someterse a causa de eso, aunque todavía me siguiera jodiendo, no podía dejarla sola frente a tal magnitud de "cirujía".

Lo mínimo que podía hacer era acompañarla.

-Es aquí-Se detuvo frente a la puerta de entrada de la clínica en cuanto llegamos, a pie-Entonces, ¿Estás segura de que puedes...-Se frenó, intentando buscar las palabras correctas a lo que iba a decir, pero no las encontró-...De que puedes con esto?-.

-Marceline, no voy a dar la vuelta ahora-Dije en un tono de firmeza-Aunque me siga jodiendo lo que haya pasado, no hay forma de volver al pasado-Continué-Y haremos esto juntas-la tomé de la mano entrelazando nuestros dedos al decir aquellas últimas palabras, antes de recibir una sonrisa suya en respuesta-.

-Gracias, cariño-. Y acto seguido, ambas cruzamos la puerta principal de la clínica.


Ya no había vuelta atrás, era ahora o nunca.


-Los abortos requieren de que la paciente se quede ingresada, por seguridad, durante al menos un total de 24 horas en el establecimiento-Nos informó la recepcionista-.

-Entonces...-usé un tono dubitativo-¿Significa que tendrá que pasar la noche...?-.

-Como sea, lo haré-Me interrumpió Marceline, de forma un poco impaciente-¿Donde están esos papeles que tengo que firmar?-.

-Eso te lo dará el médico-Respondió la joven del otro lado del mostrador, refiriéndose a los documentos de legalización que necesitaba la operación-Ahora tomad asiento y esperad a ser atendidas-.

(...)

Nunca una espera se me había hecho tan eterna como ésta. Quiero decir, no porque fuera larga en sí, sino porque lo único que corrían por mis venas ahora mismo era pura ansiedad.

¿Era posible sentirse preparado para un aborto? Y además, el primero... Y espero que el último.

Nunca me había imaginado a mí misma estando embarazada; A pesar de haber salido con chicos también, siempre me habían atraído con más fuerza e intensidad, las mujeres. Y desde el primer día en el que Bonnie se había cruzado en mi camino, ella había conseguido confirmarlo.

Tampoco imaginé que mi primer embarazo fuera a terminar así...Tan rápido, como si nunca hubiera pasado. Pero lo cierto es que incluso una parte de mí deseaba que en algún momento de mi vida eso terminara siendo así; Olvidarlo como si nunca hubiera pasado.

-¿Estás bien?-Sentí de repente la mano de mi novia sobre mi pierna la cual no había dejado de mover de un lado para otro y no me había dado cuenta-. Su tacto lo detuvo.

-S-sí-Me engañe a mí misma-Solo quiero que sea rápido y termine de una vez-Pero aquello último lo respondí con sinceridad-.

Entonces, llevó esa misma mano hacia las mías, que estaban un poco sudorosas de los nervios, y agregó:

-Saldrá bien-Posó su mirada de forma directa hacia la mía-No me voy a ir de aquí hasta que el médico de te dé el alta, ¿Vale?-.

Una vez más, intenté sonreírle en respuesta pero apenas me salió.

-¿Y el trabajo?-Le recordé-.

-Renuncié, ¿Te acuerdas?-. No sé porqué pero aquello logró sacarme una pequeña risa.

-Pero, espera, ¿Iba en serio?-.

Sin embargo, Bonnie se quedó sin palabras frente a esa última pregunta.

Entonces, obtuve la respuesta.

-Sabes...Cuando encontraste mi test de embarazo-Agregué, sintiendo como mis latidos se iban acelerando a medida que me preparaba para hacerle otra pregunta, mucho más personal esta vez-A veces me pongo a pensar...Aunque sea imposible entre nosotras-Le devolví la mirada con la misma intensidad que ella antes había puesto conmigo, para finalmente decir-¿Qué hubiera pasado si ese test hubiera sido nuestro?-.

Noté, casi instantáneamente, como a Bonnie se le dificultó tragar saliva, tras un par de segundos en silencio después, hasta que me contestara:

-¿T-te refieres a...Tener hijos?-.

Entonces, antes siquiera de que pudiera reaccionar a la pregunta que me devolvió, un hombre de mediana edad con bata blanca que tenía toda la pinta de ser el médico, nos interrumpió en plena conversación:

-¿Marceline Abadeer? Ya puedes pasar-.

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