Viernes

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17:00 Hrs PM.

-¿Qué dices, te vienes?-me preguntó a punto de encenderse un cigarrillo entre sus labios-. Esos labios que me hacían desear que ese cigarrillo fuera yo.

-Lo pensaré-le respondí ofreciéndole una pequeña sonrisa mientras me dirigía hasta el coche donde me estaba esperando mi chófer una vez más-.

-¡Te quiero ver allí, no faltes!-gritó mientras cruzaba al otro lado de la calle-. A pesar de no haberme girado, sonreí para mí misma al escucharla después de despedirnos.

-Te llevas muy bien con esa chica-comentó Mentita en cuanto me subí al coche luego de cerrar la puerta con fuerza tras de sí-. No respondí, pero evadí su comentario con otro relacionado a ella:

-Me ha invitado a una fiesta-.

-¿Ah, sí?-preguntó mientras conducía-¿Quieres que te lleve?-.

-Es lo que iba a pedirte-me encontré con su mirada por el retrovisor del coche-.

-Genial entonces-me dedicó una sonrisa-¿Tienes la dirección?-. Miré mi móvil por un momento antes de responder. Al ver que tenía un mensaje sin abrir de Marceline en mi pantalla de bloqueo que casualmente respondía a la pregunta de Mentita, no tardé en afirmar con la cabeza.

-Ajam, lo tengo-. Acto seguido, apagué la pantalla del móvil aún sin responder. Ya lo haría en cuanto llegara a casa y tuviera más tiempo para intimar con ella a solas (incluso aunque fuera a través de una pantalla), hasta que llegara la hora de ir hasta su fiesta. 

(...)

7:30 Hrs PM.

La fiesta empezaba dentro de media hora. Esperaba que Bonnie pudiera unirse a nosotros en cuanto llegara el momento. Mentiría si no dijera que ella había sido el motivo por el que me había puesto nerviosa por primera vez por alguien. Ella y yo juntas...Fuera del Starbucks, en una fiesta...Podría pasar cualquier cosa. Y eso era, en parte, lo que me emocionaba. 

7:45 Hrs PM.

Cada vez faltaba menos. Estaba tan nerviosa que incluso no había comprobado si tenía mensajes nuevos desde que había llegado a mi casa luego del trabajo (pues tenía que volver tras despedirme de Bonnie ya que mi turno finalizaba una hora más tarde). 

Así que encendí la pantalla de mi móvil y, para mi sorpresa, uno de ellos era un mensaje de Bonnibel. "Mierda", me dije para mí misma al no haberlo visto antes. Fue el primero que abrí; Decía: "Tu ganas, iré". Mi cara de frustración cambió rápidamente a una de alegría.

"Nos vemos entonces!"-respondí junto a un emoji de sonrisa mientras sonreía también. Luego me dediqué a responder un par de chats más sobre otros amigos que irían a la fiesta y, finalmente, me encaminé hacia el club-bar que tenía a tres calles de mi casa. Allí es donde sería la fiesta. 

No podía esperar a ver como vendría vestida la peli-rosada. Después de todo, mi mente siempre acababa pensando en una sola cosa y era en ella. 


VIERNES 2.0 (por la noche)


8:00 Hrs PM.

Como de costumbre, solía llegar temprano a cada lugar al que me proponía llegar, incluso si se trataba de una fiesta. Me despedí de mi chófer en cuanto se marchó.

Tímida, me acerqué a paso lento hasta la entrada del club donde se suponía que sería la fiesta. Ahora mi mente tan solo tenía espacio para una sola pregunta: ¿Donde estaría Marceline?

Starbucks Coffe © #BubblineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora