Martes

100 13 0
                                    

-¡Llego tarde!-desperté sobresaltada tras tener una pesadilla con mi antiguo jefe de Starbucks-. Empecé a girar mi cabeza de lado a lado a mi al rededor, sudada y confusa mientras intentaba reincorporarme al frío de aquella mañana. Detuve mi mirada en el despertador: 8:30 Hrs am. Me alivió recordar que ahora empezaba mi nuevo turno a partir de las diez de la mañana. Resoplando reconfortada, volví a dejarme caer en la cama aflorando nuevas imágenes en mi cabeza pero sobre la entrevista que había tenido ayer por la mañana con el padre de Marceline esta vez.

Flashback

-¿Y tu eres...?-.

-Bubblegum-me presenté con una sonrisa forzada intentando ocultar los nervios que sentía por dentro-Bonnibel Bubblegum-.

-¡Ah, pues claro!-me ofreció asiento con un breve gesto de mano y una acalorada sonrisa de vuelta-Mi pequeña hija me ha hablado muy bien de ti-intentó aproximarse lentamente hasta mí levantándose de su silla para acortar la distancia que nos separaba entre su escritorio y las sillas mientras por dentro me mofaba del hecho de que la hubiera llamado "pequeña hija"-No se lo digas a ella, pero...Creo que le gustas-terminó en un susurro que apenas me había podido creer que acabara de formular junto a aquellas atrevidas palabras-. 

Supongo que de tal palo, tal astilla. 

A falta de saber qué responder más allá de ser incapaz de poder ocultar junto a mis nervios mi notable sonrojo, carraspeé ansiosa a modo de respuesta intentando devolver seriedad a la incómoda situación que se había formado entre ambos. Incluso me resultaba algo extraño y confuso que llevara un rostro demasiado serio como para ser alguien tan bromista e informal al mismo tiempo. 

-¡Ya, claro, tu contrato!-recuperó su inocente tono de voz volviendo a reincorporarse en su asiento intentando fingir de la peor forma posible como si nada hubiera pasado-Pues solo tienes que completar algunos datos y firmar unos cuantos papeles, ya sabes, lo típico-arrastró un par de formularios en blanco para rellenar junto a un bolígrafo negro hasta mis manos-. Incrédula, dudé por un segundo de la facilidad con la que se estaba tomando aquella entrevista, si es que ahora se la podía llamar así. De haberlo sabido antes, quizá no hubiera oscilado tanto en el pasado sobre mi postulación en mi primer trabajo. Ahora ya era tarde para eso...Pero mejor tarde que nunca. 

-Y, ¡voilá!-gritó más entusiasmado que yo al terminar de llenar y completar todas las hojas-Bienvenida a Noche-empresferas S.A.-.

-G-gracias-le ofrecí mi mano también intentando seguirle el juego en cuanto me expandió la suya para felicitarme por mi nueva incorporación a su empresa-Ha sido todo un gusto, señor Abad-...-.

-Oh, por favor, llámame Hunson-me corrigió con modestia-Es mejor que no haya formalidades entre nosotros...Pronto terminarás llamándome suegro-. Tras observar una siniestra y sarcástica sonrisa proveniente de su espeluznante expresión facial, volví a despertar sobresaltada. 

Fin del flashback

Sudada por segunda vez, dirigí una vez más mi mirada hasta el despertador: 9:45 Hrs am.

Llegaba tarde.

(...)

-Joder, Bonnie-solté para mí misma todavía en la puerta de mi casa pateando al suelo con una de mis botas negras mientras miraba por décima vez mi reloj-¿Esto de llegar tarde es una tradición o qué?-preguntaba mientras finalmente me decidí a llamarla-.

Bip, bip, bip. No fue sino hasta el cuarto tono de llamada que me atendió:

-¡Marcy! Perdón, ¡Estoy de camino!-sonaba alterada-.

-¡Más te vale!-le reproché -No querrás que te despidan en tu segundo día-.

-¡¿Qué?!-me reí por dentro ante la repentina reacción que había querido obtener de ella a modo de castigo-.

-Solo bromeaba, ¡Pero ven antes de que mi padre cambie de opinión y si lo haga!-colgué riéndome un poco más de mis palabras al imaginar como se pondría por haberme hecho esperar más de lo debido-. 

No mucho más tarde, mientras me encendía un cigarrillo y lo fumaba, el coche rosado de Bonnie acabó apareciendo por delante de mi casa.

-Ya era hora-la recibí encontrándomela con su cabello rosado revuelto a medio peinar y terminando de masticar una tostada con mermelada en su boca tras observarla por el cristal de su ventanilla-.

-Perdona, he...-se interrumpió a sí misma llevando una de sus manos hasta su sien en cuanto bajó del coche tan aceleradamente como terminó de comerse esa tostada-...Tenido una pesadilla-. 

-¿Con?-intenté mostrar curiosidad al mismo tiempo que despreocupación mientras caminábamos en dirección al subterráneo-. 

-Pues con...Mi antiguo jefe del Starb-....-.

-¡Mentira!-ahora fui yo quien la interrumpió al notar cierta inseguridad en su tono de voz-Seguro que ha sido con mi padre-. 

-¿Qué? ¡No!-negó rotundamente con firmeza-O sea...¿Qué te haría pensar algo así?-preguntó mostrando un leve sonrojo que me hizo sonreír al percatarme de ello en cuanto lo quiso volver a ocultar una vez más-.

-Pues...Ayer te fue bastante bien en la entrevista con mi padre, ¿verdad?-la mosqueé-.

-¡Entonces no sería una pesadilla!-.

-Jajaja Tranquila fiera, te estaba volviendo a tomar el pelo-le sonreí, volviendo a dejar a flote su más tierna y bonita ruborización a modo de respuesta-. Tras un par de segundos en silencio, volvía  romper el hielo intentando profundizar más sobre el tema de mi padre.

-Sabes, mi padre puede llegar a parecer una persona muy seria, pero en el fondo es todo lo contrario-le conté recordando mis momentos favoritos con él de pequeña aunque fueran muy escasos-Me hubiera gustado haber podido conocerlo mejor-. Bonnie mostró un repentino cambio de expresión a uno de confusión ante el último comentario que no pude guardar al recordarlo.

-¿Mejor? ¿No es tu padre?-.

-Sí, lo es-me apresuré a aclarar-Pero...-dudé ante si revelar o no mi pasado con ella por un breve momento de tiempo y si aquel sería un buen momento para hablar de ello-.

-¿Pero...?-Insistió en querer saber más, pero el subte que nos habíamos puesto a esperar me había salvado con su reciente llegada-.

-¡Vamos, que lo perdemos!-intenté cambiar de tema mientras la aceleraba por la espalda para entrar juntas encaminadas en dirección hacia nuestro trabajo-.

-¡Oye!-se quejó fugazmente mientras me disponía a arrastrarla conmigo-.

-Perdona-me disculpé con una sonrisa forzadamente angelical al encontrarnos ya dentro del automóvil en marcha-. Antes de responder, intentó buscar un asiento libre con la mirada y en cuanto lo encontró se dirigió hasta él. Me limité a seguirla, pues casualmente quedaba otro asiento libre a su lado. En cuanto me senté no pude evitar oírla resoplar de mala gana y luego comentar:

-Entonces supongo que no me lo contarás-.

-Bonnie...-era un tema delicado, no sabía por dónde empezar-Lo haré, ¿vale?-intenté buscar su mirada con la mía, pero la suya estaba perdida y molesta en otra parte del vagón-No ahora...Pero lo haré-intenté convencerla finalmente apoyando levemente una de mis manos por encima de la suya que reposaba sobre su regazo-Tienes que creerme-conseguí captar su atención al notar mi tacto contra el suyo mientras apoyaba mi más sincera mirada en la suya-. Sin saber muy bien cómo reaccionar, ambas permanecimos calladas hablando tan solo con nuestras miradas hasta que el nombre de la estación en donde nos teníamos que bajar sonó por el audífono y nos quitó del trance en el que ambas nos habíamos metido para poder bajar. 

Starbucks Coffe © #BubblineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora