Dos

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                  Haesoo;

Me deslizé en el tubo, mientras miraba hacia el público. Todos los hombres que habían allí, eran viejos millonarios o simplemente cualquier viejo verde que venía a satisfacer sus necesidades con alguna jovencita que bien podría ser su hija. Por esa razón, decidí bailar aquí con la condicion de no acostarme con nadie y, cubriendo mi rostro.

Me pegué al tubo de frente, pegando mi cuerpo en el material frío de este y me fui deslizando hacia abajo; todos gritaron. Y yo recorrí con mi mirada el lugar, encontrandome con unos ojos que me miraban desde el fondo.

No era un hombre mayor. De hecho, no era un viejo. Aunque si debía ser mayor que yo. A pesar de la distancia, lograba verlo bien. Pelo negro, y vestía de negro con una chaqueta. Me miraba fijamente desde su sitio, e incluso a la distancia en la que estábamos, sentí como si mi cuerpo se estremeció con su mirada fija encima de mi. Como si mi piel ardiese con su mirada encima de mi.

Finalicé el baile, y mientras las demás chicas bajaban de las tarimas a hacer sus "otros trabajos", yo bajé de esta y muchos hombres intentaron tirarse encima de mi, pero los que se encargaban de la seguridad los apartaron e incluso uno me trajo un pequeño camisón para cubrirme ya que Lena me cuidaba muchísimo. Una razón era porque a pesar de todo "era una niña" y lo segundo, porque le daba bastante dinero. Y mientras me ponia el camisón, miré hacia el lugar donde estaba ese hombre. Y efectivamente allí estaba; mirando en mi dirección.

Dejé de mirarlo en el momento que me adentre por el pasillo que me conducía a el camerino. Mientras su mirada fija en mi mientras bailaba seguía fija en mi cabeza.

—¡Mi querida! —exclama Lena, apareciendo justo en ese instante—. Estuviste estupenda. Como siempre.

—Gracias —sonreí.

—Sigue así de maravillosa. Y nos vemos pasado mañana —me miró feliz.

Asentí, sonriendo y entré al camerino para cambiarme.


Sentí varios besos en mi rostro. La frente, mejillas, nariz y hasta uno en los labios. Abrí mis ojos despacio, y encontre a un sonriente Beomgyu sentado a mi lado en la cama.

—Buenas tardes, dormilona —dice divertido.

Bostezo, y me incoporo mientras con una de mis manos froté mis ojos tratando de despabilarme.

—¿Que hora es? —pregunté aún somnolienta y no pude evitar bostezar nuevamente.

—Es de mediodía. Vine en la mañana a verte y estabas dormida. Y volví a venir ahora y mira. Durmiendo todavía. Voy a ver que estás haciendo de noche que tienes tanto sueño —alzó una ceja. Tragué y lo miré.

—No tengo que estar haciendo algo de noche para tener sueño. Es solo que hoy es fin de semana y bueno —me encogí de hombros.

Entrecerró sus ojos analizandome, y luego sonrió.

—Bueno. La criada me dijo que el almuerzo tuyo esta preparado. ¿Quieres que te acompañe?. Debes tener hambre —dice acariciando mi pelo y dejando algunos mechones detrás de mis orejas.

—Deja que me lave la cara –digo—. Y bajo.

—Está bien. Pedire que ya te vayan sirviendo —asentí y el besó mi frente ante de salir de mi cuarto.

My Oh My |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora