My Oh My |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔

Treinta y dos

                               Haesoo;

Era ya de noche y me encontraba en mi habitación con las demás chicas resolviendo los ejercicios mandados por Jungkook para realizar. Terminaba uno de estos cuando mi celular emite una pequeña notificación indicando la llegada de un nuevo mensaje y me detengo para leer este.

¿Estas ocupada?.

Mire a Rinah y a las otras chicas sumidas en la realización de los ejercicios y me alejo solo un poco para responderle a Jungkook sin ninguna intromisión.
                                                                                     
                                                                               

Un poco, sí. Dejaste más de ciento y cincuenta ejercicios para mañana.

No exageres. No fueron tan
largos. ¿O si?.
Da igual, no los hagas.

                                                                                            Si los voy a hacer.

Haesoo eres mi mejor alumna.
No me preocupas en la materia.
Realmente no tienes que hacerlos.
En cambio...
                                             

                                              ¿En cambio?.

Veámonos.

¿Ahora?. Mis compañeras están aquí. ¿no sería muy sospechoso?.

Yo me encargo de eso.

Y al momento tocan a la puerta. Las chicas miran hacia allí y yo frunzo mi ceño para dirigirme a esta y abrir. Encontrando a Jungkook allí. Y traté de disimular la cara de impresión que puse al verlo justo en frente de mi.

—Profe Jeon –mis compañeras se levantan haciéndole una reverencia.

—¿Están estudiando? –él sin embargo luce muy relajado y me pregunto que está haciendo o mejor dicho, que va a hacer.

—Mhm. Son varios ejercicios así que debemos empezar ya para tenerlos listos para mañana.

—Pues sigan, yo vine a buscar a Haesoo.

Lo observo, y de hecho las chicas e inclusive Rinah me observan con intriga.
—¿Para que…quiere verme?. —tenía que seguirle el juego.

—Como mañana es la clase al aire libre quería que me ayudaras a preparar todo. Como siempre me ayudas en lo relacionado a la materia, creí que podrías ayudarme en esto también –me mira fijamente—. ¿Puedes?.

Siento la mirada de las chicas y la de Rinah encima de mí. Asiento despacio.

—Claro –musito.

—Bueno, te espero afuera. —luego se dirige a las demás—, tengan buenas noches, chicas.

Ellas le dedican una reverencia y él sale. Decido cambiarme de ropa ya que traía un pijama bastante revelador y se vería raro si salía con este. Y no es como si me lo hallase quitado, solo tomé una sudadera ancha y larga y me la puse. La cual cubría mis muslos y era lo aparentemente decente.

—Haesoo, trata de que no revise todos los ejercicios mañana —dice Jia, la otra chica además de Yuhi-, y que tampoco haga algún examen.

—Hum, vale.