My Oh My |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔

Veintiseis

                    Jungkook;

Detuve el auto y miré a Haesoo.
Desde que habíamos salido de la preparatoria seguía con su mirada perdida y con sus pensamientos lejanos. Ni siquiera se había dado cuenta de que había detenido el auto una cuadra frente a su casa. Me gire hacia ella y extendí mi mano hasta tomar la suya. Ella se sorprendió un poco, y me miró.

—¿Vas a decirme que te pasa? —pregunté.

Ella negó. —No me pasa nada.

—Haesoo —suspiré—. Dime.

Ella dejo escapar un suspiro y tragó para incorporarse y mirarme.
—Pasa que...me siento mal por la ruptura con Beomgyu —confesó. Alce una ceja.

—¿Por que? —pregunto mirándola.

—Es solo que...estuve con él alrededor de un año. Y a pesar de que nuestra relación empezó más por el hecho de que mi madre quería que estuviera con él y todo eso, ya le había cogido un poco de cariño. Y no es que esté arrepentida, sino que siento que rompí con él y no le dí nisquiera una razón. Aunque sea de mentira —se encogió de hombros y la observé.

Humedecí mis labios.

—¿Y que quieres hacer entonces? —pregunté.

—Nada. Es decir...no hay nada que hacer. Solo tenía eso adentro y quería decirlo —suspira y con la mano que no tenía entrelazada con la mía coloca algunos mechones de su pelo detrás de una de sus orejas. Me sonríe cortamente—. No te preocupes. Estoy bien.

—¿Segura? —llevé mi mano a su mejilla y acaricié esta. Ella ladeó un poco su cabeza apoyandola en mi mejilla disfrutando del roce y asintió—. Vale.

—Por cierto. Quería decirte que mi madre está viajando. Ya lo sabes pero...debo llamarla. Para pedirle permiso para ir al campamento. Y la verdad es que, no se si me dejará ir. Porque el hecho de que estaba saliendo en la noches no se le ha olvidado.

—¿Quieres que la llame yo? —pregunto.

—No —negó—. Intentaré hablar con ella yo.

—Está bien.

—¿Y mi braga? —alza una ceja extendiendo su mano.

—¿En serio sigues reclamando algo que no te pertenece? —interrogue yo.

—Es mía.

—No. Es mía —reclamé yo—. Tu me la diste.

—¿En que momento? —indagó alzando una ceja y con una sonrisa divertida adornando sus labios.

—Cuando —llevo mis manos a sus muslos subiendo esta, y ella entreabre sus muslos, para mi— me concedes este permiso.

—N-no es justo —dice en un jadeo al sentir mis manos acariciar sus muslos bajo su falda. Y sin ella no tener braga.

—A mi si que me parece justo —sonrei maliciosamente—. La braga es mía, nena.

Ella tragó y jadeó.

—Eres un ladrón —bromeó.

—Lo sabías. Te lo dije el primer día que nos conocimos —me incliné hacia ella, y sin apartar mi mano de en medio de sus muslos la besé, despacio y mordiendo con lentitud su labio inferior.

                  Haesoo;

Me quité la toalla del pelo mojado y tomé un peine para desenrredar este. Al terminar, me dirigí hacia el closet para sacar mi pijama y cambiarme. Tomé mi celular que cargaba, y me senté en el balcón mirando fijamente la pantalla en la parte del contacto donde estaba el número de mi madre.