My Oh My |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔

Dieciocho

         Jungkook;

—Entra —pedí mirandola.

Ella cerró la puerta detrás de ella, y comenzó a caminar hacia mi. Tome la silla de mi lado y le indiqué.
Ella se sentó a mi lado y me giré hacia ella, observandola.

—¿No me ibas a decir nunca que eras tú? —pregunte sin esperar siquiera un minuto.

—Si iba a hacerlo —respondió—. Es solo que...tardaría un poco.

Extendí mi mano hacia ella colocando algunos mechones de su pelo detrás de su oreja.

—Quiero entender porque estás trabajando en ese lugar —suspiré—. Sé que no...tienes intimidad con los clientes-

—Solo contigo —su respuesta me hizo suspirar.

—Lo sé —dejé mi mano apoyada en su mejilla—. ¿Entonces?.

—Conociste a mi madre...¿no? —prosiguió y asentí—. Pues listo. Tienes la respuesta.

Me le quedo viendo.

—¿Lo haces por llevarle la contraria? —pregunto, entendiendo que eso es lo más lógico.

—Para ella todo debe de ser como ella quiere —empezó a decir—. Ni siquiera está para mi cuando lo necesito y cree que tiene el derecho de elegir lo que debo hacer o no. Solo intento hacer algo que ella no puede impedir que haga.

La miro, y humedezco mis labios.

—Sé que te debo parecer una niña mimada con ganas de hacerse la rebelde pero...—ella presiona sus labios y comienza a jugar con sus dedos— hay tantas cosas que no sabes –su voz se quebró.

Me levanté, poniendome frente a ella y me agaché capantando su atención. Aparté suavemente su pelo para verla mejor; no lloraba pero si podía ver tristeza en su rostro.

—Tengo todo el tiempo del mundo para escucharte —acaricié suavemente sus muslos; sin ninguna intención.

Ella me miró y le sonreí.

—No entendía porque razón siempre te analizaba tanto —comento, con diversión—. Supongo que...aunque no sabía que eras tú, tenías algo que continuaba llamando mi atención diariamente. Como...–deslizo mi pulgar sobre su labio inferior–. Estos labios.

Ella se inclinó hacia delante, hacia mi, y besó mis labios.

—Te extrañé –susurró.

—Yo lo hago todo el tiempo.

—¿No estás sorprendido? —pregunta—. Es decir. Soy yo. –se encogió de hombros—. No una mujer madura como las que ya sabes... –ladea su cabeza sin decir exactamente las palabras.

—¿Cómo Lady H? —alzé una ceja con una sonrisita. Ella sonrió un poco y negó.

—Lady H y Haesoo son la misma persona —dijo—. Pero la verdadera es esta —confesó mirándome.

—Me gusta —fue mi respuesta—. Me gusta mucho.

Ella me miró y le sonreí un poco.

—Y respecto a lo anterior, aunque parezca que no, realmente si me resulta un poco nuevo esto —humedecí mis labios y suspire mirándola—. Esto...esto es demasiado complicado Haesoo. Es decir-

—Tienes prohibido decirme lo que estás pensando —interrumpió y la miré. Sabía claramente de que hablaba.

—Haesoo yo justo en este momento lo que más estoy haciendo es ignorar lo que estoy pensando —confesé—. Pero esto realmente está-