My Oh My |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔

Treinta y ocho

                    Jungkook;

—¿Cómo que vas a dejar la preparatoria? —me pregunta atónito Namjoon y me mira espantado como si le hubiese contado la noticia del siglo.

—La voy a dejar —respondí, asintiendo y él me seguía viendo como si no se lo creyera.

—¿Al menos vas a terminar el semestre? —pregunta y negué, con una corta y casi desapercibida sonrisa.

—No.

—¿Y se puede saber que es lo que pasó para que hayas tomado esa decisión?.

Y no, Namjoon no sabía de mi relación con Haesoo, y con todo que él era un hombre correcto, responsable y que se iba por las líneas adecuadas, sabía que si le contaba él no me juzgaría y tampoco me diría nada por ello. Pero aun así no estaba seguro.

—¿Namjoon? —miramos a la persona que llega a nosotros.

Era un señor de alrededor unos cuarenta y tantos años, vestido elegantemente y con estilo que es fácil de reconocer; como si se tratara de un artista o al menos alguien relacionado a este ámbito.

—Song —se levanta Nam y ambos se dan un abrazo de saludo.

—Hacía mucho tiempo desde que te vi. ¿Cómo estás?.

—Bien —rió mi amigo—. ¿Quieres sentarte?.

—Claro.

—Él es Jungkook, un compañero de trabajo pero también un amigo de años –presenta Nam.

—Mucho gusto —el hombre me extiende su mano y la acepto con una inclinación.

—Igualmente.

—Pensé que estabas en Berlín —dice Namjoon tomando la botella de soju y sirviéndole un poco de  la bebida a el hombre.

—Y estaba —responde él—. Regrese hace unos días. En la próxima semana viajaré a España.

—Jungkook, Song es pintor  —explica mi amigo.

—Oh —asiento lentamente.

—Jungkook también es pintor, Song —dice Kim y niego en seguida.

—¿De verdad? —me mira el hombre a mi lado y sonrío un poco negándolo.

—No es cierto. Hace mucho que dejé de pintar.

—Está siendo tímido, Song —ríe Namjoon—. Jungkook es buenísimo. Es verdad que hace tiempo que no lo hace pero estoy seguro de que las habilidades las tiene escondidas –continúa él y la verdad me sentía algo avergonzado.

—¿Tienes algo que hayas dibujado que pueda ver? —cuestiona Song con curiosidad.

Miro a Namjoon, me indica y asiente.
—Hum, creo que tengo una foto de lo último que pinté. —dije sacando mi celular.

Y busqué en un álbum viejo y de hace vario tiempo pero que siempre me encargaba de guardar aunque cambiase de teléfono. Abrí la carpeta encontrando el dibujo que hice durante mi tiempo en Estados Unidos. Fue algo simple que exhibí y vendí para ganar un poco de dinero. Aunque solo se quedó en eso. Se lo enseñé a Song.

—No puede ser —dice el hombre a mi lado, y al inicio lo miro sin entender—. ¿Eres tú?.

—¿Qué?  —lo miro confundido.

—Muchacho yo compré este cuadro en una subasta —dice con emoción y como si no se lo creyera.

Pestañee varias veces.
—¿De verdad? —lo mire un poco asombrado.