Treinta y tres

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Meta para un mini maratón.

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                          Jungkook;

Aunque estuve tratando de ignorarlo, la verdad es que hubo algo que no salió de mi cabeza durante las continuas horas. Y eso fue, el peso de pensar en que mis estupideces pueden perjudicar a Haesoo. Y hubo un momento en mi vida, en el que me preocupaba mucho por el que dirán, en el que me afectaban los comentarios hacia mi persona o mejor dicho, me afectaba el tipo de imagen que mi padre podría crearme si no hacía todo bien; si no hacía las cosas como debían ser.

Pero llegó un momento en que eso me dejó de importar. Llegó una etapa de mi vida, en la que me daba igual si a las personas no les gustaban mis tatuajes, piercings, forma de ser, relacionarme, de tratar. Resumiendo, que me daba igual todo. Porque quién debía sentirse cómodo era yo. Y se supone que eso era suficiente.

Pero ahora, estando con Haesoo, esa preocupación que me indicaba la palabra "problema" sino me alejaba, volvió a instalarse dentro de mí. Y la preocupación de que ella fuese tema en boca de otras personas, que su reputación como chica de preparatoria buena y aplicada cayese y un sinfín de cosas más, comenzó a apoderarse de mi cabeza.

Me miró, cuando dije aquello.
—¿Qué? —preguntó en voz baja como si no hubiese escuchado bien.

Tragué fuertemente, y suspiré. Tratando de decirme una y otra vez que esto era lo correcto, que era lo mejor.

—Haesoo, yo…—humedecí mis labios, tomándome unos pequeños segundos—. He pensado mucho en nosotros, en esto que tenemos. He pensado en mí, pero he pensado mucho más en ti.

Ella me miró y su rostro reflejaba preocupación, duda e incluso algo de miedo.
—Cuando digo que…me da igual ser expulsado, cuando confieso que me importa bastante poco lo que lleguen a pensar de mí, es cierto —empiezo a decir mientras nos miramos fijamente—, pero también es cierto que no soportaría la idea de que te señalen o te acusen a ti de algo cuando probablemente el de la verdadera culpa, soy yo.

—Jungkook- —intenta decir algo pero no la dejo así que continúo con mis palabras ante su mirada fija en mí.

Boté un suspiro.
—Durante mucho tiempo fui la señalación de mi padre. Durante mucho tiempo, la más mínima crítica era para mí…y es horrible vivir con ello. Y si lo es, teniéndolo de solo un padre, que ya sean de muchas personas lo es aún más. –tragué fuertemente, sin dejarla de mirar; sin dejar de mirarnos—. Quiero decir que…no me perdonaría que por culpa mía te señalen Haesoo. Y con esto quiero decir que tenemos que detener esto antes que explote.

—Jungkook…tú no puedes tomar esa decisión –musita–. Es decir…a mí no me importa-

—¡Pero a mi sí! —respondí, con desespero—. ¡A mí me importas mucho, Haesoo!.

—¡Pero no puedes venir a decir que quieres dejar esto como si realmente pudieras elegir por mí!.

—Esto es lo mejor para ti, Haesoo.

Dejó ir una risa de lado, incrédula ante mis palabras.
—¿Y tú qué sabes que es lo mejor para mí?.

Presioné mis labios y la alejé despacio de mí. Me levanté, y no la miré.
—Te acompañaré a tu cabaña. Es tarde.

Me doy la vuelta pero su mano se encierra en mi muñeca deteniéndome y cierro mis ojos por unos segundos.
—Deja de preocuparte por mí, Jungkook –pide, aun sujetándome–. ¿Tan niña te parezco?. O mejor...¿me ves tan débil que crees que un par de críticas y comentarios dañinos pueden debilitarme u algo así?.

My Oh My |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora