Beomgyu había vívido su vida siendo esclavo de su propia familia lleno de alfas, en la sociedad actual de la manada Choi, un omega era vergüenza para su familia. Beomgyu jamás sintió que es el cariño, no puede hacer o decir sin pedir permiso, Él ya...
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Taehyun sonrió amablemente a los hombres que le habían visitado a las cuatro de la madrugada. El alfa había estado tranquilamente durmiendo con su pequeño omega y unos toques en la puerta le hicieron saber que tenía visita.
Dos de los ministros.
La reunión fue breve.
Y se concluyó que hay infiltrados de la manada Choi en su territorio.
Taehyun no se preocupaba por eso, ya había mandado a unos guardias en busca de ellos. Lo que le preocupaba era que su omega caiga en depresión nuevamente.
La recuperación de Beomgyu fue lenta, pero Taehyun jamás se rindió y siempre confío en su omega. Ahora estaban bien y felices con el nuevo cambio del omega.
Era más alegre y menos tímido, pasaba tiempo con Taehyun y parte con los chicos. La alfa cocinera y Beomgyu se llevaban muy bien y eran grandes amigos, solo que el omega aun no a logrado conseguir cocinar algún postre para su alfa como siempre quiso.
Todo andaba bien.
Taehyun caminaba de regreso a su habitación, con la necesidad de ver a su omega y verlo despertar.
Sonriente llego a su destino y vio a su omega sentado en el centro de la cama con el ceño fruncido.
Taehyun trago saliva.
— ¿Bebé?
— ¿Dónde estabas TaeTae? — Beomgyu miró a su alfa con ternura.
Taehyun sabía perfectamente que su omega estaba enojado, lo sentía por el lazo que compartían gracias a la marca.
— Tenía una reunión — Taehyun se acercó a la cama y se sentó con cuidado. — La reunión fue en la oficina central de la mansión.
Beomgyu frunció el ceño.
— ¿Tan importante fue?
Taehyun asintió mientras se sacaba los zapatos y se echaba nuevamente al lado de su pequeño.
— Mi amor, fue un poco importante — el alfa con cuidado abrazo la cintura de su omega.
Sonrió satisfecho al ver que este se aferró a su toque y escondió su narisita en su cuello.
— ¿Sobre qué se trató?
Taehyun no quería ocultarle algo a su omega, más aún sabiendo que estaba estable y sonreía todo el tiempo.
— ¿TaeTae?
La dulce voz de su omega lo saco de sus pensamientos, Taehyun sonrió enaltecido y beso ambas mejillas de su omega
— Sabes que yo haría todo por protegerte — Beomgyu asintió.
— ¿Pasa algo malo? — Taehyun se aferró más a la cintura del menor.
