035: Sos un genio

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Abro los ojos encontrando a Carl de pie frente a la ventana. Me muevo de un lado a otro intentando alejar la pereza, y me pongo de pie. Camino a paso lento hasta la cocina donde me preparo un café bien cargado. Una vez lo puse en una taza me volteo hasta quedar de frente a la calle, la cual estaba vacía pese a ser casi mediodía. Doy un sorbo mientras trato con todas mis fuerzas no revivir la escena del día anterior. Estaba fallando, pero la voz de Carl hace un gran trabajo interrumpiendo mis pensamientos.

— Acabo de terminar la llamada con el comisario Riverson. Me ha dicho de todo — comenta rascándose la nuca. — Encontraron algo en el auto que estaba en la casa que Rob. Algo como una dirección.

Sonrío mientras me pongo de pie.

— ¿Si? Eso es genial.

— Pero no es todo... — Hace una pausa que dura más de lo que me gustaría. Traga saliva, junta las manos y las frotar. — Matt... Matt está muerto.

Pongo los ojos en blanco y me cruzo de brazos esperando que Carl sonría o dijera algo como que caí en su broma pero no. Se limita a mirarme y desviar la vista en intervalos cortos.

— ¿Está muerto? ¿Cómo?

— Lo encontraron está mañana colgado en su celda. No se sabe que pasó aún.

— ¡Matt era súper importante! Hoy iba a mostrarle las fotos de los oficiales para saber quien era el informante. — Me siento en el sofá y coloco la cabeza entre las piernas. — Oh, no, Denna. ¿Cómo le digo que perdimos a nuestra única chance de sacarla de la cárcel?

Carl se sienta a mi lado. Aunque trata de parecer tranquilo sé que está tan angustiado como yo. Y lo miro, me doy cuenta que es la primera vez que lo veo sin uniforme. Un hoodie negro con jeans le sienta bien.

— Estaba pensando que, tal vez, el oficial se enteró que Matt iba a contarnos lo que sabía y se deshizo de él.

Arrugo el ceño ante la idea de Carl. ¿Alguien se deshizo de él? No suena muy descabellado después de todo ya que la muerta es la forma más eficaz de silencio. Observo a Carl quien se encoge de hombros.

— ¿Cómo podríamos averigüar quien está relacionado con Jim o con Rob?

Mi acompañante se pone en mi rápidamente y casi puedo percibir cómo se enciende un foco sobre su cabeza.

— Hace poco me contaste la visita a la cárcel de Jim a Denna. Para que él pudiera visitarla necesitaba un permiso especial teniendo en cuenta que no estaba en la lista de visitas. Si conseguimos la grabación...

— ¡Exacto! Carl sos un genio.

Acorto la distancia que nos separa para envolverlo en un abrazo.

•••

— No lo sé, chicos. No porque no quiera sino que no creo que tengan las grabaciones.

Finn se cruza de brazos y se reclina en su silla. Con Carl fuimos a comentarle nuestra teoría. La noticia del suicidio de Matt se esparció como pólvora y gran parte de la estación estaba enterada. Aún así, confiamos a Finn los detalles e hipotéticas situaciones.

— ¿Podrías, al menos, chequear? Puede que tengas razón pero ¿y si está aún?

Finn pone los ojos en blanco, se queja pero acepta.

— Esperen un resultado para mañana a la mañana — y con un ademán dramático sé voltea para quedar frente a su ordenador.

Carl y yo nos dirigimos hacia el sector de la policía científica dónde nos esperaban las pericias del auto. Un aura positiva nos envolvía y , esperábamos que, por una vez saliera algo bien. Suelto un suspiro y trato de mantenerme positiva. Carl golpea la puerta con una especial de llamada secreta recibiendo un grito como respuesta.

— Pasen, pasen. Los estaba esperando.

Una mujer de mayor edad nos observaba por encima de sus lentes transparentes. Llevaba la túnica blanca doblada encima de los codos y el pelo atado en un moño desprolijo.

— ¿Qué tienes para nosotros?

— Varias cosas. Primero, una dirección — nos tiende una pequeño pedazo de papel con una dirección en el. — Puede que pueda ser útil, aunque a decir verdad no estoy tan segura. — Revuelve unos papeles sobre la mesa hasta dar con uno que llama su atención. — Segundo, el auto presenta una abolladura en la parte delantera que podría perfectamente ser producto de un choque. Además de la sangre del difunto Adam, encontramos rastros de desinfectante viejo producto de una limpieza extrema tiempo atrás. Tercero, en el asiento trasero del auto encontramos tejido descompuesto. Es prácticamente imposible determinar de quién pero, de todas formas las enviaré al laboratorio por si acaso.

Se detiene para dejarnos procesar la reciente información.

— Con esto no podemos exculpar a Denna, ¿no?

Ella niega. — No, no es posible. Lo siento.

— ¿Qué más necesitamos?

La mujer rebusca nuevamente hasta dar con una carpeta, la cual abre dispuesta a pasar las hojas.

— Te seré sincera, sin confesión no hay muchas chances. Pero... he leído los informes, la declaración de Denna de hace cinco años y, bueno, necesitamos varias cosas para reconocer como tal, un caso. Necesitan el freezer dónde estuvo el cadáver, ya que de esta manera podremos encontrar algo que vincule a la víctima con el auto. Así como ustedes saben, en el cadáver de encontró cabello que no se pudo identificar y que, efectivamente no pertenecía a tu amiga.

— ¿Necesitamos cabello de Jim? — La mujer pone cara de incredulidad, se quita los lentes y nos observa. — Lo siento. Jim es nuestro principal sospechoso. Es una larga historia.

Ella asiente pero no parece interesada en absoluto.

— Como les decía, si el cabello coincide, entonces ahí si tienen pruebas.

Me recuesta en la silla tratando de ordenar mis pensamientos. Tratando de ordenar mis próximos pasos. Una sensación de agobio me recorre y me lleva a pensar que es demasiado. La información es demasiado. Nos despedimos no sin antes dar las gracias a la mujer quien le quita importancia con un ademán, y nos comunica que es su trabajo.

Caminamos en silencio por el largo y casi lúgubre pasillo. Lo único que se oía eran nuestros pasos y, si se prestaba atención, nuestros corazones latiendo en el pecho.

— Necesitas descansar, yo visitaré la dirección.

Sonrío levemente. — No voy a dejar que vayas solo a ese lugar.

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