Miro a Carl incrédula. Niego con la cabeza mientras repito que debe haber un error.
— ¿Por qué? ¿Por qué Riverson haría eso?
Jim se encoge de hombros. — Quien sabe. No todos los policías son buenos. ¿Pensabas que era un santo?
— Responde a mi pregunta.
— Por lo que he escuchado le debía un favor a mi tío, algo relacionado con la ley, no estoy seguro de qué. La cuestión es que claramente necesitaba a alguien dentro de la policía.
— ¿Quién? — pregunté impaciente.
— Rob necesitó la ayuda del comisario para mantener a Denna en la cárcel.
— ¿Y por qué siguió ayudándolo hasta ahora?
— Desde ese verano que no tengo contacto con mi tío. — Su mirada escudriña el lugar en que vivía antes de clavar su mirada en mi. — De eso te habrás dado cuenta.
Hago el mismo recorrido que él hizo por la habitación. Estaba tan oscuro que dificultaba ver más allá del espacio que alcanzaba la lámpara. Las ventanas totalmente cubiertas, ayudaban al inquilino a camuflarse con el ambiente.
— ¿No has tenido contacto con él?
— No.
— ¿Y eso por qué?
Trata de mover las manos pero éstas siguen atadas. Se nota claramente frustrado pero no dice nada al respecto.
— Por qué no quería tener nada que ver conmigo. Después de lo ocurrido no quería que lo llegarán a involucrar, por más mínimo que fuera.
Arrugo el ceño comprendiendo todo. Rob necesitaba un aliado para asegurarse que nada saliera a la luz. Por eso necesitaban deshacerse de mi, para que no llegara tan lejos. Cómo no pudieron conmigo, mataron a mi único testigo. Sin Adam y sin Matt era imposible llegar a tal conclusión pero nunca pensaron que encontraríamos a Jim.
— ¿Sabías que Matt intentó matarme?
Jim me miró perplejo. — ¿Por qué haría eso?
— ¿Por qué no lo haría?
Medita un momento su respuesta. Abre la boca para responder pero la cierra enseguida.
— ¿Qué haremos ahora, Sarah?
Me encogo de hombros ante la pregunta de Carl.
— Tenemos la confesión. Necesitamos el freezer.
— ¿Qué freezer? — Arruga el ceño confundido, luego su semblante cambia. — ¿Después de todo me vas a entregar?
Sonrío colocándome los guantes. — ¿Qué pensaste que haría? ¿Ir a la cafetería contigo?
Jim responde con una débil sonrisa. — No encontrarás nada. Está limpio, hace mucho.
— ¿Hace cuánto lo limpiaste?
— El mismo verano.
Asiento. Me volteo hacia Carl quien ya se había colocado los guantes blancos. Me acerco a la puerta buscando un interruptor de luz. En cuanto lo encuentro prendo y apago pero no hay respuesta. Suelto un suspiro de frustración. Camino hacia la habitación de al lado, la cual tiene la ventana rota. Sujeto un pedazo de madera astillada con intensión de romper las otras ventanas. Intento abandonar la habitación y encuentro junto a la puerta un hacha. Tiro lejos la madera húmeda para, satisfecha, dirigirme a la herramienta. Regreso a la sala y con movimientos ágiles y rápidos quito una a una las maderas de la ventana. En un santiamén la habitación se ilumina con luz natural, la cual provoca que mis dos acompañantes entrecierren los ojos.
— Manos a la obra.
Carl y yo inspeccionamos el lugar mohoso. Pilas de revistas y papeles llenaban el suelo. No había muebles, ni sofá, ni cama. No había nada de nada, pero no sentía la confianza suficiente como para indagar al respecto. Llegamos a la cocina que estaba tan deshabitada como el resto de la casa. Sonrío al ver el freezer en una esquina, lleno de moho al igual que el poco mobiliario.
— Muy bien. Hay que llamar a la policía científica para que puedan examinar esto.
— ¿Cómo podría ayudarnos si está completamente limpio?
— Jim dijo que la limpió el mismo verano, entonces uso el mismo tipo de limpiador que de usó en el auto. Además, si lo hizo él mismo puede que aún allá algún tipo de ADN.
Carl asiente satisfecho. Volvemos a la habitación en la que se encuentra Jim quien voltea la mirada hacia nosotros en cuanto entramos.
— ¿Y bien?
Acorto la distancia hasta colocarme a su lado. — Nos llevaremos el freezer y también esto... — Estiro la mano para arrancar un pelo de su cabeza y colocarlo dentro de una bolsa de pruebas. Jim me mira confundido pero me limito a encoger los hombros.— Nos veremos en la comisaría.
— No pueden dejarme aquí solo.
— ¿Por qué?
— Por si pasa algo.
No creo que le importes a alguien lo suficiente. Le doy una palmada en el hombro a modo de saludo para seguido dirigirme a la puerta. Caminamos lentamente hasta el auto, entramos y lo primero que hago es colocar la grabadora en una bolsa de pruebas y luego en la guantera.
— ¿Satisfecha?
— Mejor imposible. Estamos a un paso de sacar a Denna.
Carl asiente y me da un apretón en la mano izquierda. Pone en marcha el auto. Mientras de dirige a la comisaría, me dispongo a llamar a la policía científica para informarles la dirección y lo que deben buscar en la casa, además de un oficial para arrestar a Jim.
— Detective Belo, hace diez minutos salió una patrulla para esa dirección.
Cubro el auricular para preguntarle a Carl si él ya había llamado pero su respuesta es negativa.
— ¡Da la vuelta! ¡Regresa dónde Jim! ¡Rápido!
Riverson debió de mandar a alguien a que haga el trabajo sucio. Debió mandar a alguien a matar a Jim. Rápidamente y desviándose del camino, Carl da un giro de 180 grados para volver a casa de Jim. Pisa el acelerador a fondo, pero parece que no se mueve más rápido, en absoluto. Dejando marcas en la calle Carl estaciona frente a la casa. La puerta de entrada está abierta, acción que me lleva a sacar la pistola. Sin seguir el protocolo me abalanzo al interior antes oscuro, para encontrarme con Jim en la misma posición que lo dejamos. La única diferencia es que ahora tiene un agujero en medio de la frente.
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¿Estás segura?
Historia CortaCuando Denna y Sarah deciden pasar sus vacaciones en Miami piensan en todas las cosas buenas que van a pasar, pero ¿qué pasan con las cosas que no podes controlar? ¿Podrá Denna demostrar su inocencia? Historia corta Todos los derechos reservados.